Elena Soto: “Actualmente la ciencia y el medio ambiente no ocupan el espacio que deberían en los medios”

Protagonista

¿Letras o ciencias? Este siempre ha sido un debate recurrente. Elena Soto, periodista leonesa especializada en ciencia, demuestra que la conjunción entre ellas es posible a través de la poesía. Soto, no sólo trabaja en Baleópolis, suplemento de divulgación científica y tecnológica de Islas Baleares, sino que también escribe poesía científica en Tam Tam Press, en su blog “El Establo de Pegaso” y ha publicado libros como “Invierno sin corazón”.

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Elena Soto junto a un meteorito en el Planetario de Mallorca.

Pilar Bayón (PB) ¿Cómo surge la idea de la poesía científica?

Elena Soto (ES) La verdad es que siempre me ha interesado la ciencia y la poesía. Curiosamente, cuando empecé a entrevistar a investigadores de todas las áreas y a hacer reportajes, pensaba en qué otras maneras habría para contar ciencia y qué temas quedarían bonitos en un poema. De ahí surgió la idea, creo que es una buena forma de enganchar a gente que nunca se le ocurriría leer algo científico. Funciona también al revés, para gente interesada en ciencia, pero que le parece curioso que se pueda contar de una manera tan diferente.

(PB) ¿Cómo comenzaste a publicar?

(ES) Unos amigos periodistas de León crearon Tam tam press magazin y me pidieron colaborar. Yo ya había comenzado a escribir los poemas científicos y pensé que quizás fuera una buena mezcla para una sección. Además, el formato digital permitía acompañar el poema con vídeos y explicaciones extra que podían hacerlo más interesante. En mi blog El establo de Pegaso, también intento hacer esta combinación entre poesía y ciencia, incluyendo tanto poemas míos como de otros autores y autoras.

En cuanto a Baleópolis, hay un apartado sobre la historia de la ciencia. Desde ahí intentamos contar los descubrimientos y trabajos de personas no reconocidas y desgraciadamente este es el caso de muchas mujeres a lo largo de la historia.

kernlosewinter-elena-soto(PB) ¿Qué otros trabajos tienes en poesía científica?

(ES) He publicado cuatro libros. Gané el premio de poesía Carmen Conde con “Métricas del Alma” en 2003. A raíz de eso, la editorial Torremozas apostó por mí y lo sigue haciendo a pesar de ser una época económica difícil. El último libro publicado ha sido “Invierno sin Corazón” (Kernlose Winter) y en él podemos encontrar referencias al medio ambiente y a la ciencia. Es difícil publicar un libro de poesía y más venderlo. Pero yo escribo porque siempre lo he hecho y disfruto, lo de publicar es algo que si se produce, genial. Afortunadamente, hoy en día hay cauces alternativos para mostrar lo que haces.

(PB) ¿Qué autores y autoras destacarías en la poesía científica?

(ES) En España tenemos casos de excelentes investigadores y poetas como el físico catalán David Jou, aunque hay más tradición de tratar temas científicos en la poesía en inglés; por citar alguno destacaría al Nobel de Química Roald Hoffman o James Clerk Maxwell.Con respecto a poetas que tratan temas de ciencia, hay muchos casos, Adrienne Rich y su magnífico poema “Poder”, dedicado a Marie Curie puede ser un buen ejemplo.

(PB) Desde el punto de vista periodístico, ¿cómo se ha tratado la ciencia en los medios de comunicación en España?

(ES) En comparación con otros lugares, como Inglaterra, hay poca tradición de transmitir temas científicos en la prensa. Las causas pueden ser varias; la principal es que no se preparaba a los periodistas para transmitirla.

(PB) ¿Cómo se refleja la ciencia actualmente?

(ES) En general, la ciencia y el medio ambiente no ocupan el espacio que deberían en los medios. Con la crisis económica, muchos medios generalistas dejaron de apostar por ella o incluyen únicamente noticias amarillistas e impactantes, como hijos con tres padres o temas similares.

Pero la crisis también ha llevado a muchos investigadores a darse cuenta de lo importante que es informar a la población de lo que estaban haciendo y de lo que suponía recortar en ciencia. Hay excelentes divulgadores que han creado sus propios blogs y que son muy activos en redes sociales.

Ahora, en prensa, está empezando a haber un remonte con “Materia” en El País y otros medios como El Mundo, que incluyen vídeos y otros formatos, pero todavía queda un largo camino. Mientras la ciencia no salga más en medios generalistas no se conseguirá llegar a toda la sociedad. A los blogs dedicados a la ciencia, suelen llegar únicamente aquellos que ya tiene un interés previo. Definitivamente, hay que conseguir enganchar a más gente, la ciencia está en el día a día.

(PB) ¿Cómo ha sido la presencia de las mujeres científicas en los medios de comunicación?

(ES) Bajo mi punto de vista, en los medios de comunicación no se ha reflejado ni la cuarta parte del importante papel de las mujeres en la ciencia. Esto viene por el hecho de que no se conoce bien la historia de la ciencia. En Baleópolis, yo dedico una página siempre a historia de la ciencia y cuento los problemas que tuvieron las mujeres en su momento para hacer investigación.

Hoy en día, en cierta manera, sigue habiendo esta invisibilidad. Esto repercute en que las jóvenes no tengan referentes claros a los que imitar. “¿Dónde me van a llevar las matemáticas?”, se pueden preguntar. Se les están dando unos modelos que hacen que estos campos no les atraigan o las desanimen porque no ven posibilidades. A veces necesitan un espejo en el que mirarse y ver que no son bichos raros.

(PB) ¿Con qué poesía podríamos terminar?

(ES) El poema “Oscura era la noche, fría estaba la Tierra”, es sobre las dos naves gemelas de la NASA (Voyager 1 y Voyager 2). Fue publicado en Tam Tam press y tuvo bastante éxito.

Oscura era la noche, fría estaba la Tierra

“Oscura era la noche, fría estaba la Tierra”,
el blues de ‘Blind’ Willie Johnson,
junto con el canto nocturno de los navajos
y los latidos del corazón de Ann Druyan
ya han cruzado el Cinturón de Kuiper.
—La NASA anunció que la Voyager 1
dejaba atrás la heliopausa, abandonando el Sistema Solar—.

Desamparados en la Vía Láctea,
arropados tan solo por gas ionizado,
los esquemas de ADN y las leyes de Newton
duermen su letargo cósmico
en los surcos del disco de oro de la Voyager
con otros ‘grandes éxitos’ del Planeta.

Escucho el gemido de la guitarra
mientras oscurece en esta parte de la Tierra,
y el verano se debilita, como la señal de la Voyager.

La luna mengua,
y el lamento de ‘Blind’ en las calles de Beaumont,
se desplaza hacia la nube de Oort,
—en unos 40.000 años se aproximará a la constelación de la Jirafa—.

Entre rasgueo y rasgueo,
repaso el inventario que vaga en el abismo
y que intenta explicar “a quién corresponda”
la deriva continental, la evolución de los vertebrados
o el endemoniado tráfico de una ciudad en hora punta.

En la carátula,
una descripción del lugar de nuestro planeta en la Galaxia,
un átomo de hidrógeno
y las instrucciones de uso y manejo del disco.

“Dark was the night, cold was the ground”
(Oscura era la noche, fría estaba la Tierra),
Un blues desvalido en la frontera.
Voz profunda adentrándose en el espacio profundo,
mensajera frágil “en el áspero camino hacia las estrellas”.

Sobre la autora

Pilar Bayón es estudiante del Doble Grado de Periodismo y Relaciones Internaciones de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.

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