Jean Valentine, la descifradora de códigos que contribuyó a la resistencia inglesa frente a los bombardeos alemanes

Vidas científicas

Durante las dos guerras mundiales que asolaron Europa en el siglo XX miles de mujeres contribuyeron a los esfuerzos bélicos de sus respectivos países sin disparar una sola bala (muchas otras sí que lo hicieron dentro de sus movimientos de resistencia). Para ello trabajaron en la retaguardia, muchas en fábricas y otras dentro de los sistemas de inteligencia que ayudaban a los ejércitos a actuar con eficacia contra el enemigo.

Una de ellas fue Jean Valentine, que formó parte del equipo de mujeres que trabajó en las oficinas históricas de Bletchley Park descifrando códigos matemáticos para interceptar las comunicaciones enviadas desde Alemania a sus fuerzas aéreas y navales.

De vigilante antiincendios a descifradora de códigos

Jean Valentine. Imagen: Minerva Scientifica.

Jean Valentine, nacida con el nombre de Jean Rooke, nació en Perth, Escocia, el 7 de julio de 1924. Fue hija única y su padre era un hombre de negocios. Tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial comenzó a trabajar como vigilante antiincendios y atendiendo una cantina para soldados, pero ella deseaba involucrarse más a fondo en la defensa de su país: “Cuando cumplí 18 años pensé que si no me daba prisa y hacía algo más, terminaría en una fábrica de munición o sobre el campo de batalla, y ninguna de las dos cosas me seducía”.

En 1943 cumplió su objetivo y se incorporó, tras ser rechazada por las fuerzas aéreas probablemente por su baja estatura, a las Mujeres del Real Servicio Naval (WRNS por sus siglas en inglés), comenzando su entrenamiento en el Castillo de Tullichewan, en Dunbartonshire: “Pasé allí quince días aprendiendo todo eso que hay que hacer: marchar, saludar, ese tipo de cosas”, explicaría ella años después, en la década de los 70, cuando se reconoció el papel que estas mujeres realizaron durante la guerra. Allí realizó un test de inteligencia y los resultados fueron tan buenos que fue enviada a la Escuela de Código y Cifrado del Gobierno (GCCS), en Bletchley Park, un lugar de gran prestigio, a medio camino entre las universidades de Oxford y Cambridge.

El principal objetivo de esta escuela era descifrar el código que utilizaba la máquina alemana Enigma y varios conocidos matemáticos y desencriptadores, entre ellos Alan Turing, trataban de crear máquinas y sistemas que pudiesen interpretar los mensajes enviados por Enigma. Era el lugar perfecto para ella, aficionada desde pequeña a los puzles, los trabalenguas y los crucigramas.

La primera de esas máquinas, llamada Victoria, había sido instalada en Bletchley Park en marzo de 1940, solo unos meses después del inicio de la guerra. Una versión mejorada, bautizada como Agnus Dei (cordero de Dios en latín) comenzó a funcionar en agosto de ese año, y a partir de ese momento la inteligencia británica pudo leer a diario los mensajes enviados a la fuerza aérea alemana, la Luftwaffe. Era un momento crítico ya que la aviación alemana bombardeaba Inglaterra a diario y esto permitió a las fuerzas inglesas resistir.

Tratando de escuchar y entender a Enigma

Hacia 1943 casi doscientas máquinas de este tipo operaban en el centro de Bletchley Park y otros cercanos, manejadas por integrantes del WRNS. Constaban de dispositivos electromecánicos muy intrincados conocidos como bombes que ayudaban a desentrañar las ruedas dentadas en las que se basaba Enigma y que los alemanes creían infranqueables.

La maquinaria completa tenía forma de enormes cabinas de unos dos metros y medio de alto y casi lo mismo de ancho, llenas de cables y bobinas que debían ser cuidadosamente ajustadas para que todo funcionase correctamente. Las operadoras de estas máquinas recibían cada día una clave para la ejecución de los códigos, ya que los alemanes cambiaban los ajustes de Enigma cada día, que debían ir completando a medida que se transmitían los mensajes, pero no llegaban a conocer el contenido de los que se descifraban con ellos.

Una máquina bombe de Bletchley Park. Wikimedia Commons.

El manejo de estos sistemas requería un buen estado físico y una vista aguda ya que era un trabajo pesado que había que hacer con rapidez y requería una gran precisión, sin embargo Valentine era una mujer bajita (medía poco más de metro y medio) que necesitaba utilizar un taburete para llegar a la parte más alta de las máquinas.

Eso no le impidió realizar su trabajo con brillantez: “Cuando eres joven, tus dedos son muy flexibles y puedes hacer las cosas más rápido. También tu cerebro trabaja con velocidad. A mí no me gusta el ruido, pero aquello era como muchas máquinas de tejer trabajando a la vez, producían una especie de claqueteo. Era repetitivo pero no me parecía molesto”. Sí le disgustaba, en cambio, trabajar por turnos y que le tocase el turno de noche, porque no le gustaba tomar la cena cuando para ella era el equivalente al desayuno.

De Bletchley Park a Sri Lanka

En 1944, cuando Europa fue reconquistada por los aliados, cambió de destino y fue enviada a Colombo, en Sri Lanka. La idea de viajar por mar con el riesgo a ser interceptados o bombardeados por buques o submarinos alemanes era inquietante. Una vez en destino, sus esfuerzos se orientaron a descifrar los códigos meteorológicos alemanes. Trabajó allí hasta el final de la guerra en 1945.

Durante décadas tras la guerra, el trabajo de Valentine y las demás mujeres que sirvieron en Bletchley Park quedó clasificado y ellas mismas no podían hablar de él, pero a partir de los años 70 comenzó a hacerse pública la labor que se llevó a cabo por parte de los servicios de inteligencia y cómo ayudaron a combatir a las tropas. Valentine participó en la reconstrucción de las máquinas que ella misma había empleado años antes con el objeto de divulgar y educar a las generaciones siguientes, y realizaba visitas guiadas a las exposiciones y museos que cuentan aquellas historias.

Jean Valentine murió el 17 de mayo de 2019 a los 94 años.

Referencias

Sobre la autora

Rocío Benavente (@galatea128) es periodista.

1 comentario

  • Saludos esas valientes mujeres que ayudaron tanto en la guerra y años después fueron reconocidas por su Inteligencia y valentía honor a ellas Saludos desde Venezuela Gracias

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