El próximo día 12 de junio de 2019, se celebrará en el Bizkaia Aretoa un acto que se espera sea el primero de la serie Descubriendo a nuestras Científicas pioneras en la UPV/EHU. La protagonista en esta ocasión será Begoña Ochoa, Doctora en Ciencias (1978) y profesora (1975) del Departamento de Fisiología de la UPV/EHU. Begoña ha sido la primera mujer que ha obtenido una Cátedra de Universidad en el Departamento de Fisiología, la primera mujer en ostentar la Secretaría de la Facultad de Medicina, el Vicedecanato de Investigación, y la primera Directora del Departamento de Fisiología de la UPV/EHU. Entre otros muchos cargos desempeñados, en 2009 fue nombrada Directora de Política Científica del Gobierno Vasco, debido probablemente a su dilatada actividad académica, la excelencia de su producción científica, su implicación en la vida universitaria, su conocimiento del entorno y a su carácter respetuoso y amigable.
Unos días antes de la celebración de este acto, nos hemos reunido con ella, para compartir un rato, charlar y conocer mejor algunos aspectos de su carrera y su persona.
Begoña Sanz e Hiart Navarro (P) Después de un largo y fructífero recorrido profesional, el jueves día 16 de mayo de 2019, impartiste la que fue la última clase de tu carrera profesional en el grado de Medicina de la Facultad de Medicina y Enfermería. Después de más de 40 años en estas aulas, ¿Qué sentimientos son los que tienes en este momento?
Begoña Ochoa Olascoaga (R) Bueno, a pesar de que la preparación de las clases siempre me ha generado cierta ansiedad y que esa sensación no haya cambiado durante todos estos años, disfruto mucho cuando consigo atrapar la atención de los estudiantes. Esa última clase no fue muy diferente de todas las impartidas, un momento dulce de conexión con las y los alumnos que echaré en falta, sin duda.
(P) Sin embargo, el reglamento en la Universidad permite que la jubilación no implique estar totalmente desvinculada del ámbito académico. En tu caso, ¿qué planes tienes para el curso 2019/2020 y posteriores?
(R) No sé trabajar a medio gas, soy persona de trabajo intenso y he dado todo lo que podía de mí durante estos años. El curso 2019/2020 vendré al Departamento como Profesora Colaboradora Honorífica y participaré en la docencia de masters y en la finalización de los proyectos de investigación que tenemos en marcha.
Para los cursos posteriores no tengo ningún plan, depende un poco de las necesidades del grupo de investigación, ya que el nombramiento es para un curso. A veces hay que salir de la zona de confort… llevo 40 años en el mismo despacho, es hora de un cambio…
(P) La verdad es que creemos que es un verdadero lujo poder seguir contando contigo en el Departamento. Nos gustaría que nos dieras algún consejo a las generaciones que aún tenemos un recorrido más o menos largo en esta profesión.
(R) Enamorarse del trabajo. Tengo y pongo mucha pasión en lo que hago. Éste sería mi consejo. Nuestro trabajo es, en mi opinión, el mejor trabajo que uno puede desarrollar. Estudiar, conocer, alcanzar, transmitir, generar, construir, ampliar… conocimiento, y todo ello con compañeros cultos y profesionales. Nos ofrece la posibilidad de formación continua. Mi consejo sería que os desarrolléis, que os motivéis y que disfrutéis con lo que esta profesión conlleva, porque con mucho lo positivo puede a lo negativo.
(P) Tu carrera ha sido muy completa tanto en el ámbito de la docencia, como en el de la investigación o incluso en el de la gestión. ¿Qué destacarías como positivo en cada uno de estos ámbitos?
(R) No concibo sólo la docencia, o sólo la investigación. Los alumnos te alimentan, la investigación te forma y la gestión te ofrece la posibilidad de transformarla para hacerla más sencilla. Disfruté mucho en el Gobierno Vasco porque materializaba lo que sabía después de ser investigadora principal de bastantes proyectos. Haber sido investigadora principal de proyectos te da otra visión cuando ocupas un cargo de esa índole.
(P) ¿Consideras que son ámbitos independientes? Para ti, ¿ha sido difícil calibrar la dedicación a cada uno de ellos?
(R) En mi caso no han sido ámbitos independientes, pero pueden serlo. Hay quien tiene un perfil muy marcado de alguno de los tres ámbitos.
El día tiene 24 horas y algunas deben de reservarse para el ámbito no laboral (se ríe). A pesar de organizarse bien, hay que ser selectivo. He tenido periodos en los que ha primado la docencia, en otros la investigación, en otros la gestión y otros, el ámbito personal. Cuando cambian las circunstancias personales hay que realizar DAFOS y analizar cada propuesta, y hay que saber decir “no” cuando las tareas no encajan o no te sientes capaz de llevar a cabo los proyectos correctamente. A veces sí me he sentido desbordada por la demanda extenuante en el ámbito investigador. No hay horas y las propuestas se suceden frenéticamente. Sí. A veces ha sido duro.
(P) ¿Te aventurarías a decir si crees que tu carrera habría sido diferente si hubieras nacido 20 ó 40 años más tarde? ¿Y si hubieras sido hombre?
(R) Es difícil de pronosticar, soy bastante mala adivina. En líneas generales, en el trazo de lo grueso, diría que no habría sido muy diferente. Soy apasionada, vocacional, profesional, y también limitada, pero he llegado a conocerme. Creo que habría conocido mi contexto como lo conocí en el pasado y puede parecer extraño, pero creo que mi evolución personal no habría sido muy distinta a la que seguí.
Es verdad que el contexto ha cambiado mucho. Los cambios en docencia son más graduales, te vas formando y te adaptas a los cambios. Sin embargo, en investigación los cambios han sido tremendos. Se investiga de forma diferente, hay más competencia, requiere una dedicación más elevada y con un mal pronóstico cuando tienes que hacer interrupciones. Siempre hay nichos a los que reengancharse, pero no es simple dar con ellos o con el camino para llegar a ellos. Y con esto no quiero decir que antes fuera sencillo, sino que ahora es más difícil. Por otra parte, cuando yo empecé no tenía a nadie para orientarme, ahora hay otras posibilidades… pero el ritmo frenético de la investigación es uno de los mayores cambios. Yo creo que investigar necesita tiempo, y de hecho, me gusta mucho esa nueva corriente del #slowscience…
Como he dicho, soy mala adivina. ¿Siendo hombre? No me cambiaría. El papel del hombre no es tampoco fácil. Me quedo con lo conocido. Y la verdad es que ni a nivel familiar ni a nivel laboral me he sentido discriminada por ser mujer.
(P) ¿Qué balance global haces de estos más de 40 años? Positivo y negativo.
(R) Muy positivo. Muy enriquecedor. Me llevo vivencias, muchas y muy buenas. También ha habido alguna mala experiencia, pero queda en el olvido.
Para terminar esta entrevista, y como colofón, me gustaría añadir que una vida profesional dilatada da para mucho. Me quedo con las numerosísimas y excelentes personas que he conocido, de dentro y fuera de la UPV/EHU, que han contribuido consciente o inconscientemente a la consolidación del grupo Lipids&Liver y a moldear mi carácter. Por encima de todo me quedo con esas personas que de continuo apoyan y ayudan pidiendo poco a cambio, integrantes del Departamento y de los grupos docente e investigador de los que formo parte. A todos ellos les debo ser feliz.
Sobre las autoras
Begoña Sanz (@atxikimenduz) es Profesora Agregada del Departamento de Fisiología de la UPV/EHU y miembro del Grupo de Investigación Ageing On. Investiga sobre biomarcadores moleculares relacionados con la fragilidad y la sarcopenia.
Hiart Navarro es investigadora postdoctoral del grupo Lipids&Liver del Departamento de Fisiología de la UPV/EHU. Investiga sobre el metabolismo lipídico y su implicación en la progresión del cáncer.