Una corazonada en el bosque blanco

Ciencia y más

Lise Meitner (hacia 1900).

Una corazonada en el bosque blanco

A Lise Meitner

Lise tiene un cráter en la cara oculta de la Luna,
Otro, en la Planitia Labinia venusiana,
además de un asteroide entre las órbitas de Marte y Júpiter,
el 6999 Meitner.
Su nombre figura también en el columbario de la tabla periódica,
en el séptimo cielo de los elementos sintéticos,
con un epitafio en su memoria:
«meitnerio.
Símbolo atómico: Mt
Número atómico: 109
Peso atómico: 278».
La casilla, a modo de urna cineraria,
da cuatro pinceladas sobre su inestable habitante,
con una vida media tan breve
que apenas supera unos segundos.
Pero, más allá de cráteres, asteroides y elementos,
en la mirada melancólica de Lise, se intuye
el largo camino que va desde el sótano clandestino de Berlín,
donde realizaba sus experimentos,
hasta el paisaje nevado de Estocolmo,
donde alcanzó la iluminación atómica.
El resplandor encajaba con las ecuaciones.
Lise vio la escisión del núcleo de uranio como una gota líquida,
como una lágrima vacilante,
que, finalmente, resbala antes de que llegue el llanto,
en un mecanismo liberador de reacción en cadena.
Fue una corazonada en el bosque blanco.
Tras algunos cálculos, Lise vislumbra la fisión,
la vasta y terrible energía que desprende;
el suelo se tambalea, se estremecen los abedules plateados,
tiemblan los álamos en las montañas de Nuevo Méjico,
y su aliento suspendido en el frío forma un hongo de vaho
que se desvanece.
Oppenheimer dijo que, tras la prueba nuclear de Trinity,
recordó el verso del Bhagavad Gita
«Ahora me he convertido en la muerte, el destructor de mundos».
Aquella Navidad de 1938, al interpretar los resultados,
Lise vio el deslumbrante resplandor,
la danza atómica de los neutrones,
girando como derviches enajenados hacia la devastación.

Elena Soto

Nota de la editora

Un especial agradecimiento a Elena Soto por dejarnos publicar en Mujeres con ciencia este poema dedicado a Lise Meitner que apareció en su blog Establo Pegaso el 31 de octubre de 2022.

Al pedirle permiso para compartirlo en este medio, Elena comentaba: «Este poema lo comencé a escribir hace algún tiempo, cuando saqué la vida de Lise en B@leópolis. Es una mujer que me impresionó tanto que lo único que tenía claro era que tenía que unir la tristeza de su mirada con la gota líquida, las lágrimas y su intuición».

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Sobre la autora

Elena Soto es periodista especializada en ciencia. Escribía en B@leópolis, suplemento de divulgación científica y tecnológica de Islas Baleares. También es poeta y ha publicado varios libros.

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