Pocas físicas

Ciencia y más

Podemos hacer una amplia lista de insensateces que alimentan los estereotipos encargados de fagocitar los sueños de muchas mujeres. Nos centraremos en las adolescentes y las jóvenes que le dan a la física el papel estrella en esos sueños. Muchas de ellas ven tambalearse sus proyectos de futuro por barreras que van apareciendo incluso antes de comenzar el camino.

Imagen: Roman Mager (Unsplash).

Una de estas barreras es el prejuicio que pone en duda sus capacidades para la ciencia. A veces llegamos a oír o leer discursos sobre un cerebro más apto que otro para la física, según sea rosa o azul. El cerebro es muy complejo y es indispensable apreciar su variabilidad; todos los cerebros son diferentes; somos neurodiversos. Hay características que no encajan en una estricta visión binaria y esto tira por tierra cualquier diferencia biunívoca cerebral que pudiéramos plantear. El cerebro es uno solo estructurado como un mosaico en el que prevalecen aspectos comunes. Además, la evidencia de la plasticidad neuronal no admite la idea de diferencias predeterminadas y circuitos sinápticos de serie en los cerebros de mujeres y hombres, es decir, el cableado lo vamos configurando con nuestros aprendizajes. Si reestructuramos nuestras redes neuronales al aprender y modificamos sinapsis, ¿cómo justificamos las expectativas, los roles y los logros de cada persona?

En nuestro cerebro se reordenan cada día, cada momento, los estímulos percibidos y las experiencias vividas que hemos tenido, nuestra educación, ocupaciones, deportes y ocio, vivencias, pasado y proyectos de futuro, nostalgias y metas. Pero no solo las experiencias pueden cambiar nuestros cerebros: las actitudes, especialmente los estereotipos sociales, también pueden hacerlo con mucha fuerza.

Hay resultados con técnicas de neuroimagen, que muestran la activación de las mismas regiones neuronales en hombres y en mujeres ante cuestiones de ciencia y matemáticas. Muchos profesores ya sabían esto sin necesidad de escáneres, simplemente por la trayectoria escolar de muchas niñas que desmiente absurdas limitaciones sobre su capacidad para la ciencia. Charles Tracy, jefe de educación del Instituto de Física del Reino Unido, IOP, dice que las calificaciones y el desempeño de las chicas en ciencia son iguales, si no mejores, que las de sus compañeros. En 2018 el 30 % de las chicas consiguió las calificaciones más altas en el equivalente a Bachillerato de ciencias, entre 16 y 18 años, en comparación con el 29,5 % de los chicos. En ese mismo año, poco más de 8 300 chicas optaron por estudiar Física en Bachillerato, en comparación con alrededor de 6 000 que escogieron Francés.

El problema es que este número es muy pequeño si lo comparamos con los 29 400 chicos que eligieron Física. “Muchas adolescentes que podrían haber tenido carreras muy buenas en física están abandonando. Es una lástima que estemos perdiendo esa cantidad de talento”, dice Julia Higgins, presidenta del IOP.

Parece que alrededor de los 16 años ocurre algo: hasta este momento, la mayoría de las jóvenes que han estudiado ciencias tienen Física entre las asignaturas con mejores notas, pero luego renuncian a ella. ¿Por qué? Durante casi 20 años, el IOP ha estado tratando de responder a esa pregunta. “Cuando comenzamos a buscar razones, descubrimos que había muchas variables, ninguna determinante por sí sola”, dice Higgins.

Al principio, el instituto pensó que tenía que ver con el sexismo y los estereotipos dentro de la enseñanza de la física. Las iniciativas para abordar estos problemas tuvieron cierto éxito, impulsando las elecciones de las chicas hacia la ciencia, pero luego las mejoras se detuvieron. El instituto comenzó a sospechar que el problema no eran los profesores de Física o los departamentos de ciencias, sino que era un problema de toda la comunidad educativa. “Nos centramos en la física y no es la física, es el entorno”, dice Higgins.

Sin embargo, no basta con promover la elección de Física en las chicas. Los obstáculos aparecerán a medida que avanzan en sus carreras. La mayoría de los países tiene algún punto oscuro a lo largo de la línea ascendente en la trayectoria académica y profesional de las mujeres en física, según Gillian Butcher, directora del grupo de trabajo sobre mujeres en física de la IUPAP. Estos obstáculos pueden incluir perspectivas profesionales limitadas o un ambiente hostil en el trabajo. “Las mujeres se encuentran con un conjunto amplio de dificultades en cada etapa de su carrera”, dice Emma Chapman, miembro de la Royal Astronomical Society en el Imperial College de Londres.

Por ejemplo, la investigación muestra que las mujeres en la ciencia tienen más probabilidades que los hombres de que se ignoren sus correos electrónicos cuando solicitan información sobre posibles puestos de doctorado. En promedio, deben haber publicado tres artículos más en revistas de primer nivel que los hombres para obtener el mismo puesto académico y es más probable que abandonen su carrera debido al ambiente de desconfianza hacia sus capacidades o a problemas de intimidación y acoso. Estas barreras no son exclusivas de la física: las mujeres todavía se encuentran con ellas en la mayoría de ámbitos científicos.

Para obtener más información sobre las experiencias cotidianas de los físicos, el Instituto Americano de Física (AIP) preguntó a 15 000 personas de 130 países. Fue la primera encuesta de este tipo en analizar si los hombres y las mujeres tienen igual acceso a los recursos que necesitan para llevar a cabo su investigación y presentar sus resultados. Sin una financiación adecuada, espacio de laboratorio, presupuesto para viajes y estudiantes para ayudar con la investigación, por ejemplo, la carrera de un investigador puede estancarse. Mientras tanto, las oportunidades, como ser invitado a hablar en un congreso o servir como editor de una revista, ayudan a avanzar en una carrera científica.

La encuesta reveló que las mujeres estaban peor que los hombres en cada medida. Es cierto que hubo diferencias entre los países altamente desarrollados y los que están más abajo en la escala, pero las físicas encuentran obstáculos en todo el mundo. En el Reino Unido, por ejemplo, solo el 17 % de los profesores de Física a nivel universitario son mujeres y esa cifra se reduce a solo el 7 % de catedráticas. En Italia, el 8 % de los catedráticos de física son mujeres.

Imagen: Pixabay.

Estamos ante una batalla constante de las mujeres que intentan forjarse una carrera en este campo. “Es el sentimiento de estar aisladas, es la amenaza del estereotipo que se consolida como profecía autocumplida”, dice la física Jess Wade, del Imperial College de Londres. “Pelear en batallas inclusivas además de tu investigación, es agotador”. Para las mujeres que trabajan en física puede ser de gran ayuda encontrar mentoras que hayan pasado por los mismos desafíos, dice Samaya Nissanke de la Universidad de Amsterdam. También necesitamos desterrar la idea de que la física es un lugar para el genio solitario, dice Ágnes Mócsy, del Instituto Pratt de Nueva York.

Aún queda mucho por hacer en las trayectorias académicas y profesionales de las mujeres en carreras de ciencias. Éstas son algunas propuestas de físicas en diferentes niveles de su trayectoria:

  • Necesitamos más referentes femeninos y apoyarnos mutuamente.
  • Comienzo y termino muchas de mis charlas divulgativas con un mensaje: “la imaginación es tan importante como el conocimiento”, con la intención de plantear debates sobre el papel de la creatividad como una capacidad esencial. Las chicas brillantes en ciencia pueden estudiar física, pero las estudiantes con calificaciones medias, también. Sus compañeros con calificaciones medias terminaron sus grados en Física, ¿por qué ellas no?
  • Hay varios estudios que muestran formas de aumentar la diversidad en las contrataciones de física, que incluyen la definición de criterios objetivos por adelantado, un panel de perfiles diversos o la contratación de un grupo de personas a la vez en lugar de uno por uno.
  • No es suficiente aumentar el número de mujeres y pensar que ya tenemos el problema resuelto. Es necesario cambiar nuestros sesgos inconscientes. Puede ser incómodo ponerlos sobre la mesa, pero es la mejor forma de desterrarlos.
  • Es bueno que tanto mujeres como hombres de ciencia hablen con las mujeres sobre ciencia, no sólo sobre los prejuicios a los que tendrán que enfrentarse. Después de todo, están en física porque son buenas en eso y lo disfrutan. ¡Den crédito a su trabajo, amplifiquen sus voces y no roben sus ideas!
  • Necesitamos asegurarnos de que las niñas y los niños sean educados de una manera neutral en cuanto al género, de modo que las niñas tengan la misma probabilidad de recibir juguetes que les hagan pensar en geometría, lógica, cinética, óptica, etc.
  • Es necesario abordar problemas sistémicos como el acoso sexual.
  • Podría ser interesante retrasar la opcionalidad en secundaria y permitir que se estudie un abanico más amplio de materias hasta los 18 años.
  • ¿Qué tal si dejamos de hacer publicidad de la física como el lugar de los genios? La verdadera historia, sin olvidar todo lo gratificante y maravilloso de esta disciplina, es que el recorrido exige un trabajo duro, compromiso, esfuerzo y constancia.
  • No basta con alentar a las chicas a hacer Física; encontrarán las mismas dificultades profesionales que sus abuelas si no consideramos el papel de la mujer en la sociedad en general.
  • Aquellos de nosotros con poder e influencia en nuestro campo, debemos estar dispuestos a rechazar mensajes dañinos sobre diferencias de género cuando sean pronunciados por colegas o instituciones, deliberadamente o no.
  • Una nueva estrategia en la que varios grupos están trabajando en este momento es hablar de ciencia con padres y madres jóvenes en grupos de bebés y niños pequeños. Al llegar a un público nuevo que normalmente estaría alejado de la ciencia, las familias pueden alentar a sus hijos a conocerla de cerca, saben que es apasionante y para todos.
  • Las mujeres necesitan tutoras, directoras de tesis o jefas de equipo con las que se sientan identificadas. Las mujeres negras, indígenas, pertenecientes a minorías, etc. deberían contar con las figuras anteriores sin prejuicios que interfieran en la relación.
  • Los altos cargos deberían interesarse en estas cuestiones para solucionar los problemas heredados para que el peso no recaiga en los hombros de los científicos recién llegados. Tanto los hombres como las mujeres necesitan hacer esto: la inclusión no es un problema de las mujeres que las mujeres tengan que solucionar.
  • Se necesita más visibilidad sobre la intimidación y el trato denigrante, incluso por omisión, que aún no se discuten abiertamente en la comunidad de física, para aumentar la conciencia y desarrollar métodos oficiales para abordarlos, donde la carga no recaiga en las mujeres que presentan las quejas.

Para concluir: sabemos que las falsas creencias sobre las capacidades de las mujeres para la física pueden activar la amenaza del estereotipo y acabar con la ilusión de niñas y adolescentes. Sin el apoyo adecuado e incluso en ausencia de discriminación, las mujeres en su carrera como físicas pueden sentirse inseguras y aisladas. Sería bueno que los profesores prestaran atención a lo que tengan que decir las jóvenes que se matriculan en sus clases para intentar favorecer entornos reales de inclusión y equidad. En un ambiente abierto a la diversidad, todos los estudiantes pueden avanzar y aportar al grupo, todos tendrán las mismas oportunidades para brillar y hacer física sin límites.

Referencias

Sobre la autora

Marta Bueno Saz es licenciada en Física y Graduada en Pedagogía por la Universidad de Salamanca. Actualmente investiga en el ámbito de las neurociencias.

1 comentario

  • Dissortadament, sempre s’ha dit que les dones no serveixen per a les ciències pures, i això és un disbarat. Sóc de l’época on, dissortadament, les noies i els nois estudiavem per separat. Fins al final dels meus estudis, molt senzills, no vaig tenir companyes, i us puc dir que en vaig tenir que eren veritables llumeneres. La meva admiració per a elles.

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