El sexo del cerebro matemático

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El cerebro de las mujeres y de los hombres procesa la información matemática de la misma manera. Podemos pensar que los resultados en el rendimiento en esta materia son diferentes en cuanto a género y que hay estudios que demuestran estas conclusiones, pero en esos estudios es imposible separar las observaciones biológicas intrínsecas de las influencias socioculturales. Es decir, si aparecen resultados diferentes en pruebas para comprobar el desempeño matemático y éstos favorecen a los chicos, probablemente estén influenciados por muchas variables del entorno que nada tienen que ver con la biología y el cerebro.

Imagen: Pixabay.

Para evaluar sólo los procesos neuronales de niños y niñas sin este sesgo, un equipo de investigadoras ha llevado a cabo estudios de neuroimagen en niños y niñas. Han comprobado que las regiones cerebrales que se activan durante el proceso cognitivo implicado en analizar y comprender cuestiones matemáticas son las mismas en los dos sexos. Detallamos brevemente la investigación llevada a cabo por Jessica Cantlon y su equipo.

En el estudio se valoraron las diferencias de género en los procesos neuronales implicados en las matemáticas en niños pequeños. Se midió el desarrollo neural de los niños de 3 a 10 años con imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI) durante la visualización de vídeos de educación matemática. El tratamiento de los datos se realizó con análisis bayesianos y frecuentistas que cuantificaron las similitudes y diferencias de género en estos procesos de circuitos sinápticos. En todos los análisis, las niñas y los niños mostraron similitudes de género significativas en el reclutamiento de las mismas regiones cerebrales, lo que indica que los niños y las niñas activan el mismo sistema neural durante el desarrollo matemático. Con este estudio se pone de manifiesto que los cerebros de niñas y niños funcionan de manera similar durante el procesamiento de nueva información sobre cuestiones matemáticas. No hay evidencias a nivel biológico de que en las respuestas neuronales al contenido matemático, las niñas sigan unos procesos diferentes que nos lleven a pensar en alguna limitación para esta disciplina tan apasionante.

Todas las respuestas neuronales son las mismas en ambos sexos en la primera infancia, y de hecho se encuentra equivalencia estadística entre niños y niñas en todas las regiones cerebrales implicadas. Estas pruebas de equivalencia estadística y un análisis de factor de Bayes muestran similitudes de género en toda la red de procesamiento de números. Además, la similitud neuronal en la medida del procesamiento matemático fue consistente entre los niños del mismo género y de diferentes géneros.

Por lo tanto, la equivalencia biológica para las matemáticas en la primera infancia muestra que las diferencias de género en los campos STEM en adultos no se derivan de diferencias intrínsecas en los cerebros de los niños, sino que probablemente tengan un origen ambiental complejo. Como señalábamos al inicio del texto, cualquier prueba de capacidad cognitiva que muestre diferencias de género conlleva la dificultad de separar los factores biológicos de los sociales. Por ejemplo, los niños de 4 a 7 años muestran una ventaja sobre las niñas en las pruebas de habilidades espaciales, pero tenemos que tener en cuenta que los padres suelen jugar con sus hijos varones a juegos espaciales, de construcción o similares y no hacen lo mismo con sus hijas, lo que sugiere una posible influencia sociocultural en las diferencias de género en el aprendizaje de cuestiones geométricas y espaciales.

Del mismo modo, en matemáticas y ciencias, los maestros que con acierto dedican tiempo a alentar a los estudiantes, a reforzarlos y a detallar conceptos científicos, parece que arrastran estereotipos y valoran más a los niños que a las niñas en sus explicaciones. Esto es importante porque las percepciones de los maestros sobre la habilidad matemática de los niños anticipan puntuaciones altas de rendimiento matemático en su futuro. También las expectativas de los padres sobre el éxito de sus hijos se correlacionan con la autopercepción de sus habilidades y su desempeño en las tareas matemáticas, por lo que es necesario motivar a las niñas desde la familia si éstas muestran interés por esta disciplina y confiar en ellas plenamente ya que no existe ningún motivo biológico para descartar su valía.

Sabemos ahora que los hallazgos de similitudes de género en el cerebro de niños y niñas apoyan las afirmaciones de que las funciones neuronales subyacentes a la cognición matemática son similares entre los sexos y sugieren la existencia de una población heterogénea en lugar de dos grupos categóricos. Por lo tanto, no hay ninguna prueba de diferencia biológica en las habilidades matemáticas de niños y niñas y sí la hay en cuanto a condicionantes, referencias femeninas, expectativas o tiempo dedicado para promover la ilusión por esta materia que no es ni rosa ni azul.

Referencias

Sobre la autora

Marta Bueno Saz es licenciada en Física y Graduada en Pedagogía por la Universidad de Salamanca. Actualmente investiga en el ámbito de las neurociencias.

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