Beulah Louise Henry (1887-1973)

Ciencia y más

Beulah Louise Henry.

Inventora y empresaria estadounidense completamente autodidacta, responsable de unas 110 invenciones y 49 patentes, razón por la que fue conocida con el apelativo de “Lady Edison”, en analogía con el prolífico Thomas Alva Edison (1847-1931), autor a su vez de más de un millar de inventos.

Beulah Henry nació en Raleigh (Carolina del Norte), en una familia de distinguido linaje. Era nieta de William Woods Holden (1818-1892), gobernador republicano del Estado (1868-1871), y también descendiente directa de Patrick Henry (1736-1799), dos veces gobernador de Virginia (1776-1779 y 1784-1786) y uno de los Padres Fundadores de los Estados Unidos. Beulah se crio en un ambiente cultivado y propicio a las bellas artes. Ya de niña realizaba modelos y diseños con herramientas y aparatos domésticos. Tras pasar una temporada en Memphis (Tennessee), regresó a Carolina del Norte. Allí, entre 1909 y 1912, estudió en las Escuelas Presbiteriana y Elizabeth de la ciudad de Charlotte.

En 1912, obtuvo su primera patente (no. 1.037.762). Se trataba de una máquina de hacer helados que incluía una cámara congeladora rodeada por una estructura aislante gracias a la cual se alcanzaba gran rapidez en la fabricación con mínimo gasto de hielo, además de servir para enfriar agua. Henry también registró este invento en Gran Bretaña (patente no. 24647 solicitada en 1911) y en Francia (no. 436144).

Patente estadounidense no. 1.037.762 (máquina de helados). Oficina de Patentes y Marcas de los Estados Unidos.

En 1913, recibió otras dos patentes estadounidenses (nos. 1.063.031 y 1.079.240). La primera fue por un bolso de mano con cubiertas intercambiables para poder usarse combinando ropa de diferentes tonos y, de esta manera, evitar el tener demasiados de estos complementos o uno que no fuera a juego con la vestimenta. Además, el bolso disponía de varias cremalleras, era flexible para introducir artículos de compra y tenía compartimentos donde llevar objetos de tocador o de escritura. La segunda patente protegía un parasol adaptado para plegarse en un perímetro estrecho y con un mango desmontable que servía como estuche de maquillaje. Este invento también recibió protección en Reino Unido (patente no. 24788 solicitada en 1911) y en Canadá (no. 143187).

Patente estadounidense no. 1.492.725 (parasol).
Oficina de Patentes y Marcas de los Estados Unidos.

En 1919, Henry se trasladó a Nueva York (residiendo siempre en hoteles de la ciudad). En 1921, registró un nuevo invento, igualmente en relación a los parasoles. Concedida en 1924, esta patente (no. 1.492.725) suponía trasplantar a paraguas y sombrillas la idea del bolso combinable con la ropa, de manera que el armazón pudiera aceptar doseles de distintos colores o formas y, además, sin que el agua de lluvia se colase a través de la estructura (en virtud de una conexión sellada entre el centro de la cubierta y el palo del paraguas o parasol). Beulah fundó la empresa Henry Umbrella & Parasol Company para comercializar este invento, que disfrutó de una gran demanda, hasta el punto que su creadora ingresó 50.000 dólares, invertidos en el establecimiento de un laboratorio donde sus ideas eran transformadas en prototipos con la ayuda de una plantilla integrada por mecánicos, maquetistas y artesanos. Incluso, Henry llegó a ser citada entre los inventores más destacados del año 1924 por la prestigiosa revista Scientific American.

En 1925, Henry recibió una patente (no. 1.522.453) para un estuche de maquillaje hecho en material no metálico y elástico, con un diseño atractivo, realizable en varios colores para conjuntar con la ropa y provisto de una cadena para colgarse de la muñeca de la usuaria. La novedad consistía en la forma de organizar la ubicación de los distintos elementos de tocador (lápiz de labios, carmín, polvos, cosméticos, perfumes, espejo, almohadillas), de modo que estuviesen dispuestos en receptáculos separados y compactos, para así no mezclarse entre sí y ser sencillos de localizar, extraer y usarse.

En 1926, obtuvo otras dos patentes (nos. 1.593.494 y 1.608.394) también relacionadas con sombrillas y paraguas. La primera versaba sobre el diseño de la guía del dosel para que éste resbalase y se curvara de inmediato, ocultando los extremos inferiores de los rayos del paraguas, permitiendo un cómodo agarre de la guía por parte de los dedos del usuario y prescindiendo de todo tipo de broche. En la otra, volvían a combinarse dos objetos distintos, esta vez una sombrilla rápidamente convertible en una bolsa para llevar el calzado, los trajes de baño u otros artículos similares.

Patente estadounidense no. 1.565.145 (radio-muñeca).
Oficina de Patentes y Marcas de los Estados Unidos.

Durante la década de 1920, Henry también registró varias invenciones destinadas a la infancia o al esparcimiento. En 1925, recibió una patente (no. 1.551.250) para un muñeco revestido con materiales higiénicos y resistentes al agua, cuya estructura interior estaba formada por muelles, lo que permitía contorsionarlo para que adoptara múltiples posturas y acto seguido recuperara su forma natural. También ese año obtuvo otra patente (no. 1.565.145) para un juguete mucho más sofisticado: una “radio-muñeca”. Que un muñeco pudiese hablar siempre había sido el sueño de cualquier niño y niña, lo que comenzó a realizarse gracias al mecánico e inventor alemán Johann Nepomuk Maelzel (1772-1837). En 1823, Maelzel (asimismo diseñador de los audífonos de Beethoven) había registrado una patente francesa (no. 2286) para una muñeca que podía decir “papá” y “mamá” según se apretara un brazo u otro, gracias a un dispositivo formado por un fuelle, una válvula, una lengüeta vibratoria y un pequeño pabellón de resonancia.

Posteriormente, otros inventos similares fueron protegidos en Francia (Théroude, 1853; Guilliard, 1853; Cruchet, 1855) o en EEUU (Harwood, 1877; Durand, 1877). En 1877, al mismo tiempo que inventaba el fonógrafo, Edison ya tuvo la idea de aplicarlo a una muñeca (capaz incluso de cantar). Con tal fin, creó en 1887 la empresa The Edison Phonograph Toy Manufacturing Company, aunque las patentes no fueron registradas hasta 1889 (no. 423039) y 1890 (no. 456301). Asimismo, fueron comercializados o patentados en Francia, Alemania y EE. UU. distintos tipos de muñecos parlantes que empleaban el fonógrafo (Lioret, 1896; Arnold, 1906; Averill, 1921) o el gramófono (Kammer & Reinhardt, 1890).

En cualquier caso, la radio-muñeca de Henry era un invento muy meritorio, dado el estado entonces incipiente de las comunicaciones inalámbricas en lo tocante a su explotación comercial o a sus limitaciones técnicas, revelando una vez más el instinto creativo de esta inventora a la hora de producir novedades a partir de la combinación de elementos diversos. Esta muñeca incorporaba (parcial o completamente) en su interior un equipo receptor radiofónico conectado a una antena. Los diales iban situados en la espalda y el altavoz a la altura del pecho.

En 1926, Henry obtuvo una patente (no. 1.575.264) para un trompo indicador, formado por bolitas de colores y utilizable en movimientos de piezas o de personas durante distintos tipos de entretenimientos. La propia inventora diseñó un juego llamado “Cross Country” que hacía uso del trompo. En él, los participantes tenían que atravesar un país a través de sus principales líneas ferroviarias sin poder encontrarse entre ellos, pues de suceder eran penalizados con volver a la estación de partida. Se pretendía que los jugadores aprendieran la geografía del país y el mejor modo de recorrerlo.

Patente estadounidense no. 1.639.607 (aparato flotador).
Oficina de Patentes y Marcas de los Estados Unidos.

En 1927, Henry recibió otras tres patentes (nos. 1.634.146, 1.634.189 y 1.639.607) relativas a juguetes. La primera de ellas consistía en unas cubiertas para pelotas de distintos tipos, especialmente las inflables. Las otras dos versaban acerca de juguetes para ser disfrutados en el agua como un perrito caniche o un aparato flotador. El perrito podía flotar tras ser inflado por la cola (así como ser deshinchable por el mismo sitio). El otro juguete acuático permitía mantener a flote a una persona sentada que podía avanzar en el agua mediante pataleos. Este vehículo flotador estaba formado por dos travesaños longitudinales en paralelo, unidos a popa con una doble tabla que hacía de asiento y en medio por una tela resistente donde reposar las piernas. La flotación se conseguía gracias a cuatro balones inflables, tres situados a popa y otro a proa, que servía asimismo para conectar los travesaños y sobre el cual se erigía la figura (rellenable con aire) del cuello y de la cabeza de un cisne, en cuyo pico iban insertadas unas riendas con las que aparentar el gobierno del aparato por su usuario. Este vehículo flotador era desmontable con facilidad para ser acarreado confortablemente y su principal utilidad estribaba en la enseñanza de los agradables beneficios de estar en el agua a los niños que todavía no supieran nadar.

En 1929, obtuvo un par de patentes (nos. 1.723.482 y 1.723.855) relacionadas con el procedimiento de inflado de balones y pelotas. La primera se refería a un aparato para facilitar el cierre y la apertura de las cámaras de goma, sin precisar corchetes o cremalleras y adaptable a los habituales tubos de introducir aire. La otra patente consistía en una válvula metálica que conectara la cámara con la cubierta (de un balón de rugby o de fútbol americano) y que fuera asimismo de sencillo manejo (empleando cualquiera de las bombas usadas para tal efecto o el propio aire pulmonar del usuario). Asimismo, en aquella fecha, Beulah ya estaba al mando de otra empresa suya denominada B. L. Henry Company (también con sede en Nueva York).

Otros inventos realizados por Henry durante esa década hacían referencia a cuestiones cotidianas como la peluquería, el aseo personal o el calzado. Así, en 1925, le fue concedida una patente (no. 1.577.861) para un rulo elástico, inflable, lavable e higiénico, cómodo de insertar o extraer, inofensivo al cabello y de firme sujeción. Un año después, consiguió una patente (no. 1.577.861) relativa a un recipiente de jabón que funcionase como una esponja de baño. Diseñado en forma de corazón, tal contenedor estaba hecho en una goma mullida y porosa, llevando dentro una pastilla jabonosa que entraba en contacto con el agua al ser manipulado mediante fricción o presión, produciéndose entonces la espuma, que salía a través de los poros de la goma. Después de ser usada, la esponja podía permanecer flotando en el agua sin gasto del detergente. Esta invención llegó a ser conocida comercialmente como “Dolly Dip” o “Latho” y su propia creadora llegó a diseñar una máquina para cortar las esponjas correctamente. En 1927, obtuvo una patente (no. 1.653.705) a favor de un cubre-pies para ser llevado por mujeres en la playa o en cualquier otro lugar donde hubiera que caminar en el agua. La cubierta podía usarse en pies desnudos o con calcetines y se combinaba con una plantilla que proporcionaba un tacón alto y un empeine lo suficientemente sólidos y rígidos como para producir un gran confort en la usuaria.

Aunque no sean ni parezcan rompedores ni revolucionarios, todos estos inventos diseñados por Henry demostraban su atenta mirada hacia los nuevos hábitos de la clase media norteamericana, cada vez más interesada por la moda, la apariencia y el aseo personales, la práctica de deportes acuáticos o de pelota, el disfrute de vacaciones en la playa, el entretenimiento de los hijos o la confortabilidad de los productos. Y asimismo reflejaban la existencia de unos importantes segmentos de mercado formados por mujeres y niños que requerían innovaciones respondiendo a sus preferencias y necesidades específicas.

Patente estadounidense no. 1.874.479 (protógrafo).
Oficina de Patentes y Marcas de los Estados Unidos.

Durante la década de 1930, la creatividad innovadora de Beulah Henry abordó un nuevo campo, relacionado en esta ocasión con el trabajo de oficina (donde precisamente las mujeres ya tenían una importante cuota como secretarias y mecanógrafas). Entre 1932 y 1937, recibió cuatro patentes (nos. 1.874.749, 1.889.657, 2.062.455 y 2.069.492) para un dispositivo o accesorio, conocido como “protógrafo”, con el que podían hacerse simultáneamente hasta cuatro copias mecanografiadas de un mismo documento sin necesidad de emplear papel carbón o acudir a la multicopista, en virtud todo ello de la inserción de una segunda cinta entintada que se extendía a lo largo de la longitud del rodillo de la máquina de escribir. El protógrafo también llegó a ser registrado en Suiza (patente no. 144595 de 1931). Concedidas respectivamente en 1938 y 1940, otra dos patentes (nos. 2.138.491 y 2.187.900) trataban de un aparato mecanográfico especialmente adaptado para usarlo conectado a una rotativa o alimentado por una serie continua de hojas de papel ordenadas y superpuestas que al mismo tiempo podían ser alineadas.

No obstante, en aquellos años, Henry siguió realizando invenciones aplicadas a la vida cotidiana. En 1930, le fue reconocida una patente (no. 1.769.259) favorable a un cierre hermético y de poco grosor para artículos como petacas de goma, bolsas de agua caliente o jeringas, al que podía añadírsele un tubo para la extracción del líquido. El cierre estaba dispuesto en una pestaña ubicada cerca del orificio del recipiente y se componía de varias arandelas encajadas y superpuestas entre sí, coronadas por un tapón de rosca. En 1935, recibió otra patente (no. 2.022.286) relacionada con el mundo infantil, en esta ocasión acerca del movimiento de los ojos de las muñecas, que podían abrirse o cerrarse según el juguete se encontrara en posición vertical u horizontal y gracias a una varilla con contrapeso situada en el interior de la cabeza del muñeco. A partir de este invento, fue comercializada la muñeca “Miss Illusion”, que además podía (pulsándose un botón) cambiar el color de los ojos (de marrones a azules), el del pelo (de negro a rubio) o girar el vestido.

Patente estadounidense no. 2.037.091 (máquina de coser).
Oficina de Patentes y Marcas de los Estados Unidos.

En 1936, obtuvo una patente (no. 2.037.091) para una máquina de coser con punto de cadeneta doble, de manera que las agujas operasen recíproca y alternativamente por las dos superficies del tejido, a gran velocidad, de modo rectilíneo y en direcciones opuestas. En 1939, Henry fue contratada como inventora por la empresa neoyorquina Nicholas Machine Works Company, donde permaneció hasta 1955. Asimismo su talento fue aprovechado por otras corporaciones dedicadas a la linotipia (Mergenthaler), productos de goma (Kleinert) o muñecos y juguetes (Averell, International Doll, Display Mannequin, Ideal Toy).

A lo largo de la década de 1940, un nuevo tipo de objetos ocupó el interés innovador de Beluah Henry. Se trataba de diferentes aparatos generadores de sonido mediante el paso del aire, pensados para aplicarse sobre todo a muñecas parlantes y protegidos con tres patentes (nos. 2.259.467, 2.302.318 y 2.346.580), concedida cada una en 1941, 1942 y 1944. La primera de ellas era un dispositivo que articulaba sonidos como “ma-ma” y “pa-pa” al desplazarse unas piezas tubulares encajadas entre sí que producían el paso del aire a través de lengüetas. El procedimiento de la segunda de estas patentes generaba los mismos sonidos silábicos, pero mediante una especie de émbolo-fuelle que al ser pulsado provocaba el consiguiente desplazamiento del aire, su paso a través de unas cánulas interiores y su emisión por una superficie agujereada (por donde entraba también el aire). En este caso, la generación de una sílaba u otra dependía de la posición (vertical o no) del aparato. La tercera patente consistía en un sustancial perfeccionamiento de la anterior, al introducir dos émbolos y diafragmas flexibles que lograban una mayor diversidad de sonidos (también de animales), mejor y más claramente articulados.

Con el propósito de dotar de mayor realismo a los muñecos habladores, Henry registró en 1941 una patente (no. 2.324.774) para que los labios se movieran, debido a la incorporación de un mecanismo pendular (parecido al del movimiento de los ojos), estando en este caso la generación de sonidos producida eléctricamente y sincronizada con los movimientos de la boca. En 1942, le fue concedida otra patente (no. 2.274.694) en la que mejoraba la apertura y cierre de los párpados, consiguiendo que se accionaran ladeando la muñeca, que cada uno actuara de manera independiente o quedaran entreabiertos (simulando somnolencia).

En aquella década, Henry continuó desarrollando perfeccionamientos en máquinas de coser y de escribir. En cuanto a las primeras, recibió en 1941 dos patentes (nos. 2.230.896 y 2.268.396) que protegían un método y un dispositivo para hacer costuras sencillas y robustas con un doble enhebrado completamente cerrado que no pudiera deshilacharse. Por otra parte, en 1941 y 1949, las mejoras en las máquinas de escribir fueron plasmadas en sendas patentes (nos. 2.267.915 y 2.484.886) con el fin de reducir los ruidos (provocados por la impresión de los caracteres) o de hacer más cómodo el mecanografiado a personas con uñas largas (mediante un rediseño de la teclas que incorporaba una pestaña inferior).

Durante los años 50, las novedades creadas por Henry siguieron volcándose en cuestiones como los juguetes, los aparatos mecanográficos, las necesidades domésticas y las máquinas de coser. En 1950, recibió una patente (no. 2.503.948) para un muñeco revestido con una cubierta flexible provista de una cámara inflable, reforzada para evitar escapes y deformaciones. Un año después, le era concedida otra (no. 2.577.849) para una curiosa vaca de juguete dispensadora de leche o cualquier otro líquido a través de la ubre y después de haberla presionado. En 1953, una tercera patente referida a juguetes (no. 2.631.408) recayó sobre un perrito en posición sentada que podía recibir pequeños trozos de comida que terminaban depositados en un receptáculo situado en uno de los costados del animal.

En cuanto a las máquinas de escribir, Henry llevó a cabo mejoras en su dispositivo multicopia, recogidas por medio de tres patentes (nos. 2.634.849, 2.695.698 y 2.897.944) concedidas en 1953, 1954 y 1959. Relacionadas con estas máquinas, en 1952 obtuvo protección (patente no. 2.610.784) para un sistema de sobres unidos en una tira con el objeto de ser mecanografiados en serie para su posterior envío masivo. Respecto a las máquinas de coser, en 1959 recibió una patente (no. 2.906.244) para un método de hacer costura cerrada y formada por un único hilo abastecido desde un solo carrete, lo que conllevaba no tener que cambiar continuamente de bobinas.

El invento más original de Henry durante los años 60 fue el horno eléctrico de inyección (al que se le concedió la patente no. 3.055.827 en 1962). Se trataba de cocinar los alimentos descargando continuamente sobre ellos sus propios jugos a través de un surtidor. Las dos restantes patentes de aquella época (nos. 3.018.033 y 3.159.264) otra vez se referían a objetos de oficina. La primera de éstas (recibida en 1962) protegía un tipo de sobre postal de uso publicitario que podía devolverse al remitente. La otra (obtenida en 1964) era una vez más otra mejora del dispositivo multicopia de las máquinas de escribir.

En 1970, Beulah Henry cosechó su última patente (no. 3.497.132), en esta ocasión para proteger un método de hacer sobres de cartas en distintas formas. Para entonces, Henry tenía 83 años edad, lo que da muestra de su infatigable dedicación a la actividad creativa (quizá relacionada con su sinestesia). Otros inventos suyos fueron un lápiz mecánico, una armadura de ventilador eléctrico y el “Kiddie Klock”, un reloj de juguete para que los niños aprendieran las horas. Asimismo, perteneció a varias instituciones neoyorquinas de carácter científico (Sociedad del Microscopio y Museo Nacional de Historia Natural) y ecologista (Sociedad Nacional Audubon y Liga Femenina para los Animales).

Aunque otras inventoras como las químicas estadounidenses Ruth Benerito (1916-2013) y Giuliana Tesoro (1921-2002) alcanzaron un registro más numeroso de patentes (50 y 125 cada una), el mérito de Beulah Henry es incluso mayor, al tratarse de una autodidacta y de una época como la que vivió donde innovar y, más aún, vivir de las innovaciones era algo vedado a las mujeres.

Bibliografía

  • Stanley, Autumn: Mothers and Daughters of Invention: Notes for a Revised History of Technology; Rutger University Press, New Brunswick (New Jersey), 1995.

Enlaces

Sobre el artículo original

Museo Virtual de la Propiedad Industrial.

Un especial agradecimiento al Equipo de Investigación sobre Propiedad Industrial. Convenio de Colaboración OEPM-UAM por permitir su reproducción en Mujeres con ciencia.

Sobre la autora

Raquel Heredia Pintado. Equipo de Investigación sobre Propiedad Industrial. Convenio de Colaboración OEPM-UAM.

Editor: Luis Fernando Blázquez Morales.

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