
Ella es la artífice de la tecnología que permitió la elaboración de comidas nutritivas, sabrosas y comestibles para soldados en misiones de varias semanas o astronautas que van al espacio. La utilidad de ese tipo de alimentos listos para consumir es posible gracias al trabajo y las investigaciones que realizó durante toda su vida Mary Richardson-Klicka (1921–2007), nutricionista y tecnóloga alimentaria canadiense-estadounidense.
Realizó la mayoría de sus aportes en colaboración con las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos y tuvo un gran impacto en el diseño de raciones y empaquetado para contextos militares y espaciales. Por ejemplo, fue la ideóloga de los menús para las misiones Mercury, Gemini y Apolo, que culminaron con la llegada del hombre a la Luna.
Infancia y juventud
Mary nació el 30 de abril de 1921 en Winnipeg, en la provincia canadiense de Manitoba. Era hija del ingeniero civil inglés William Henry Richardson y de la estadounidense Clara Myrtle Ferguson. En 1923, su familia se mudó a Kelso, en Washington (Estados Unidos), en donde pasó su infancia y juventud.
En 1939 egresó del sistema de educación secundaria. Después fue a la Universidad de Washington, en donde se graduó como dietista. Realizó prácticas en el hospital Michael Reese de Chicago y luego obtuvo una maestría en Administración de Empresas (MBA) en la Universidad de Chicago.
En su debut profesional, trabajó en el Hospital de la Universidad de Illinois y en Western Electric Co. en Chicago.
Diseño de productos listos para consumir
En 1951, Richardson-Klicka comenzó a trabajar para el Laboratorio Natick del Ejército de Estados Unidos, en Massachusetts. En 1957 pasó a ser responsable de la planificación y diseño de raciones operacionales, de supervivencia y especiales para este organismo militar.
Sus aportes al programa de investigación y desarrollo de alimentos de las Fuerzas Armadas fueron claves para el desarrollo de las Meals Ready-to-Eat (MRE), cuyo significado es raciones de alimentos listos para consumir. Estos métodos garantizaban el acceso de los soldados a productos nutritivos y duraderos en condiciones extremas.

A partir de sus estudios, lideró el desarrollo de menús espaciales para los proyectos de misiones lunares de Mercury (1961-1963), Gemini (1965-1966) y Apolo (1967-1972), en colaboración con la NASA y la Fuerza Aérea estadounidense.
En 1958 participó en una misión especial con la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Allí realizó un estudio in situ sobre problemas vinculados a las raciones entregadas a las Fuerza de Emergencia de ese organismo internacional en Gaza.
Influencia en la industria alimentaria comercial
La investigadora diseñó alimentos adaptados a contextos militares, en donde los soldados que integran patrullas de largo alcance deben consumir comidas ligeras, no voluminosas y capaces de resistir el calor, sin necesidad de refrigeración.
En el caso de las misiones espaciales, la nutrición de los astronautas debe cumplir con más requisitos. Como se trata de alimentos consumidos en entornos de ingravidez, se deben idear y fabricar dispensadores especiales, pues el agua disponible es limitada, y la temperatura a la que puede calentarse también. Este proceso necesita la reconstitución de alimentos deshidratados bajo condiciones específicas.
La dietista y tecnóloga desarrolló soluciones innovadoras para la preservación, preparación y consumo de alimentos en este tipo de contextos, bajo circunstancias excepcionales. Al respecto, escribió que “las investigaciones sobre la alimentación militar de soldados en combate y astronautas han influido en la industria alimentaria comercial”.
Las tecnologías que permitieron el diseño de productos congelados, precocinados, liofilizados, irradiados y los empaques flexibles surgieron a partir de experimentos realizados en la década de los años 1960, cuando se intensificaron los viajes espaciales.
En esos años, la dietista y otros científicos del sector trabajaron en el desarrollo de alimentos espaciales, con estudios centrados en medir los efectos que tenían en las personas. Hasta ese momento sólo se había investigado la conservación para poder ser usados en contextos de guerra, pero no había requerimientos de condiciones tan específicas como la ingravidez.
Publicaciones científicas y distinciones
Richardson-Klicka documentó gran parte de sus investigaciones en escritos que luego fueron publicados en revistas científicas –como Aerospace Medicine, Military Medicine y Journal of Food Science— y profesionales. Lo hizo tanto de manera independiente como en colaboración con otros especialistas en alimentación militar.
Obtuvo múltiples reconocimientos. En 1969 fue elegida “Mujer del Año» por la Federación de Clubes de Mujeres Empresarias y Profesionales de Massachusetts. Un año después recibió el Premio al Servicio Civil Distinguido del Departamento de Defensa estadounidense, galardón otorgado a civiles por las Fuerzas Armadas de ese país. Fue la única mujer destacada en esa ceremonia realizada en el Pentágono, en donde fue distinguida por su creatividad y aguda percepción en relación con las necesidades nutricionales de soldados en combate y astronautas.
Además formó parte de numerosas organizaciones profesionales, como la Asociación de Nutrición y Dietética Estadounidense, el Consejo Nacional sobre Envejecimiento y el Instituto de Tecnólogos de Alimentos.
Murió el 26 de agosto de 2007 en la ciudad de Waterbury, en Connecticut.
Referencias
- Jerolyn Nentl, Department of Defense Honors Former Kelso Woman for Ration Design Aids, News Papers, 2 septiembre 1970
- John Fitch, Food For Space Travelers, MIT Science Reporter, 1966
- ¿Cuál es la diferencia entre las misiones de Mercury Gemini y Apollo?, Science
- Mary Klicka, Wikipedia
Sobre la autora
Analía Boggia es comunicadora, periodista, docente y divulgadora. Actualmente cursa el Máster en Comunicación Social de la Investigación Científica en la Universidad Internacional de Valencia.