Agnes J. Quirk, la fitopatóloga que cultivaba bacterias

Vidas científicas

Agnes J. Quirk (1884-1974) fue una bacterióloga, fitopatóloga e inventora estadounidense. Supervisó el cultivo de bacterias en el Laboratorio de Fitopatología de la Oficina de Industria Vegetal del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos.

Agnes J. Quirk.

No se sabe apenas nada sobre ella, tan solo se conocen las referencias a sus investigaciones y las publicaciones asociadas.

El patólogo vegetal Beverly Thomas Galloway (1863-1938), quien dirigía el Laboratorio de Fitopatología de la Oficina de Industria Vegetal del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), la contrató. Allí, en 1901, se convirtió en asistente del fitopatólogo a cargo, Erwin Frink Smith (1854-1927), quien desempeñó un papel fundamental en la demostración de que las bacterias podían causar enfermedades en las plantas.

El «efecto harén» en ciencia

En un momento en el que era poco usual, Smith era conocido por contratar a numerosas mujeres para el departamento que dirigía. Además de a Agnes J. Quirk, entre la veintena de científicas que empleó, contrató a las botánicas Nellie A. Brown (1876-1956), Mary K. Bryan (1877-1962), Florence Hedges (1878-1956), Lucia McCulloch (1873-1955), Angie Beckwith (1881-1964) y Charlotte Elliott (1883-1974).

La historiadora Margaret W. Rossiter cita el caso de Smith como un ejemplo del efecto harén en ciencia, es decir, el fenómeno por el cual un científico varón en una posición de poder contrata fundamentalmente a mujeres para su equipo de investigación. Las posibles razones sugeridas por Rossiter para explicar este efecto incluyen un salario significativamente menor que en el caso de asistentes masculinos (lo que permitía a esos laboratorios contratar a muchas más asistentes) y una menor rivalidad en un grupo de subordinadas femeninas, «competentes pero menos amenazantes que un número igual de jóvenes brillantes». Recordemos que uno de los ejemplos más conocidos del «efecto harén» es el del astrónomo y físico Edward Charles Pickering (1846-1919) quien, como director del Observatorio de Harvard, contrató a las conocidas como computadoras de Harvard para procesar datos de estrellas.

En el caso de Smith, un factor adicional puede haber sido la imposibilidad (por una decisión del USDA) de las mujeres de realizar los exámenes que les habrían permitido ingresar en trabajos de mayor rango para los que estaban sobradamente calificadas.

Cultivando bacterias

La investigación de Quirk se centró en los fenómenos de oxidación de la Agrobacterium tumefaciens y los medios de cultivo utilizados en análisis de patógenos, trabajando en todo ello junto a Nellie A. Brown. Quirk contaba en ese laboratorio con tres asistentes que la ayudaban a preparar los medios de cultivo.

Tumor de Agrobacterium tumefaciens en la raíz de una Carya illinoensis. Wikimedia Commons.

La Agrobacterium tumefaciens es una bacteria que causa tumores en las plantas eudicotiledóneas. Estos tumores, conocidos como «agalla del cuello» al crecer en la zona en la que se unen la raíz y el tallo (el cuello), provocan graves daños en las plantas afectadas.

En 1923, Quirk colaboró ​​con la botánica Edna H. Fawcett (1879-1960) y su investigación derivó en la publicación de un artículo sobre la concentración de iones de hidrógeno en medios de cultivo. Esta investigación conjunta consideró los rangos aproximados de crecimiento (ácido-alcalino) de más de veinticuatro bacterias patógenas para las plantas.

Tras el fallecimiento de Smith, entre 1928 y 1948, Quirk pasó a dirigir el Laboratorio de Fitopatología de la Oficina de Industria Vegetal de la USDA.

Recibió una patente para la producción de moho y gel de penicilina en 1952. Quirk también inventó un aparato para medir las cantidades de medios con mayor precisión y sin necesidad de utilizar embudos.

Referencias

Sobre la autora

Marta Macho Stadler es doctora en matemáticas, profesora del Departamento de Matemáticas de la EHU y colaboradora de la Cátedra de Cultura Científica de la EHU.

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