Iker Merchán Mota: «El dato mata el relato. Cuando muestras múltiples casos de titulares machistas, desactivas el discurso de que también existen sesgos a la inversa»

Protagonista

Iker Merchán Mota es doctor en Periodismo por la Universidad del País Vasco y profesor en el Departamento de Periodismo de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación. El pasado 15 de mayo participó en la tercera edición de las jornadas de Género y comunicación de la ciencia para presentar el Observatorio del Periodismo Machista, una iniciativa impulsada por el grupo de investigación Bitartez (EHU), la revista Pikara Magazine y el colectivo Comunicadoras 8M. El objetivo del observatorio es identificar coberturas informativas sexistas y proponer alternativas didácticas para mejorar la práctica periodística y extenderlas a la sociedad.

Merchán, codirector del proyecto, reflexiona en esta entrevista sobre el papel de los medios como espejo social, los sesgos presentes en la comunicación científica y la necesidad de formar a nuevas generaciones más críticas con las desigualdades de género.

El investigador Iker Merchán Mota durante su ponencia en la jornada Género y comunicación de la ciencia 2025.
Fotografía: Íñigo Sierra | Cátedra de Cultura Científica de la EHU.

María Larumbe (ML) ¿Cómo surgió el Observatorio del Periodismo Machista?

Iker Merchán Mota (IMM) Confluyeron dos situaciones. Estábamos trabajando en un proyecto de innovación educativa. Queríamos saber cómo formar mejor al alumnado en cuestiones de género y qué percepción tenían sobre sus propios sesgos. La mayoría se consideraba no machista, pero al ponerles frente a titulares con enfoques sexistas, vimos que tenían muchas lagunas. De hecho, solo detectaban alrededor del 40 % de titulares machistas; el resto, ni los veían.

En paralelo, en aquel 8M de 2018 que consiguió poner las demandas feministas en la agenda mediática, el colectivo Comunicadoras 8M reclamó públicamente a las instituciones crear un observatorio que visibilizara coberturas machistas en medios.

Desde la universidad revisamos esa propuesta. Queríamos que el conocimiento que muchas veces se da por sabido en el ámbito académico llegara a la sociedad. Hay cosas que en clase no permitiríamos porque no pasan un filtro de calidad y que, en el entorno profesional, siguen ocurriendo. Ahí vimos una oportunidad clara: unir investigación, docencia y transferencia social, así que recogimos el guante.

(ML) ¿Qué objetivos perseguís desde el Observatorio?

(IMM) Queremos detectar coberturas con sesgos machistas y generar conciencia, no solo entre quienes ejercen el periodismo, sino en toda la sociedad. Los medios no son especialmente machistas, pero sí reflejan patrones que están presentes en nuestra cultura. Si logramos que cambien, puede que también consigamos cambiar la sociedad.

(ML) ¿Cómo funciona en la práctica?

(IMM) Tenemos varias vías para detectar casos: un buzón abierto para que nos envíen noticias que consideren machistas y herramientas de búsqueda para detectarlas. Cuando llega una noticia, la valoramos en grupo y aplicamos una política estricta: solo se publica si hay unanimidad. Si alguien no la considera machista, no se incluye.

Esto nos da tranquilidad porque todo lo que publicamos tiene un consenso claro. El grupo es diverso. De hecho, hay personas que estamos a favor del lenguaje inclusivo, mientras que otras no.

(ML) ¿Por qué razón habéis dejado fuera el lenguaje inclusivo?

(IMM) Por dos motivos. Primero, porque no hay consenso ni dentro del grupo ni en el ámbito de la comunicación en general. Segundo, porque queremos que los tipos de machismo que analicemos sean “agnósticos” del idioma. Queremos detectar sesgos que se compartan en diferentes lenguas como en castellano, euskera, inglés o mandarín. Porque el problema no es la lengua en sí, sino que las personas que la usamos somos, en mayor o menor medida, machistas.

(ML) ¿Qué tipos de machismos habéis identificado?

(IMM) Las coberturas más frecuentes son las que romantizan o minimizan la violencia machista, aquellas que relacionan el valor de las mujeres con figuras masculinas y las que cosifican o ponen énfasis en lo superficial. También hay cuestiones como hablar de la ropa de una política –algo que no se suele hacer en el caso de los hombres– o el uso del nombre y el apellido. A los hombres se les menciona más por el apellido, en cambio, a las mujeres solo por el nombre o por el nombre y el apellido.

(ML) Una vez seleccionáis los titulares, ¿qué hacéis con ellos?

(IMM) Las publicamos y categorizamos según el tipo de machismo, y explicamos por qué son machistas, porque a veces no se detecta a primera vista. Siempre incluimos una propuesta alternativa, es decir, cómo podría haberse escrito de otra manera. Esa labor didáctica es clave porque ayuda a identificar el tipo de machismo y a pensar cómo evitarlo.

A veces no hay manera de arreglar un titular: hay que eliminarlo. Por ejemplo, “La dieta de la princesa Leonor para enamorar a Gavi”. Era un titular falso, sobre una menor de edad, además, y no se debería haber publicado.

(ML) ¿Cómo reaccionan los medios?

(IMM) No les contactamos directamente, pero vemos que algunos leen el Observatorio porque corrigen. Hemos preferido no hacer ese contacto. Cuando hemos hablado con algún medio por otro motivo, nos han comentado que no había mala intención. Pero no se trata de la intención, sino de lo que realmente hacemos. Tenemos que revisarnos y pulirnos. Ser conscientes de que vivimos en una estructura con sesgos machistas y tratar de minimizarlos.

(ML) Y en el ámbito de la comunicación científica, ¿cuáles son los machismos más habituales que habéis detectado?

(IMM) Existen estudios que muestran que la presentación de investigadores e investigadoras es distinta. En este sentido, en buena parte de los titulares que hemos analizado relacionados con el mundo académico y de la investigación, hemos observado que ellos aparecen como los protagonistas de sus logros, con nombres y apellidos, en los titulares. Mientras que, en el caso de ellas, son las entidades o instituciones donde trabajan las que aparecen en el titular, quedándose las investigadoras relegadas al subtítulo.

Sabemos que los sesgos no se pueden evitar del todo, pero tenemos que trabajar para reconocerlos y reducirlos.

(ML) Uno de los propósitos del Observatorio es crear estrategias para reducir la discriminación. ¿Habéis observado algún cambio tras su puesta en marcha?

(IMM) Lo principal es la formación. Además de en la universidad, estamos trabajando con el Berritzegune, del Departamento de Educación del Gobierno Vasco, para desarrollar tres unidades didácticas para alumnado de secundaria. La idea es que puedan usarse en cualquier asignatura, no solo en tutoría. Nos gustaría que se hablara de esto en las clases de euskera y de castellano, no solo el 8M o el 25N, que estuviera en la conversación cotidiana.

Cuando enseñas muchos casos, desactivas el discurso de que también hay sesgos a la inversa. El dato mata el relato. Si esto llega a quienes tienen la capacidad de cambiar el futuro -los y las jóvenes- ya habremos conseguido algo importante. También estamos preparando un libro con el Servicio Editorial de la universidad.

(ML) ¿Seguimos siendo una sociedad machista?

(IMM) Los medios son el espejo en el que nos miramos. A veces creemos que ya hemos superado ciertas desigualdades, pero basta con observar cómo se informa para ver que todavía queda camino por recorrer. No solo se trata de cambiar a los medios: si los medios cambian, puede que cambie la propia sociedad.

(ML) ¿Con qué idea te gustaría que se quedara la gente tras leer la entrevista?

(IMM) Los sesgos son consustanciales a lo que somos. No es que haya intención de ser machista, pero los hechos sí lo son. Lo primero es ser conscientes y actuar en consecuencia. En algunas ocasiones pensamos “yo no soy machista, así que no puedo hacer cosas machistas”. Pero eso no funciona así. Yo también lo soy a veces, no puedo evitarlo. Si conseguimos que alguien se replantee alguna pauta de comunicación, habremos tenido un éxito tremendo.

Puedes ver la ponencia de Iker Merchán Mota (@ikermerchan.bsky.social) en la jornada Género y comunicación de la ciencia 2025 en el canal Nahieran de EITB.

Nota

Esta entrevista fue publicada originalmente en la sección de noticias de Katedra (18 de junio de 2025). Ir a la entrevista original.

Sobre la autora

María Larumbe (emelarumbe.bsky.social) es la responsable de comunicación de la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *.