La historia de la ciencia y de sus protagonistas está en su mayoría centrada en los científicos que acertaron. Dorothy Wrinch, en cambio, se equivocó. Una de las ideas por las que es recordada, la hipótesis del ciclol, resultó no ser cierta después de todo. Y sin embargo, es recordada igualmente.
El motivo es que Wrinch fue una figura compleja, tremendamente productiva en su trabajo científico y que supo combinar técnicas matemáticas, disciplina en la que se formó originalmente, con investigaciones en bioquímica y reflexiones filosóficas. En el variado abanico de temas que le interesaron y trató se incluye también la crianza y el efecto que esta tenía en las carreras profesionales de las mujeres.
Wrinch nació el 12 de septiembre de 1894 en Rosario, Argentina, porque su padre, ingeniero inglés, estaba allí destinado trabajando para una empresa británica. A los pocos años de edad la familia volvió a Inglaterra y se instalaron a Surbiton, 19 kilómetros al suroeste de Londres. Ella asistió al instituto local y por sus resultados académicos obtuvo una beca para seguir estudiando en el Girton College, de la Universidad de Cambridge, donde se matriculó en 1913 y estudió matemáticas y filosofía.
Amiga de Bertrand Russell
Allí entró en contacto con Bertrand Russell, famoso filósofo y matemático, que daba clases en Cambridge, y sus ideas sobre lógica matemática tuvieron una gran influencia durante toda la carrera de Wrinch. Se graduó en matemáticas en 1916 como una de las mejores estudiantes de su promoción.
Permaneció en Cambridge llevando a cabo investigación matemática hasta que en 1918 se trasladó a la University College de Londres, donde dio clases mientras continuaba estudiando y obteniendo títulos. Consiguió el de máster en 1920, año en que volvió a Girton para ocupar una beca de investigadora. En 1922 se casó con John William Nicholson, director de las áreas de matemáticas y física del Balliol College de Oxford, y se mudó allí.
El impacto de la crianza
En 1927, el año que nació su hija, obtuvo un puesto de ponente en el Lady Margaret Hall de Oxford. Allí siguió estudiando e investigando, y fue la primera mujer en obtener un título de Doctor en Ciencias por la Universidad de Oxford en 1929. En el periodo entre 1918 y 1932 publicó una veintena de artículos en matemáticas puras y aplicadas, y otros 16 sobre metodología y filosofía de la ciencia. En 1930, tras unos años de problemas familiares, Wrinch se separó de su marido y a partir de ese momento se encargó de la crianza de su hija.
Además de sus artículos en distintos temas sobre ciencias puras o de la vida, Wrinch publicó (bajo el pseudónimo Jean Aylin) un libro en 1930 titulado The Retreat from Parenthood (la retirada de la paternidad/maternidad) en la que recoge el impacto para la carrera de una mujer del hecho de tener hijos, que a menudo suponía el fin de dicha carrera, y el impacto físico y psicológico de criarlos.
Le preocupaba especialmente que la mayoría de los progenitores no tenían los conocimientos mínimos en temas como nutrición infantil o cuál era el mejor entorno para el desarrollo físico e intelectual de un niño, ya que en la mayoría de los casos sus áreas de conocimiento eran otras y formarse en estos temas requería mucho tiempo. Su propuesta era crear un servicio público que se encargase de todos los temas relacionados con la crianza, como el acondicionamiento de las casas, programas de nutrición, cuidado y atención psicológica de los menores, etc.
La hipótesis del ciclol
Entre 1931 y 1934 obtuvo nuevas becas que le permitieron ampliar sus áreas de estudios, incluyendo la física, la química y la biología, en distintas universidades europeas en Viena, París y Praga. A partir de esta ampliación de sus intereses comenzó a publicar artículos sobre el papel de las matemáticas y sus técnicas en la bioquímica. Esto le sirvió para recibir la prestigiosa beca de la Fundación Rockefeller con el objetivo de apoyar su estudio de la aplicación de las matemáticas en las estructuras biomoleculares.
Gracias a esta beca pudo recorrer varias universidades estadounidenses y promover sus teorías, incluida su hipótesis del ciclol, una teoría ya obsoleta considerada el primer modelo propuesto para describir cómo se pliegan las proteínas globulares, basada en la simetría matemática. Algunos de los elementos de esta teoría sí forman parte del plegamiento de las proteínas pero los datos experimentales en laboratorio demostraron que la teoría en su conjunto no se correspondía con la realidad.
Durante unos años mantuvo una airada disputa sobre este tema con Linus Pauling, químico y cristalógrafo, que tenía una teoría distinta sobre la estructura de las proteínas. Pauling propuso la hipótesis correcta y de hecho obtuvo el Nobel de Química en 1954.
Aún así, la hipótesis de Wrinch contribuyó a abrir el campo de la investigación en torno a la estructura de las proteínas y sirvió de precursora, entre otras ideas, a la de la doble hélice del ADN. Además, al entrelazar ideas de las matemáticas, la química, la biología e incluso de la filosofía, Wrinch contribuyó a una ciencia interdisciplinar que muchos otros imitaron después.
Emigrante a Estados Unidos
En 1939, cuando la Segunda Guerra Mundial se acercaba, Wrinch se ofreció a colaborar con el gobierno británico en el esfuerzo bélico. El gobierno rechazó su oferta y por ese motivo ella decidió emigrar a Estados Unidos, donde obtuvo un puesto de profesora visitante de química en la Universidad Johns Hopkins y en los años siguientes impartió clases y obtuvo becas en varias universidades de todo el país. Allí se centró en la aplicación de principios matemáticas en la interpretación de los datos sobre estructuras complejas obtenidas por cristalografía.
Referencias
- Dorothy Maud Wrinch, Wikipedia
- Marta Macho Stadler, Dorothy Maud Wrinch y la hipótesis del ciclol, ::ZTFNews, 2014
- Wrinch’s Legacy, The Pauling Blog, 2013
- Dorothy Maud Wrinch, Biographies of Women Mathematicians, Agnes Scott College
- Dorothy Maud Wrinch, MacTutor History of Mathematics Archive, University of St Andrews
- A., M. Science and Parenthood. Nature 127 (1931) 732-733
Sobre la autora
Rocío P. Benavente (@galatea128) es periodista.
1 comentario
Admiro los meritos,los creditos, que obtuvo,
su tenacidad, sus capacidades para tener muchas becas..eso es hermosisimo..
GRACIAS PORQUE puso en Alto la Calidad de SER Mujer,Madre,Amiga..MAESTRA..
Le Bendigo pro SIEMPRE…
DIGNO EJEMO a seguir..