Althea Sherman y la «Torre de los vencejos»

Vidas científicas

Althea Sherman (1875). Wikimedia Commons.

Althea Sherman nació en 1853 en Farmersburg, en el condado de Clayton (Iowa). Era la cuarta de seis hermanos de una familia acomodada cuyo padre, Mark Bachelor Sherman, trabajó primero como curtidor y zapatero, para finalmente adquirir un terreno en Iowa y conseguir éxito como agricultor y ganadero, lo que hizo que la familia pudiera vivir desahogadamente. Los hijos de la familia pudieron estudiar, y tres de las cinco hermanas realizaron estudios superiores.

Althea estudió arte, mientras que sus hermanas se decantaron por la medicina. Tras graduarse en 1875 se mudó a Chicago para seguir estudiando en el Instituto de Arte de dicha ciudad. En 1882 obtuvo el título que le permitiría enseñar. Desarrolló su carrera en Minnesota, Nueva York y Tacoma (Washington) hasta 1895, momento en que tuvo que volver a su ciudad natal para cuidar a sus padres, ya mayores, junto a su hermana Amelia.

Con 50 años y una carrera reconocida como ilustradora y profesora de arte, regresó a su casa familiar. Su padre falleció al año siguiente y su madre en 1902. Ambas hermanas decidieron quedarse a vivir allí.

La naturaleza y las aves vuelven a la vida de Althea

Al crecer en un entorno bastante natural (la granja de sus padres fue una de las primeras que se construyeron en la zona, en las tierras concedidas a los llamados «pioneros»), Althea se había fijado en las aves que la rodeaban y, en muchas de sus ilustraciones, la naturaleza y las aves estaban presentes.

Althea observaba, ilustraba y anotaba todo lo que veía a su alrededor. Es reconocida especialmente por su estudio de las aves, pero también observó otros grupos animales y vegetales. Se la considera una pionera en el estudio del comportamiento de las aves en vivo (hasta principios del siglo XX la mayor parte del estudio de las aves se realizaba a través de inventarios de las mismas, normalmente identificando muchas de ellas tras darles muerte), pues se centró en el estudio de las aves en su entorno natural.

Althea Sherman (1916). Wikimedia Commons.

Su granja fue su área de estudio; la denominaba su «acre de aves». Al mismo tiempo que empezó a registrar el comportamiento de las aves, se suscribió a la mayoría de las revistas científicas especializadas en ornitología y se hizo miembro de diversas asociaciones ornitológicas.

Permitió que la granja se «asilvestrase», dejando crecer plantas autóctonas, sin hacer un manejo tan restrictivo como se hacía en las granjas y zonas productivas. Por ejemplo, conservó árboles viejos que podían servir como refugio y lugar de cría para distintas especies. Además, llenó la finca de diferentes cajas nido que le permitieron hacer un seguimiento de la reproducción de numerosas aves. Cerca de una laguna construyó un observatorio de aves en el que incluso llegó a criar una pareja de cernícalos americanos (Falco sparverius), a los que por supuesto, también analizó (fechas de puesta, número de huevos, pollos, e incluso inventario de presas).

Comenzó a publicar sus trabajos sobre aves en revistas científicas y se fue ganando el respeto y el reconocimiento de ornitólogos «profesionales»; por ello fue admitida como miembro en la Unión Estadounidense de Ornitólogos (hoy en día Sociedad Ornitológica Estadounidense) en 1912, siendo la cuarta mujer admitida en esta organización.

La «Torre de los vencejos»

En 1915 ordenó construir a varios carpinteros locales la que se llamaría «Torre de los vencejos» junto a su granja familiar. Era una torre de madera, de más de nueve metros de altura, con una abertura en la parte superior en forma de chimenea para atraer a una especie de ave en concreto: el vencejo de chimenea (Chaetura pelágica).

Chaetura pelágica. Wikimedia Commons.

Los vencejos de chimenea son unas aves extraordinarias que surcan los cielos en América. Son una de las más de 114 especies de vencejos (familia Apodidae o «sin patas») que habitan el mundo, unas aves que se caracterizan por tener unas minúsculas patas (lo que les ha dado su nombre) y porque pasan la mayor parte de su vida volando. Solo se posan cuando están criando, por lo que pueden estar varios años volando sin parar. Son migradoras de larga distancia; se reproducen en el oeste de Estados Unidos mientras que pasan el invierno en el noreste de Sudamérica.

La torre tenía una estructura central hueca que serviría a los vencejos para reproducirse; esta especie utiliza los árboles huecos de gran tamaño o chimeneas de edificios para hacer sus nidos en su interior. Tienen una saliva muy pegajosa que les permite adherir pequeñas ramitas en la pared de estas estructuras huecas. La unión de diversos palitos a la pared crea una pequeña plataforma horizontal que les servirá como nido donde poner los huevos, incubar y criar a los pollos.

Althea diseñó la torre de manera que existiera esa estructura central en forma de hueco de árbol o chimenea donde los vencejos encontraran un lugar seguro donde criar. Pero se aseguró de que ella pudiera estudiar todo el proceso en detalle: alrededor de dicha zona central había una especie de escalera de caracol que le permitía acceder hasta la parte superior de la torre. A lo largo de toda la estructura central había pequeñas ventanas con cristales que le posibilitaban observar el interior. Además, la torre tenía unas pocas ventanas exteriores que dejaban pasar la luz al interior y permitían realizar de forma segura las anotaciones, sin tener que introducir luz adicional (lo que implicaría la entrada de fuego, puesto que no había electricidad, y por lo tanto se corría un riesgo).

Althea y Amelia Sherman, porche de la casa familiar (1923).

Después de tres años, los vencejos comenzaron a utilizar la torre, y durante dieciocho años Althea estudió en detalle la reproducción de esta especie. Gracias a esta construcción y el estudio exhaustivo de Sherman, se conoció por primera vez cómo era el ciclo reproductivo de esta especie.

Actualmente las torres de vencejos ingeniadas por Althea Sherman son utilizadas para atraer a esta especie y darles un lugar seguro de cría. El vencejo de chimenea sufre un importante declive poblacional; una de las causas es la limitación en los lugares de cría. Por ello, la construcción de estas torres proporciona tanto lugares de cría como de descanso durante la migración.

Althea Sherman no solo estudió los vencejos de chimenea sino que, en su granja, hizo estudios a largo plazo de más de 37 especies de aves. Estos estudios duraron de 7 a un máximo de 36 años; implicaron un volumen de información inmensa, un gran número de publicaciones científicas y un reconocido prestigio en el campo de la ornitología por sus estudios de aves en vivo, siendo su granja su «laboratorio» de trabajo.

Referencias

Sobre la autora

Arantza Leal Nebot es bióloga, especializada en Ornitología. Técnico en anillamiento científico de aves en SEO/BirdLife. Coordinadora del seguimiento en época reproductora de los halcones peregrinos en medio urbano en la comunidad de Madrid. Cofundadora de la asociación Halcones Urbanos. Colaboradora de El bosque habitado de Radio 3.

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