Anita Conti, la «dama del mar»

Vidas científicas

El mar es un espejo que nos devuelve a nuestra propia ignorancia.

Anita Conti
Anita Conti, autorretrato.

Anita Conti nació Ermont (Francia) en Leon Caracotchian, era un prestigioso médico obstreta y su madre, Alice Lebon, ama de casa. Se trataba de una familia culta y acomodada que realizaba numerosos viajes, fundamentalmente por Europa. De niña, Anita descubrió el mar en las costas de Bretaña y Vendée: allí aprendió a nadar y a navegar, embarcando regularmente en barcos pesqueros.

En 1914, al comienzo de la Primera Guerra Mundial, la familia se refugió en la isla de Oleron. Allí, la joven Anita pasaba su tiempo navegando, leyendo y comenzó a realizar sus primeras fotografías.

Tras la guerra, Anita Caracotchian se mudó a París donde trabajó en el mundo de la encuadernación de libros de arte. En 1927 se casó con el diplomático Marcel Conti y continuó su interés por el océano: desde su flora o su fauna, pasando por su historia y su geografía, hasta su química y su física, Anita leía todo lo que podía sobre el mar.

Embarcaba con frecuencia en barcos pesqueros para estudiar el esforzado día a día de los trabajadores del mar. Allí observaba, tomaba notas y fotografías y publicaba sus reportajes en periódico la République. Como periodista y especialista en el mundo de la pesca, Anita participó en diversas campañas, desde el Golfo de Vizcaya hasta Terranova. En un momento en el que solo se disponía de cartas de navegación, Anita Conti empezó a dibujar las primeras cartas de pesca, ayudando de este modo a agilizar las prácticas de pesca en alta mar.

Durante sus viajes, la periodista empezó a observar una serie de datos sobre los fondos marinos (como la temperatura del agua, la profundidad o la salinidad) y estudió la influencia de estos parámetros sobre las poblaciones de peces.

En 1934 fue contratada por el biólogo marino Édouard Le Danois en la Oficina Científica y Técnica de Pesca Marina (actualmente IFREMER), como responsable de propaganda.

Cinco años más tarde se embarcó en un viaje hacia el Ártico a bordo del arrastrero bacaladero Viking para una salida de pesca de tres meses sobre el paralelo 75. Sus observaciones acerca la sobreexplotación de los océanos y sus consecuencias la alarmaron profundamente. Y comenzó a preocuparse por los efectos de la pesca industrial sobre los recursos pesqueros y los ecosistemas marinos. Su activismo en este tema la convirtió en una pionera en la conservación de la biodiversidad oceánica.

Anita Conti en el arrastrero Bois Rosé (1952). Colección Laurent Girault-Conti.

Desde noviembre de 1939 hasta enero de 1940, se embarcó en barcos dragadores de minas en el Canal de la Mancha y el Mar del Norte. Como primera mujer a bordo de buques de la Marina francesa participó activamente en las operaciones de limpieza de minas en Dunkerque. Y, en mayo de 1940, tomó parte en la evacuación de Dunkerque.

En 1941, se embarcó en el pesquero Volontaire. Ante la imposibilidad de pescar en el Atlántico Norte durante de guerra, el arrastrero se dirigió hacia las costas mediterráneas y africanas para continuar abasteciendo de alimento a la población. Durante dos años, Anita pasó de un barco pesquero a otro, observando a los pescadores franceses faenar a lo largo de las costas africanas. Allí descubrió muchas especies de peces desconocidas en su país. Además de continuar con su labor de dibujar mapas en las áreas pesqueras, comenzó a interesarse por las técnicas de pesca locales.

En 1943, el gobierno de Argel le encargó que investigara los recursos pesqueros en África occidental, así como un estudio para desarrollar la pesca tradicional. Durante diez años, a lo largo de 3000 kilómetros de costa, Anita Conti estudió la biodiversidad del fondo marino, las costas, los estuarios, las diferentes especies de peces y sus valores nutricionales. Compartió la vida y las costumbres de los pescadores de Mauritania, Senegal, Guinea y Costa de Marfil, estudiando al mismo tiempo la manera de mejorar los métodos de captura y de conservación.

Cuando las instituciones francesas dejaron de apoyar sus iniciativas, creó su propio negocio en Conakri (Guinea) para continuar con sus investigaciones, promover la pesca local y mejorar la dieta de la población. Pero las dificultades se acumularon, sus instalaciones quedaron destruidas tras unas fuertes tormentas y, en la década de 1950, Anita Conti regresó a Francia. En 1957 publicó Géants des mers chaudes, libro en el que relataba su experiencia en África.

En 1952 se embarcó durante cinco meses en el bacaladero Bois rosé en campaña hacia Terranova y, un año más tarde, publicó Racleurs d’Océans, libro en el que alertaba sobre las ingentes cantidades de pescado que esos pescadores «se llevaban como botín». Conti se indignaba por el desperdicio de peces capturados a bordo de estos bacaladeros e inició una campaña a favor de la reutilización de los peces desechados y tirados al mar. Intentó dar a conocer especies ignoradas (como el Trichiurus) y buscó la manera de equipar los barcos con sistemas de captura selectiva.

He visto tantos esfuerzos perdidos, tantas masas de animales, de restos completamente frescos volver a caer en ese mar del que acababan de ser arrancados. Los barcos […] rechazan toneladas de materia alimentaria; y en otros lugares, existen territorios completos privados de comida.

Anita Conti

En la década de 1960, Anita Conti fue pionera en acuicultura al proponer criar peces para el consumo de poblaciones y la repoblación del medio marino. En la costa adriática, crio peces en jaulas sumergidas, y en el Mar del Norte, estableció granjas de acuicultura.

En 1971, publicó L’Océan, les bêtes et l’homme, donde hizo un balance de su investigación centrándose en las consecuencias de la actividad humana en el océano.

Anita Conti falleció en 1997, a los 98 años de edad. Entre los muchos reconocimientos recibidos, es la madrina de Estran Cité de la mer, un museo dedicado al mar y la pesca ubicado en Dieppe e inaugurado en 1993.

En 2004 su hijo, Laurent Girault-Conti, legó un fondo de 45 000 fotografías en blanco y negro a los puertos de Fécamp, Douarnenez y a la comuna de Lorient. La asociación Cap sur Anita Conti se encargó de digitalizar 28 000 de estas imágenes y de organizar exposiciones hasta que se disolvió en 2014.

El 17 de mayo de 2019, en el 120 aniversario de su nacimiento, Google le dedicó un Doodle visible en el territorio francés.

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Sobre la autora

Marta Macho Stadler es doctora en matemáticas, profesora del Departamento de Matemáticas de la UPV/EHU y colaboradora en ::ZTFNews y la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU.

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