Las mujeres siguen estando infrarrepresentadas en las profesiones STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés) y específicamente en el área de ingeniería. Numerosas iniciativas están contribuyendo a atraer más mujeres a estas carreras; sin embargo, parece que algo está fallando cuando llegan a la universidad, ya que muestran una tasa de abandono un 23 % más alta que la de los hombres.
Nuesto reciente estudio ha investigado los motivos de abandono, con el objetivo de diseñar medidas eficaces para retener a estas futuras ingenieras. A través de 34 entrevistas cualitativas en profundidad hemos identificado las barreras internas, los estereotipos y los obstáculos externos que les habían llevado a abandonar los grados de ingeniería.
Pertenencia y motivación
Factores como el ambiente más o menos hostil que se encuentran en la universidad, los sistemas de evaluación o la incongruencia con el rol de género femenino, conducen a debilitar la percepción de autoeficacia de las estudiantes. Esto, a su vez, erosiona su sentido de pertenencia y las conduce en ocasiones a abandonar sus estudios universitarios.
Aspirar a una mejor remuneración no resulta motivación suficiente para persistir cuando se presentan dificultades. A pesar de que hombres y mujeres coinciden en las razones para escoger estas carreras (destreza en matemáticas y oportunidades profesionales bien remuneradas), las mujeres, más a menudo que los hombres, mencionan que quieren tener un impacto real como ingenieras socialmente responsables, resolviendo problemas y marcando una diferencia en la vida de las personas y en la sociedad.
Autopercepción, inclusión y modelos
La percepción de autoeficacia es mucho menor en las mujeres, incluso aunque obtengan mejores resultados académicos que sus homólogos masculinos. Esto les conduce, en ocasiones, a padecer el síndrome del impostor y sentir que les faltan capacidades para acabar exitosamente la carrera.
En cuanto a factores externos, la hegemonía tradicional masculina en el ámbito de las ingenierías es uno de los factores que contribuyen a la subrepresentación de las mujeres. Los resultados de las entrevistas sugieren que el abandono de estas carreras está relacionado con la falta de referencias femeninas, o la incongruencia percibida entre el rol de género femenino y los roles de las profesiones científico–tecnológicas en la sociedad.
Las entrevistadas también reportaron experiencias negativas para integrarse en equipos de trabajo con compañeros masculinos. Otras incluso refirieron esa desigualdad de trato por parte de determinados profesores: “Tenía que hacer un proyecto con un compañero y cuando yo hacía preguntas, el profesor siempre se dirigía a mi compañero, nunca a mí”.
Falta de equilibrio con la vida personal
Todos los entrevistados ponen de manifiesto la dificultad de las asignaturas, la gran carga de trabajo y la falta de tiempo para realizar todas las tareas encomendadas.
Las estudiantes femeninas, en concreto, echan de menos asignaturas más prácticas, que tengan un impacto en la vida de las personas y resuelvan problemas reales de la sociedad; pero también, que no se fomente el trabajo en equipo y las metodologías activas de enseñanza.
Todo ello desemboca en una creciente dificultad para encontrar un equilibrio entre la vida personal y académica, algo que en muchos casos conduce a perder motivación por los estudios.
Posibles soluciones
Los motivos por los que algunas mujeres terminan abandonando sus estudios de ingeniería dependen de múltiples factores, pero cabe plantear algunas propuestas que pueden ayudar a disminuir dicho abandono:
- Apoyo psicológico, para que las mujeres fomenten la resiliencia, el optimismo, la esperanza y reduzcan el estrés y la ansiedad.
- Programas de mentorización, dentro de cada Escuela o Universidad, con el fin de crear una red de alumnas donde las estudiantes de primer año conecten con estudiantes de cursos superiores que puedan apoyarlas.
- Intervenciones integradas con alumnos y alumnas de ingeniería para resaltar la importancia que tiene la diversidad en la innovación.
- Dotar de mayor importancia al Comité de Género o de Diversidad e Inclusión en las Escuelas Universitarias y Facultades para fomentar una cultura más inclusiva.
- Revisar cuidadosamente las comunicaciones para detectar estereotipos de género e implementar soluciones.
- Fomentar metodologías de aprendizaje activo basadas en la realización de proyectos en equipo desde los primeros años de carrera, para fomentar la colaboración frente a la competitividad.
- Desarrollar proyectos enfocados a mejorar la sociedad, con propósitos sociales o medioambiental, mucho más alineados con los valores comunales de las mujeres.
Unas estudiantes más motivadas, con un alto sentido de pertenencia y con una buena percepción de ellas mismas ayudarían a reducir la tasa de abandono en estos grados. Conseguiríamos así que la brecha de género, aún persistente en este tipo de profesiones, comience a estrecharse.
Sobre las autoras
Miryam Martinez Martinez, Profesora Adjunta Área de Comercialización e Investigación de Mercados, Universidad CEU San Pablo; Susana González Pérez, Adjunct professor, Universidad CEU San Pablo y Virginia Rey Paredes, Doctora en ciencias económicas y empresariales, Universidad CEU San Pablo
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Ir al artículo original.