Margarete Zuelzer, una científica que fue doblemente marginada

Vidas científicas

Margarete Zuelzer (1877-1943) fue una destacada bióloga y zoóloga alemana cuya vida ejemplifica las conquistas y visicitudes que protagonizaron las científicas en la primera mitad del siglo XX. Mujer y judía, Margarete se enfrentó a múltiples obstáculos en su camino, desde restricciones educativas hasta persecuciones políticas. Durante toda su vida mantuvo una relación muy cercana con su hermana mayor, la reconocida pintora Gertrud Zuelzer, y juntas desafiaron las normas de género de la época.

Margarete Zuelzer (1902). Wikimedia Commons.

Margarete nació el 7 de febrero de 1877 en Haynau (actualmente Chojnów, Polonia), en el seno de una familia judía. Sus padres, Henriette (de soltera Friedländer) y Julius Zuelzer, un fabricante textil, valoraban profundamente la educación. En 1880, la familia se trasladó a Berlín para poder proporcionar mejores oportunidades a sus hijas. Este traslado materializó el deseo de los Zuelzer de ofrecerles –y no solo a los hijos varones– acceso a una educación de calidad, algo evidente para cualquier familia judía que pudiera permitírselo económicamente.

Margarete mostró gran determinación por la ciencia en una época en la que las mujeres no eran bienvenidas en el ámbito académico. Estudió ciencias naturales en la Universidad Humboldt de Berlín y en la Universidad de Heidelberg. Que una mujer acudiera a la universidad para estudiar ciencias era algo tan inusual que Zuelzer tuvo que obtener el permiso de cada uno de sus profesores para poder asistir a sus clases. En 1904, obtuvo su doctorado con una tesis sobre el protozoo ameboide Difflugia urceolata, convirtiéndose así en la sexta mujer en doctorarse en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Heidelberg.

Carrera científica y desafíos profesionales

Aunque había pocas oportunidades de trabajo para las científicas en Alemania, Margarete comenzó su carrera profesional en 1907 como asistente en la planta de tratamiento de aguas de Berlín. En 1916 se incorporó al Ministerio de Salud alemán, donde profundizó en el estudio de protozoos –organismos microscópicos que viven en medios acuáticos y son parásitos de otros seres vivos–. A partir de 1919 dirigió el Laboratorio de Protozoos en Berlín-Dahlem, convirtiéndose en una de las pocas mujeres que formaría parte de su consejo asesor a lo largo de sus años de existencia –en ocasiones, la única–.

Entre 1926 y 1929, el gobierno holandés la invitó a realizar una investigación sobre la leptospirosis en sus colonias conocidas como Indias Orientales Neerlandesas, específicamente en Bali, Sumatra y Java. Esta afección, también conocida como enfermedad de Weil, es una infección de la sangre que se propaga a otras partes del cuerpo. Durante el tiempo que vivió allí, Zuelzer entabló una amistad duradera con el biólogo germano-holandés Wilhelm Schüffner.

De 932 a 1933 Zuelzer trabajó como investigadora invitada en el Instituto Kaiser Wilhelm (KWI) de Química Física y Electroquímica (actualmente Instituto Fritz Haber) en Berlín-Dahlem.

A pesar de sus logros en el campo de la biología y la salud pública, Margarete fue cuestionada debido a su género y origen judío. La comunidad científica de la época estaba dominada por hombres blancos que negaban oportunidades de mejora a las mujeres. Por si aquello no fuera suficiente, el creciente antisemitismo en Alemania añadía otra capa de dificultad a su carrera.

Persecución y exilio

La llegada al poder del régimen nazi en 1933 marcó un punto de inflexión en la vida de Margarete. En abril de ese año, fue destituida de su puesto en el Laboratorio de Protozoos por la Ley para la Restauración de la Función Pública, que permitía cesar a funcionarios de ascendencia «no aria». A pesar de apelar la decisión alegando que ella nunca había pertenecido a ningún partido, se había mantenido alejada de cualquier actividad política y había desarrollado exclusivamente actividades científicas, tuvo que “retirarse”.

Buscó otros trabajos, sin éxito; su alto grado de especialización y su edad parecían jugar en su contra. Participó en el Congreso Internacional de Zoología en Lisboa en 1936 con la esperanza de que pudiera abrirle puertas en el extranjero, cosa que no ocurrió. Continuó subsistiendo en Berlín hasta octubre de 1939, cuando, ante la creciente persecución a la población judía, Margarete decidió emigrar a los Países Bajos. Allí consiguió un puesto en el Instituto de Higiene Tropical que dirigía su amigo Schüffner.

Cuando los alemanes ocuparon el país en 1940 y comenzaron las primeras deportaciones, Margarete fue obligada a mudarse al gueto judío de Ámsterdam. En 1943 fue arrestada por la Gestapo y extraditada al campo de concentración de Westerbork, donde llegó el 20 de mayo de 1943. Fue vista por última vez el 23 de agosto de ese año. Tenía 66 años.

Relación con su hermana Gertrud

Gertrud y Margarete Zuelzer (1930).

La relación entre Margarete y su hermana mayor, Gertrud, fue un pilar fundamental en la vida de ambas. Gertrud Zuelzer (1873-1968) fue una pintora reconocida que, al igual que Margarete, desafió las expectativas de género de la época al dedicarse a una carrera artística y permanecer soltera.

Las hermanas compartieron infancia en Berlín, donde sus padres fomentaron su educación y desarrollo personal. Tras separarse unos años para realizar sus estudios superiores, ambas regresaron a la capital y compartieron un apartamento en Charlottenburg. Su tío Friedrich von Friedländer-Fuld, magnate del carbón y la industria minera alemana, las respaldó económicamente para que pudieran dedicarse a sus pasiones como artista y científica.

Durante los años difíciles del régimen nazi, las hermanas se apoyaron mutuamente. En septiembre de 1942, Gertrud fue arrestada tras un intento fallido de huida a Suiza, y deportada al Gueto de Theresienstadt. Desde los Países Bajos, Margarete le enviaba paquetes con ropa y lápices de colores. Gertrud utilizaba estos materiales para dibujar retratos de otros prisioneros a cambio de comida, lo que le ayudó a sobrevivir en condiciones extremas.

Gertrud regresó a Berlín en 1945. Reanudó su carrera como artista y expuso su obra en la Exposición de Berlín de 1950 y en el Ayuntamiento de Charlottenburg en 1956. Murió en 1968, a los 95 años.

Legado

A pesar de haber sido marginada en vida y abocada al olvido, el legado de Margarete Zuelzer ha sido redescubierto en tiempos recientes. Su historia nos recuerda la importancia de la inclusión y el reconocimiento del talento, sin importar su procedencia. Por suerte, la lucha y logros de esta científica pionera son inmortales desde que, en 1980, E. Canale-Parola nombró a la especie Spirochaeta zuelzerae en su honor.

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Sobre la autora

Edurne Gaston Estanga es doctora en ciencia y tecnología de los alimentos. Actualmente se dedica a la gestión de proyectos en organizaciones que fomentan la difusión del conocimiento de la ciencia y la tecnología.

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