La última aportación de Susan Greenfield a la divulgación de su campo de estudio, la neurociencia, es un libro de 270 páginas que describe una jornada, desde el alba hasta el anochecer, del órgano que sustenta nuestra conciencia, el cerebro.
Según Greenfield, desde despertar hasta pasear el perro, trabajar o soñar, cualquiera de nuestras experiencias diarias, se traduce en una maraña de células, moléculas y señales químicas que crean en nuestros cerebros el yo individual.
A lo largo de su dilatada carrera científica e investigadora buscando nuevos enfoques para enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson, ha forjado una amplia trayectoria de divulgación en libros y conferencias públicas.
Ha escrito varios volúmenes de sugestivo título, en los que trata diversos aspectos del cerebro y las neurociencias. Desde “The Human Brain: A Guided Tour” (El Cerebro Humano: Una visita guiada), de 1998; pasando por “The Private Life of the Brain” (La Vida Privada del Cerebro) (2.000); o aquellos títulos que ha dedicado a un futuro en el que cada vez estamos más sumergidos, sobre cómo las tecnologías del siglo XXI están dejando su huella en nuestro cerebro y, de paso, cambiando la forma en que pensamos y sentimos.
En castellano, la editorial Crítica publicó en 2012, “El Poder del Cerebro”. Greenfield describe cómo funciona este órgano, tanto mecánica como emocionalmente y detalla cómo identifica quienes somos, qué hacemos y cómo sentimos.
En esta obra se atreve, además, con algunas preguntas que todavía intrigan o atemorizan a buena parte de la población, como si se puede mejorar la memoria, por qué la depresión llega a afectar a nuestro estado de salud general, qué se puede hacer para impedir o retrasar el Alzheimer, si se puede manipular el cerebro para acabar con las enfermedades mentales, o dónde reside la conciencia.
Con esta producción bibliográfica no es de extrañar que la reseña de Steven Rose sobre su último libro en The Guardian empiece preguntándose: “¿Otro libro sobre la conciencia?”.
Según el profesor de biología y director del Grupo de Investigación sobre Cerebro y Comportamiento Humano de la Open University, en estos días, parece que ningún neurocientífico que se precie puede estar más allá de la distancia que marca la longitud de un libro de explicar cómo el cerebro gestiona la característica más fundamental, aunque esquiva, que nos hace ser humanos.
Quién es Susan Greenfield
Susan Adele Greenfield, también conocida como Baronesa Greenfield, nació el 1 de octubre de 1950, en Chiswick, un distrito del oeste de Londres, donde también creció, antes de asistir a clases en la escuela para chicas de Godolphin and Latymer School en Hammersmith.
Su padre fue un electricista de origen judío y su madre una bailarina cristiana cuya esperanza era que su hija le tomase el relevo en su profesión, que había abandonado una vez casada. En consecuencia, a partir de los dos años, Susan asistió a clases de ballet y claqué. Su preferencia por la lectura y los caballos pronto hicieron ver a su progenitora que no sería ese el camino de Susan.
Greenfield confiesa que, en sus primeros años en la escuela, no encontró la ciencia tan inspiradora como las letras, por lo que se decantó por la historia clásica, el latín, el griego y las matemáticas.
Curiosamente fueron las grandes preguntas de los pensadores clásicos las que recondujeron su carrera hacia la ciencia.
Un pedazo de memoria bajo la uña
Fue la primera miembro de su familia más cercana en llegar a la universidad. Al ingresar en el Instituto St. Hilda, una de las facultades de la Universidad de Oxford, estudió filosofía y psicología.
Allí fue fascinándose cada vez más por la fisiología del cerebro y desarrolló su interés por la adaptación de los grandes problemas filosóficos, como la identidad y la conciencia, al contexto de las neurociencias, unas reflexiones que se acentuaron cuando se puso, por primera vez, delante de un cerebro humano con la intención de diseccionarlo.
Después de concluir la operación, Greenfield describió aquella experiencia como un momento de realización. Empezó a pensar en que hubiera ocurrido si, por casualidad, hubiera atrapado bajo las uñas un pedazo de tejido cerebral. ¿Sería posible que aquel pedazo de cerebro guardara un fragmento de memoria, una emoción, o algún rasgo individual propio de aquella persona?
Susan cambió el curso de su carrera y terminó graduándose en psicología experimental.
Así comenzó una aventura con las complejidades y la evolución de la mente humana, de la que su tesis doctoral, de 1977, avalada por la División de Ciencias Médicas de la Universidad de Oxford y titulada Origins of acetylcholinesterase in cerebrospinal fluid (Orígenes de la acetilcolinesterasa en el líquido cefalorraquídeo), fue sólo otro paso más.
La ciencia del cerebro en el siglo XXI
La investigación de Susan Greenfield se centra en la fisiología del cerebro.
Desde 1976 ha publicado doscientos artículos en revistas científicas, incluyendo estudios sobre los mecanismos cerebrales básicos implicados en la adicción y la recompensa.
Como profesora especialista en farmacología de la sinapsis neuronal en la Universidad de Oxford, Susan Greenfield dirige un equipo multidisciplinar que investiga las bases físicas de la mente y sus implicaciones para nuestra comprensión de la conducta humana, el trabajo y la sociedad y trata de resolver cuestiones como, por ejemplo, cómo genera el cerebro la conciencia, o cómo creamos la percepción de nosotros mismos y de nuestra individualidad.
También le interesa especialmente la mente envejecida y como lidiar con los desórdenes neurodegenerativos e indaga en los mecanismos cerebrales de las enfermedades de Parkinson y Alzheimer, aunque algunos de los planteamientos más vanguardistas y polémicos se centran en la mente joven.
Sus respuestas a la pregunta de qué efecto tienen las tecnologías como los juegos de ordenador, Internet y las redes sociales en el cerebro son sorprendentes.
Frente a la que llama “la gente del libro”, la generación de personas de más edad que, según Greenfield, ha desarrollado los poderes de la imaginación, la empatía y el contexto y significado, ella cree que estas capacidades se hallan bastante reducidas en la que llama «la gente de la pantalla».
Opina la Doctora Greenfield, que en el futuro tendremos una generación con poca habilidad para concentrarse, sin temor al riesgo o a cometer imprudencias, más hedonista, con personas sin sentido de la identidad y más fáciles de persuadir.
Reconocimientos y política
Sus innumerables premios y reconocimientos incluyen la Medalla Michael Faraday de la Royal Society, o un doctorado honoris causa por la Universidad de Northumbria en julio de 2015.
Greenfield ha cultivado también la política. Se sienta en la Cámara de los Lores del Parlamento Británico como parlamentaria independiente. Allí ha hablado sobre una amplía variedad de temas, incluyendo la educación, las drogas o el empoderamiento económico para las mujeres.
Además, como filántropa, patrocina la investigación sobre el Alzheimer en el Reino Unido, y es fundadora y administradora de una sociedad benéfica llamada Science for Humanity, una red de científicos, investigadores, tecnólogos, ONGs y comunidades locales, que colaboran para desarrollar y crear soluciones prácticas, basadas en la ciencia, a los problemas cotidianos de las comunidades en desarrollo, proporcionándoles beneficios tangibles.
Sobre los autores
Colaboración realizada por Javier San Martín @SanMartinFJ e Izaskun Lekuona @IzaskunLekuona para el blog Mujeres con Ciencia.
2 comentarios
Supe por primera vez de Susan en la serie Cosmos de Neil DeGrasse Tyson, aparece unos pocos segundos en el capítulo 10, pero fueron suficientes para interesarme por su trabajo. Este artículo me muestra que no me equivoqué en tratar de averiguar más sobre ella.
En cuanto a la frase «La verdad os hará libres», esta vez soy más libre, he aprendido algo más útil con esta lectura.
Muchas gracias por tu comentario Domingo.
Nos alegra que te haya gustado esta pequeña aportación biográfica de la extensa obra de Susan Greenfield.
Hay muchas mujeres científicas más por descubrir. Te animo a que utilices el buscador para localizar otros maravillosos ejemplos del área científica que te interesa.
Un cordial saludo