Nació en 1872 en el seno de una familia burguesa de Palencia. Comenzó sus estudios de Bachillerato en 1883. Le resultó difícil matricularse en la Facultad de Medicina de Valladolid en 1888, al ignorar el Rector la Disposición Real que permitía a las mujeres realizar estudios universitarios, precisamente, desde ese mismo año. El padre de Trinidad recurrió ante el director general de Instrucción Pública y su hija pudo matricularse, acabando la carrera de medicina en 1895. Tras superar el examen del Grado de Licenciatura, trasladó su expediente a Madrid y comenzó el doctorado y la especialización como oftalmóloga. En 1896, defendió su tesis sobre los músculos intrínsecos de los ojos y los efectos de ciertas drogas sobre éstos. Con esta tesis abrió su propia línea de investigación sobre los efectos analgésicos de clorhidrato de codeína y diodina, cuyos resultados publicó en revistas especializadas y presentó en congresos. En 1909 apareció un nuevo trabajo titulado «Del empleo preferente de la atropina en las úlceras corneales», según su autora, este preparado es útil no solo en las iritis sino también en los procesos ulcerativos corneales superficiales. Ese mismo año se desplaza a Budapest, para acudir al XIV Congreso Internacional de Medicina. En su sección de Oftalmología, ofreció una comunicación titulada «Sobre la analgesia ocular local producida por el clorhidrato de codeína sobre el ojo». Su última aportación científica es de 1933, con motivo de otro congreso; y fue «Notas sobre el diagnóstico y terapéutica de la tuberculosis ocular».
En 1898 regresó a Palencia y abrió con su hermano una consulta de oftalmología. Atendía pacientes de toda la comarca y viajaba con frecuencia para operarles. En 1902 se casó con Manuel Márquez (1872-1962), un compañero suyo al que ella convenció para que estudiase Oftalmología, quien en 1911 se convirtió en el primer catedrático en la especialidad de la Universidad Complutense. Desde entonces, y hasta 1936, la pareja combinó —y compartió— la práctica de la medicina privada, con gran éxito, con las actividades académicas.
Trinidad Arroyo fue una de las primeras mujeres en ejercer la medicina y ser reconocida por su talla profesional. Consciente de su influencia sobre las mujeres más jóvenes, apoyó numerosas iniciativas para el desarrollo de la educación de las mujeres. Fue socia del Lyceum Club Femenino, vicepresidenta del Comité Femenino de Higiene Popular en Madrid, presidenta Honoraria de la Asociación Española de Mujeres Médicos y colaboradora de la revista Medicina Social Española (1916-1920) en su sección «Notas feministas. De mujer a Mujer». Formó parte de la comisión seleccionadora que creó la Junta para Ampliación de Estudios para el intercambio de alumnado femenino con las universidades de Estados Unidos.
En 1936 Trinidad era ayudante de Oftalmología de la Universidad Central y Márquez catedrático de Oftalmología y Decano de la Facultad de Medicina de la misma universidad. Ella y su marido iniciaron el exilio que les llevó de Valencia a Barcelona y finalmente a México DF, donde llegaron en 1939 y donde Trinidad siguió practicando la Medicina.
Sólo regresó a España una vez, en 1955, para crear una serie de becas de bachillerato en el Instituto de Segunda Enseñanza Jorge Manrique de Palencia y otra en Valladolid, para un alumno o alumna de su Facultad de Medicina que careciese de recursos económicos. Murió en México D.F. el 28 de septiembre de 1959, a los ochenta y siete años de edad.
Sobre el artículo original
Trinidad Arroyo Villaverde (1872-1959) forma parte del libro: [Paloma Alcalá Cortijo, Capi Corrales Rodrigáñez, Julia López Giráldez (coord.), Ni tontas ni locas. Las intelectuales en el Madrid del primer tercio del siglo XX, FECYT, Madrid, 2009, págs. 118-119].
Puede descargarse el libro completo en pdf en este enlace.
Un especial agradecimiento a las autoras del artículo por permitir su reproducción en Mujeres con ciencia.
Sobres las autoras
Paloma Alcalá Cortijo es licenciada en Ciencias Físicas y Profesora de Física y Química en Enseñanza Secundaria. Pertenece al Instituto de Investigaciones Feministas de la UCM y en la actualidad trabaja sobre las mujeres científicas durante el franquismo y la introducción de la igualdad de sexos en los itinerarios didácticos y contenidos de los museos de ciencias.
Capi Corrales Rodrigáñez es Doctora en teoría de números y Profesora Titular del Departamento de Álgebra de la Universidad Complutense de Madrid.
Nota de la editora
Este artículo está basado en el artículo publicado (en inglés) por Teresa Ortiz-Gómez en W. F. Bynum & Helen Bynum (eds.) Dictionary of Medical Biography, Westport, CT /London, Greenwood Press [5 Volumes], 2007, vol V, 1177-1178.
6 comentarios
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[…] la palentina Trinidad Arroyo Villaverde (1872-1959) el rector de Valladolid no le permitió matricularse para estudiar medicina, a pesar de […]
Hola, el enlace al que hace mención este post no debe estar bien: http://www.fecyt.es/fecyt/detalle.do?elegidaSiguiente=&elegidaNivel3=;SalaPrensa;Publicaciones;divulgacioncientifica&elegidaNivel2=;SalaPrensa;Publicaciones&elegidaNivel1=;SalaPrensa&tc=publicaciones&id=ni%20tontas%20ni%20locas
Hola, Eduardo.
Muchas gracias por avisar. Ya hemos actualizado el enlace.
Saludos,
Marta (editora)
[…] Unibertsitateko errektoreak ez zion utzi Trinidad Arroyo Villaverde (1872-1959) palentziarrari medikuntzako karreran matrikulatzen, legez baimenduta egon arren. Aitak […]