Nubia Muñoz, la epidemióloga que quiere erradicar el virus de la desinformación en la ciencia

Vidas científicas

Nubia Muñoz (Cali, 1940) recuerda a Auguste Dupin, el detective de ficción que creó Edgar Allan Poe a finales del siglo XIX con el que se inició un mecanismo innovador en la narración: Poe anunciaba la solución del caso y luego explicaba el razonamiento que lo había llevado hasta allí. La epidemióloga colombiana persiguió una sospecha durante tres décadas y finalmente proclamó que el Virus del Papiloma Humano (VPH), una de las infecciones de transmisión sexual más común, era la causa principal del cáncer del cuello de útero. «Es como un sueño hecho realidad. Soy muy consciente de que soy una investigadora privilegiada. Muy pocos epidemiólogos ven que su trabajo da la prueba definitiva que permite resolver un problema de salud pública muy importante», declaró la impulsora de la vacuna del virus en una entrevista a la Agencia Sinc.

Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento. © Fundación BBVA.

Tras este anuncio, Muñoz desentrañó la trama, como lo hacía Poirot en las páginas finales de los libros de Agatha Christie: hay un virus que se incrusta en células de tejidos, particularmente en genitales. Ella pensó que si el virus era capaz de lograr aquello, también podía infectar las células sanas para que se reprodujeran anormalmente y terminaran provocando un cáncer. Al menos hay dos tipos de VPH (el 16 y el 18) de los cien que provocan esa enfermedad. Su gran labor de investigación propició la creación de la vacuna (disponible desde 2006) para la detención de esas cepas causantes del 70% de los cánceres de cuello de útero a nivel mundial.

Precisamente gracias a ese descubrimiento el año pasado ganó el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Cooperación al Desarrollo, que pone en evidencia el principal desafío al que se enfrenta ahora, esto es, a que esta vacuna llegue a los países pobres, donde ocurre el 85% de los casos y donde cada año mueren más de 280 000 mujeres. Parece que el gran hándicap al que se enfrenta es el precio tan alto que hay que pagar por la vacuna, ya que para las mujeres que viven en países en vías de desarrollo es prácticamente imposible acceder a ella.

Este gran aporte a la medicina estuvo a punto de hacerle ganadora del Nobel en 2008 (se lo arrebató el médico alemán Harald Zur Hausen quien desarrolló la vacuna) y ahora, tras un gran giro en la trama, Muñoz se está enfrentando a lo peor que puede padecer una investigadora: el desprestigio de un avance. La mala prensa y la presión de “los antivacunas” la han enfadado; para ella la desinformación está reñida con la evidencia y esta última es, sin duda, el centro de la ciencia.

Un caso muy mediático

Virus del papiloma humano.
Imagen: Wikimedia Commons.

Desgraciadamente ella conoce muy bien la polémica que hay en torno al programa implantado para la prevención del cáncer de cérvix en Colombia, que se inició en 2012, y que recibió un gran revés: en el municipio de El Carmen de Bolívar casi un centenar de niñas que habían sido vacunadas sufrieron desmayos. Los “antivacunas” dedujeron que esa vacuna provocaba efectos secundarios nocivos para la salud de las mujeres así que a causa de la presión de estos rumores, dejó de ser obligatoria. Muñoz tildó la situación de una “reacción psicogénica masiva, que inicialmente se interpretó como una intoxicación alimentaria y luego se relacionó con que las niñas habían sido también vacunadas”. Fue el fin para una campaña exitosa que había conseguido la vacunación de más del 90% de las niñas. Para Muñoz fue “un golpe muy duro”, ya que sintió “mucha rabia al ver cómo la ignorancia y los rumores acabaron con un programa a la altura de los mejores del mundo”.

A pesar de este traspiés, actualmente son 84 países los que tienen implantado el programa de vacunación contra el virus para niñas de entre 9 y 14 años. La polémica sigue latente, pero Muñoz no duda ni un segundo de la eficacia de la vacuna, ya que “previene prácticamente el 100% del cáncer del cuello uterino”, y recuerda que todavía no existe ninguna evidencia científica de que esta vacuna desencadene problemas graves neurológicos o de autoinmunidad.

Una trabajadora incansable

Muñoz eligió estudiar Medicina e ingresó en la Universidad del Valle (Colombia) en 1958 gracias a una beca. Después de conseguir la titulación en 1964, realizó una especialización en Patología en la misma universidad. Luego, comenzó un posgrado de Epidemiología y Virología en la Universidad de Johns Hopkins (Estados Unidos). Más tarde, gracias a otra beca, se fue a Lyon (Francia) para trabajar en el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC). Sus primeros estudios estuvieron centrados en los cánceres derivados de agentes infecciosos. Asimismo, trabajó en el Instituto Nacional del Cáncer en Bethesda, donde investigó el herpes simple tipo 2. Enseguida regresó a la IARC y se centró nuevamente en la epidemiología del cáncer.

A mediados de la década de los 80, dirigió su propia unidad en el centro, donde el equipo de trabajo comenzó a elaborar estudios de casos y controles en más de treinta países hasta que establecieron la relación entre el VPH y el cáncer de cérvix. En 2009 recibió el Premio Brupbacher, también fue galardonada con el Premio Salud Global que otorga la Fundación Gairdner y la Universidad Autónoma de Nuevo León (México) le concedió la medalla José Eleuterio González, entre otros logros. Asimismo, Muñoz es catedrática emérita del Instituto Nacional de Cancerología de Colombia, y científica visitante del Instituto Catalán de Oncología (ICO).

Aunque todavía queda aumentar el número de programas de vacunación en los países en vías de desarrollo y mejorar la situación en los que ya está implantado, Muñoz no ceja en insistir que esta vacuna es la más eficaz que hay en estos momentos. De esta manera, ella seguirá predicando una idea que el documentalista científico Gernot Wersig expresó una vez: “La información nos permite poner límites a la incertidumbre”.

Bibliografía

Sobre la autora

Uxue Razkin es periodista y colaboradora del blog de la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU Zientzia Kaiera.

4 comentarios

  • Muy bueno el artículo sobre la Dra. Nubia Muñoz, su carrera como investigadora y su interés en combatir las campañas anti-vacunas que llevan años realizándose y se intensifican periódicamente. Mi comentario crítico va más hacia la periodista Uxue Razkin que escribe un excelente ensayo pero comete un error que contribuye a la desinformación de la carrera de la Dra. Nubia Muñoz. La frase «Este gran aporte a la medicina estuvo a punto de hacerle ganadora del Nobel en 2008 (se lo arrebató el médico alemán Harald Zur Hausen quien desarrolló la vacuna)». La nominación a candidatos del premio Nobel en Medicina no se conocen sino 10 años después que hayan sido postulados por organismos académicos reconocidos y a quienes se le exige confidencialidad. (Nomination and selection of Medicine Laureates https://www.nobelprize.org/nomination/medicine).

  • Buenas tardes Felix, en primer lugar muchas gracias por tu comentario y me alegra que te haya gustado. En segundo lugar, quería aclarar que evidentemente desconocemos los nombres de los que han sido postulados y finalmente no se han llevado el premio. Mi intención era hacer ver simplemente que Nubia Muñoz, quien estableció la relación entre VPH y cáncer de cuello de útero no se llevó el premio, aunque lo mereciera por su trabajo (sin intención de decir que fue una candidata oficial), y en cambio el médico alemán Harald Zur Hausen, quien desarrolló dicha vacuna, sí. Quería señalar que a pesar de que el ámbito investigado era el mismo, fue este último quien se alzó con el Nobel. Por ello la expresión utilizada, que quizá tal y como lo indicas, puede dar lugar a error. ¡Un saludo!

    • Gracias Uxue, por tu respuesta y tus buenas maneras. Siempre debemos ser muy cuidadosos con lo que escribimos. Más aún cuando se trata de ciencia, porque los que trabajamos con ella somos muy quisquillosos con las fuentes y la verecidad de las cosas, muy similar en el mundo periodístico. Saludos, Felix

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