Anna Mani, la pionera india de la meteorología que nunca dio importancia a ser mujer

Vidas científicas

Anna Mani.

Anna Mani fue la séptima de ocho hermanos nacida en el antiguo estado de Travancore, en la India. Al cumplir ocho años recibió como regalo unos pendientes de diamantes como era tradición en su familia. Anna los rechazó y pidió en su lugar una Enciclopedia Británica. Era una ávida lectora y a los 12 ya se había leído todos los libros de la biblioteca familiar.

Mani era hija de un próspero ingeniero civil que era además dueño de tierras de cultivo de cardamomo. Nació en 1913 y desde muy pequeña se interesó por el mundo a su alrededor, pero también por lo que había más allá de la tierra que podía ver, sintiéndose atraída por la doctrina de Gandhi, que visitó su pueblo natal cuando ella era muy pequeña, para hablar de la autosuficiencia y promoviendo un boicot a gran escala de los productos extranjeros. Mani contaba con orgullo que después de aquello solo llevó prendas khadi, un tipo de tela tradicional india.

En cuanto a educación, siguió el camino que empezaron sus hermanos mayores, orientados a carreras en el gobierno. Cuando cambió su interés por la medicina y se decantó por la física, en su familia no hubo una fuerte oposición, pero tampoco un apoyo entusiasta. Estudió en el Presidency College, en Madrás, y en 1940 obtuvo una beca para investigar en el Indian Institute of Science. Allí trabajó en espectroscopía de diamantes y rubíes. A menudo tenía que utilizar equipamiento del laboratorio durante 16 o 20 horas al día, así que no era raro que terminase durmiendo allí mismo.

En 1945 presentó su tesis doctoral en la Universidad de Madrás, pero por no tener un máster, se le negó el título de doctora que se merecía. A pesar de ello, nunca dejó de trabajar y de investigar en lo que le interesaba.

Ese mismo año consiguió una beca del gobierno para una estancia en Inglaterra, que realizó en el Imperial College de Londres, donde siguió dentro del campo de la física pero decidió adentrarse en la rama de la meteorología. Allí estudió los instrumentos meteorológicos, cómo se utilizaban, calibraban y estandarizaban para funcionar en sincronía con la meteorología de todos los demás países.

Volvió a India donde pudo poner en marcha todo lo que había aprendido. En 1948 se unió al Departamento de Meteorología de India, a la División de Instrumentación. Antes de 1947, incluso los instrumentos meteorológicos más simples, como los termómetros o los barómetros se importaban. El director de la división, S. P. Venkiteshwaran, nacionalista, quería fabricarlos en el país, así que desarrolló un taller con maquinaria de precisión para fabricar instrumentos, primero los simples, como medidores de lluvia, evaporímetros, termómetros, anemómetros, etc.

Departamento de Meteorología de India.

Mani se sintió inspirada por esta iniciativa y decidió utilizar los conocimientos adquiridos para hacer a India autosuficiente en este aspecto lo más rápido posible, algo que no fue fácil debido a la escasez de mano de obra cualificada disponible. Sin embargo, logró inspirar a los 120 hombres a su cargo para dar lo mejor de sí. «¡Encuentra la mejor forma de hacerlo!» era su lema, y pronto había formado a un competente cuerpo de ingenieros para trabajar en el proyecto.

Como parte de su trabajo, estandarizó los planos para unos cien instrumentos meteorológicos diferentes y puso en marcha su producción. Además, Mani creía que tener mediciones incorrectas era peor que no tenerlas en absoluto, así que insistió en la correcta estandarización de los equipos para disponer de información fiable.

Estaba especialmente interesada en la energía solar como una fuente de energía alternativa eficiente y accesible en un país como India. En aquella época, sin embargo, los datos sobre la distribución temporal y geográfica de este tipo de energía eran aun muy limitados, así que creó una red por todo el país para medir la radiación solar, al principio utilizando instrumentos importados, pero después diseñándolos y fabricándolos en su país.

En los años 60 comenzó a estudiar el ozono, un gas que todavía no era tan famoso: su importancia en la conservación de todas las formas de vida del planeta se reveló dos décadas después. Para entonces ella ya había diseñado un aparato que medía el ozono de la atmósfera, lo que permitió a India recolectar datos muy precisos al respecto.

Mani nunca se casó y fue una mujer muy avanzada para su época. En 1913, el año de su nacimiento, el índice de alfabetismo de las mujeres indias era de menos del 1% y había menos de mil mujeres estudiando en todo el país. Cuando ella fue a la universidad en 1930 había muy pocas oportunidades laborales para las mujeres dentro del campo de la ciencia. Existía un consenso social por entonces sobre que la educación de las mujeres debía estar orientada a su futuro papel como madres y amas de casa.

Aun así, ella nunca consideró que ser mujer tuviese ninguna relevancia: «Que yo fuese una mujer no tuvo ningún peso en lo que elegí hacer con mi vida». Se retiró en 1976, aunque siguió activa y recibiendo honores hasta que en 1994 sufrió un ictus que la dejó inmovilizada hasta que falleció en 2001.

Referencias

Sobre la autora

Rocío Pérez Benavente (@galatea128) es periodista.

2 comentarios

  • Kaixo! Acabo de descubrir esta web y me ha encantado saber que a través de ella podemos conocer más de sobre las mujeres en la ciencia. Estoy haciendo recopilaciones de mujeres en la pintura, el arte, la poesía y me faltaban las científicas. Mila esker!

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