Toda la decoración navideña que se ve en un centro tecnológico como TECNALIA, a seis días para la navidad, es una sala acondicionada, a la derecha de la entrada, preparada para el lunch de fin de año de los empleados. Es fácil imaginarse a algunos de ellos encerrados en sus despachos calentando las gargantas, no para comer, sino para dar rienda suelta a su afición, porque forman parte del coro de la empresa. Pero hasta que llegue el momento de “salir a escena” ante sus compañeros, todo parece desarrollarse como uno se imagina una jornada de trabajo cualquiera en un lugar como este. Con mercancías que entran y salen; formalidad, que se aprecia desde la misma entrada, en la que antes de rellenar la ficha de visitante, se informa de cómo actuar el caso de emergencia durante la estancia en el centro; y muchas, muchas llamadas de teléfono. Casi todo el mundo camina con la oreja pegada a su móvil.
Igualmente espartana es la sala a la que nos conduce nuestra anfitriona. Se echan en falta esos grandes y seductores posters que suelen ser tan habituales en las paredes de otros lugares punteros en cuestiones de investigación y ciencia, esas recreaciones o fotografías que te hacen querer ser astronauta de mayor, o por lo menos, participar de algún modo, en la exploración espacial, como Marta Brizuela ha tenido la oportunidad de hacer.
Javier San Martín (J) ¿Recuerda donde estaba a primeros de diciembre de 2007?…
Marta Brizuela (MB) (Duda)… Eh,… No lo sé… ¿En Florida? (asiento) Sí, lo estaba pensando… (Risas) En el Kennedy Space Center.
(J) ¿Como se consigue que la Agencia Europea del Espacio (ESA) acepte un experimento para volar a la Estación Espacial Internacional?
(MB) Se había lanzado una propuesta porque la ESA estaba abierta a recibir experimentos (para el módulo Columbus, que fue lanzado al espacio desde EE.UU). Era una recién llegada, me acababa de incorporar a INASMET, pero normalmente hay un panel de expertos que evalúan las propuestas, su viabilidad técnica, si tiene sentido o no. Nos la aceptaron y empecé a trabajar en lubricantes sólidos.
(J) Y ahí comenzaron 9 años de trabajo para crear TriboLAB. ¿Hubo algún momento de pánico?
(MB) En TriboLAB íbamos de la mano del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA). Ellos desarrollaron el instrumento y nosotros la parte de los materiales que se ensayaron y el control térmico del propio instrumento. Empezamos a trabajar en un material que tuviera propiedades lubricantes en el espacio y que además se comportara bien en tierra, porque lo que se utilizaba en aquel momento, funcionaba muy bien en vacío, pero en tierra se degradaba muy rápidamente. Nos llevó años desarrollar un recubrimiento que mejorara las condiciones en tierra. Además en paralelo se fue construyendo y validando el instrumento, porque si vuela al espacio requiere de la construcción de varios modelos: el de ingeniería, el de vacío, y el de vuelo propiamente dicho. Hubo que decidir modelos, materiales, el diseño, hacer millones de pruebas de calibración, ensayos de vibración,… Y el momento de pánico llegó cuando no sabíamos si íbamos a volar porque no llegábamos a tiempo.
(J) ¿Y qué ocurrió?
(MB) Desgraciadamente hubo un Shuttle que se desintegró, retrasó todos los vuelos, y por eso entramos, es decir, que una tragedia nos permitió llegar a tiempo. (El 1 de febrero de 2003, el Columbia y su tripulación se perdieron durante la reentrada, tras una misión de 16 días en el espacio).
(J) Y al final, después de que se reanudaran los vuelos, fueron invitados a Florida a ver el lanzamiento de un transbordador espacial con el experimento en el que participó pero… no pudo ver despegar al Atlantis.
(MB) No pude…. hicimos el gasto de ir allí, pero el vuelo se canceló. Estábamos muy emocionados porque había sido un montón de tiempo trabajando,… lo vi la segunda vez por Internet (febrero de 2008). Nos juntamos las personas que habíamos trabajado en el proyecto con una botella de champagne.
(J) Pero al menos se llevaría un buen recuerdo…
(MB) Si se tiene oportunidad de estar por allí merece la pena visitarlo. Los hangares para los Shuttles son impresionantes y está muy bien montado para el turista y para que los ciudadanos estadounidenses sepan y entiendan porqué se están gastando tanto dinero en el espacio. El retorno del dinero que se pone en investigación espacial a la sociedad y su justificación está magníficamente bien explicada en el museo y en las recreaciones de la llegada a la Luna.
(J) ¿Fue un punto importante en su carrera?
(MB) Si, fue muy importante. Desde luego tiene un gran impacto en tu entorno, sobre todo por mis vecinos que no sabían en qué trabajaba,… (Risas) luego te miraban distinto… ¡y yo soy la misma! Me siento una afortunada por haber estado en el sitio adecuado en el momento adecuado.
Superficies avanzadas
Antes de llegar tan lejos, Marta Brizuela se licenció en física en la Universidad del Valladolid, ciudad en la que nació en 1974 y se doctoró en ciencias por la Universidad del País Vasco (UPV/EHU). Desde 1998 trabaja para Tecnalia (antes INASMET), donde en la actualidad es la responsable de la línea de investigación de superficies avanzadas, que ella misma resume y define como todo lo que tiene que ver con un tratamiento a una superficie para cambiar y mejorar sus propiedades, aplicando un recubrimiento o tratamiento, con el objetivo de que se pueda limpiar mejor, para que sea más resistente a la corrosión, o para que tarde más tiempo en desgastarse, por ejemplo.
(J) Releyendo periódicos de aquella época, he encontrado diferentes definiciones de tribología…
(MB) Es la ciencia que estudia la fricción y el desgaste. Eso es la tribología.
(J) Todos tenemos una percepción intuitiva de los efectos de que dos superficies rocen. Si tenemos frío, frotamos las manos y nos calentamos. ¿El aumento del calor es uno de los efectos que trata de solucionar la tribología?
(MB) Por ejemplo. Eso ocurre sobre todo en herramientas de corte para aleaciones especiales donde se generan unas temperaturas altísimas en los filos. Aplicamos recubrimientos para que esas temperaturas no sean tan altas y no haya procesos de deformación del material o de adhesión… La estación espacial es un laboratorio, nos daba la posibilidad de poner el experimento en un sitio donde tienes a la vez variaciones de temperatura, radiación…
(J) Cuando hablamos de física, nos dicen que con el CERN estamos a punto de descubrir partículas nuevas, de concebir el universo de manera diferente, ¿en qué momento estamos en la tribología?
(MB) No, no estamos ahí, la tribología son los problemas de toda la vida, lo que pasa es que en muchos casos, esos problemas están sin resolver. Muchas veces digo que se trata de dar enfoques nuevos a los problemas de siempre.
(J) Por ejemplo, ¿qué problema no hemos conseguido resolver?
(MB) Mas que resolver, podríamos decir mejorar. Siempre quieres que tus mecanismos duren el máximo de tiempo posible, con el mínimo de mantenimiento, porque eso supone un mínimo coste; que sean los más eficientes, es decir, que siempre estamos buscando el lubricante perfecto, o el componente perfecto.
(J) Hemos hablado mucho del espacio, y de alta tecnología, pero, ¿en qué aparatos de la vida cotidiana no nos imaginaríamos que esté presente la tribología?
(MB) En cualquier cosa: En un motor de un coche. El pistón y el segmento, tienen partes que están en contacto. En su día trabajamos intentando aplicar lubricantes sólidos para disminuir la cantidad de aceite que consume un motor. En cualquier herramienta que utilizamos en casa. Un destornillador ya tiene, normalmente, tratamientos para hacerlos más resistentes al desgaste. En una prótesis. Se utilizan elementos biocompatibles para la rodilla, la cadera,… ahí normalmente hacemos tratamientos superficiales para mejorar la resistencia al desgaste o para tener menos fricción. Todo eso es tribología.
Presencia femenina
Aunque estamos casi en vacaciones, su teléfono móvil no deja de sonar. Pide perdón por la interrupción y aprovecho, como ella, para bajar el volumen del mío, pero al suyo siguen llegando llamadas… Nos cuenta que fue la única de su grupo de amigas del instituto que eligió la ciencia. Se decidió por la física poco antes de hacer la prematrícula para la universidad porque también le «tiraba» la ingeniería, pero eligió la primera porque le gustaba saber el por qué de las cosas.
(J) Cuando se miran las estadísticas de matriculaciones de mujeres en la universidad, a pesar de que son claramente mayoría en general, aún en las carreras técnicas, están en torno al 20%. ¿Es usted uno de esos ejemplos, aún minoritarios, de mujer que ha tenido éxito en una carrera como la física?
(MB) No sé si soy un caso de éxito. Desconozco el motivo, no sé porqué las mujeres no nos decantamos por las carreras «de ciencias», pero lo que si noto es que empezamos a desaparecer en el momento de incorporarnos al mundo laboral. Nosotras éramos un 30-35% de mujeres en la carrera, pero luego vas viendo la evolución profesional desde que se incorporan al mundo laboral y hay muy pocas mujeres que estén llevando grupos de investigación, que estén en puestos de responsabilidad, y ahí es donde veo que algo pasa. En la universidad no parece que haya problemas de género, pero cuando te incorporas al mundo laboral si lo notas: Los chicos son los primeros que encuentran trabajo; en proyectos europeos en los que estamos trabajando hay muy pocas mujeres, y es curioso que las mujeres que están, sean generalmente de los países del sur de Europa. La semana pasada estuve en una reunión de un proyecto europeo en el que somos 53 socios. En la reunión estábamos unas 70 personas. ¿Cuántas mujeres había de la parte técnica? Cuatro. Es ahí donde de verdad veo que empezamos a desaparecer. Seguramente habrá mujeres trabajando en esas empresas, y en esos centros, pero no son las que van a las reuniones, no son las que están en un determinado puesto,… vamos desapareciendo.
(J) Blickenstaff, planteaba en 2005 el Leaky Pipeline (La tubería agujereada), es decir, que las mujeres se caen/se pierden por los agujeros de una enseñanza tecnocientífica no adecuada desde la perspectiva de género.
(MB) En INASMET estuvimos en un proyecto sobre mujeres en ciencia y tecnología, y se hicieron estadísticas. Entonces había un 40% de mujeres, pero empezábamos a analizar los distintos puestos, y según íbamos ascendiendo en la jerarquía, las mujeres desaparecían claramente hasta el 15%; y curiosamente, en los puestos de más responsabilidad, como directoras de área había muy pocas, y las que había, eran de la parte económica o administrativa, y eso son datos objetivos.
(J) Según la página web de Tecnalia, el número de hombres y mujeres es muy parejo (57,5-42,5%) ¿Se nota de alguna forma en el trabajo diario esa mezcla de géneros?
(MB) Antes estábamos en un grupo donde las mujeres éramos minoría. Ahora debido a una reorganización, estamos más o menos a la par. Creo que las mujeres somos más empáticas, leemos mejor entre líneas lo que pasa a las personas del grupo de trabajo, y nosotros trabajamos siempre en equipo, pero tampoco diría que hay grandes diferencias.
Sí noto grandes diferencias por ejemplo, cuando vas a una reunión, donde son mayoría los hombres, y se sorprenden de que vaya una mujer. Notas que hay veces que no saben como tratarte… «esta chica, tan jovencita,…», dicen. A mí me pasaba muchas veces al principio cuando alguien que llamaba por teléfono por un tema técnico y me decían, quiero hablar con el responsable técnico. Yo les respondía: Sí, la responsable técnico soy yo, porque se pensaban que era la secretaria. Y eso pasa, es decir, que no asocian a una mujer con un cargo de responsabilidad, o ni siquiera con un cargo. Todavía sorprende.
(J) ¿Qué se puede hacer para mejorar todo esto? En su momento se habló de las cuotas…
(MB) No tengo claro hasta qué punto ayudaría o no. La sociedad tiene que ir evolucionando, pasando por el tema la corresponsabilidad en la familia, que los dos miembros de la familia se hagan cargo de la crianza de los hijos por igual.
También está el porqué se progresa profesionalmente. Me parece que los hombres se encuentran más cómodos entre hombres, y ellos son todavía los que toman las decisiones y dirigen, y también está el asunto de la presencia. Todavía se mira mucho el estar de forma presencial en tu puesto de trabajo, más que evaluar la eficiencia del trabajo o los resultados.
Muchas veces hablo de la igualdad con mis compañeros, hombres también, y ellos no perciben muchas veces que las mujeres desaparecen, y te dicen, ya llegaréis, es que sois jóvenes. Y yo siempre respondo que contar es algo objetivo, y si contamos, ahí vemos que llega un momento en que las mujeres van desapareciendo.
Ciencia y descendencia
Bajamos a los laboratorios donde se ensaya con un modelo de vacío de TriboLAB. Por el camino, algunas personas miran con la curiosidad de quien sabe que dos caras no son habituales. En la puerta del laboratorio, en su terreno, Marta toma el mando y la palabra, y pregunta por qué creo que las mujeres no llegan a ocupar puestos de responsabilidad en la ciencia con la misma facilidad que los hombres.
Mi reflexión, le recuerda una anécdota que ha sufrido en dos ocasiones. En cada una en las que ha tenido descendencia.
Los procesos científicos son largos–comenta–y en ese tiempo, a veces te ves una vez al año con otros científicos. Así que cuando coincide que te ven con barriga, y al cabo de un año vuelven a verte, algunos de ellos te preguntan, ¿pero cómo es que estás de vuelta? ¿Y las niñas?, y yo siempre les respondo, ¿y los tuyos? Parece como si por hecho de ser mujer, al quedarte embarazada, tuviera que terminar tu carrera científica.
Lubricantes sólidos para llegar a Marte
(J) TriboLAB estaba instalado en el exterior del Columbus. ¿Cómo se hace que funcione desde la Tierra algo que está en el espacio?
(MB) El telecomando lo hizo la gente del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA). Tuvimos en cuenta las ventanas en las que sabíamos que en la estación no iba a haber ningún evento porque de vez en cuando llegaba un Shuttle a la estación espacial, o había que subir su órbita, así que buscábamos los mejores momentos para iniciar el experimento. El resto del tiempo trabajaba solo.
También habíamos previsto que si ocurrían una serie de eventos tenía que pararse automáticamente, algunos por razones científicas y otros por razones de seguridad. TriboLAB estaba en una plataforma en la que había otros 8 experimentos y tu eres responsable de lo tuyo, pero también de no estropear lo que hay al lado.
(J) Recientemente la NASA ha lanzado ORION y apuesta por esa nave para ir a Marte en 2030. Desde el punto de vista de la tribología, ¿Está justifica esa previsión de la NASA?
(MB) Si, si es posible, de hecho nosotros estamos trabajando ahora con los recubrimientos que en su día se ensayaron, en condiciones criogénicas, a entre 25 y 70 kelvin, (entre -203 y -248 Celsius) para un proyecto con la Agencia Espacial Europea que estamos terminando ya, y para otro proyecto, adaptándolo a un mecanismo real para que trabaje en el espacio.
(J) Creo recordar que Javier Gómez-Elvira estaba al frente de TriboLAB. Ahora es responsable de REMS, uno de los detectores a bordo de Curiosity, en Marte, pero en los medios de comunicación nos preocupamos poco de todo lo que hace que los instrumentos funcionen.
(MB) En cualquier cosa que mandas al espacio hay un componente que se tiene que desplegar, que tiene que dar vueltas…, en todo eso hay mecanismos de fricción y desgaste en los que se usan lubricantes sólidos o líquidos. La lubricación líquida tiene el problema de que es muy sensible a la temperatura y con los cambios se comporta de manera distinta, y si hay cerca instrumentos ópticos, cuando estás en el vacío, parte de esa lubricación migra y puede contaminarlos.
(J) ¿Qué es un lubricante sólido?
(MB) Es un material que cuando se desgasta, eso que está desgastando, al mismo tiempo, está aportando lubricación por sus propiedades químicas y estructurales.
(J) Ahora llegan las navidades, ¿una investigadora descansa, o siempre está alerta por si pasa una idea novedosa cerca?
(MB) Yo no creo que aparezca una idea de repente, sino que es con el trabajo, trabajo, trabajo, estudiando, sacando de aquí y de acá, como se van montando los puzles, como van desarrollándose las cosas muy poco a poco, no te levantas una mañana con una idea brillante. A mí no me pasa.
Sobre los autores
Esta entrevista ha sido realizada por Javier San Martín @SanMartinFJ. Las fotografías son obra de Izaskun Lekuona @izaskunlekuona y es una colaboración de Activa Tu Neurona @ACTIVATUNEURONA con el blog Mujeres con Ciencia.
4 comentarios
Muy buena entrevista! Respuestas lúcidas, es para replantearse los muros que hay sin contar con las circunstancias del sectorMuy buenos contenidos, me encanta vuestro blog.
Genial Marta!! Genial la entrevista, la divulgación de ejemplos de «mujeres y ciencia»,,,,,y genial los retos que tenéis. Qué apasionante!!
Gracias, Lourdes. Se pondrán contentos la entrevistada y los entrevistadores.
[…] se concibe, diseña, fabrica y hace funcionar un experimento espacial en la entrevista publicada en Mujeres con Ciencia con Marta Brizuela, responsable de la línea de investigación de superficies avanzadas de […]