Abandonar la carrera científica: ¿igual para hombres y mujeres?

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Un estudio muestra que las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de abandonar la investigación científica. El análisis fue longitudinal y se llevó a cabo con 400 000 científicas y científicos de 38 países. Se mostró que un tercio de ellos abandonaba la ciencia a los cinco años de publicar su primer artículo, y casi la mitad lo hacía a los diez años de dicha publicación.

Cuantificando el desgaste

El análisis, publicado en Higher Education, utilizó información de Scopus, base de datos bibliométrica global de publicaciones y citas, para rastrear las carreras editoriales académicas de los científicos. Encontró que, en general, las mujeres tenían más probabilidades que los hombres de dejar de publicar, pero esta diferencia variaba entre disciplinas.

«Siempre hemos pensado y sabido que muchas científicas y científicos abandonan en algún momento la ciencia, pero se desconocía la escala de esta deserción», dice el coautor del estudio Marek Kwiek.

El estudio es el mayor intento de cuantificar el número de personas que abandonan la ciencia; las investigaciones anteriores tenían un alcance limitado y se centraban principalmente en científicos de Estados Unidos. «Cuando se tiene este tipo de big data, resulta evidente reconocer que se trata de un problema», afirma Joya Misra, socióloga que estudia la desigualdad en el mundo académico.

Kwiek y sus colegas siguieron las carreras editoriales de dos grupos: 142 776 científicos (de éstos, 52 115 eran mujeres) que comenzaron a publicar en 2000, y 232 843 científicos (de éstos, 97 145 mujeres) que lo hicieron en 2010. Se utilizó el concepto de «publicar» sus trabajos de investigación como criterio para considerar activas sus carreras profesionales. Las científicas y los científicos trabajaban en Estados Unidos, Japón, Corea del Sur y naciones de toda Europa, y representaban dieciséis disciplinas científicas.

El estudio encontró que, en cinco años, un tercio de todas las personas del grupo del año 2000 habían dejado de publicar. Esta cifra aumentó hasta la mitad en diez años y a casi dos tercios en 2019. Se mostró también que las mujeres tenían un 12 % más de probabilidades que los hombres de abandonar la ciencia después de cinco o diez años. En 2019, sólo el 29 % de las mujeres del grupo seguían publicando, en comparación con casi el 34 % de los hombres.

El grupo de 2010 mostró una brecha de género más estrecha: alrededor del 41 % de las mujeres y el 42 % de los hombres seguían publicando nueve años después de su primer artículo. «Esta mejora es prometedora», dice Damani White-Lewis, investigador en aspectos de desigualdad en ámbitos académicos. «Siempre es bueno saber cuándo estamos logrando avances, porque sirven para copiar esas condiciones y replicarlas».

No todos los campos de la ciencia desgastan por igual

El análisis se hizo sobre dieciséis disciplinas STEMM (ciencia, tecnología, ingeniería, matemáticas y medicina). En algunos de estos campos, particularmente en las ciencias de la vida, las diferencias fueron mayores entre hombres y mujeres. Por ejemplo, para las mujeres en biología, la probabilidad de dejar la ciencia después de diez años era del 58 %; para los hombres, fue del 49 %. Por el contrario, para las mujeres en física, la probabilidad de dejarlo después de diez años (48 %) era aproximadamente la misma que para los hombres (47 %).

Un dato también interesante es que en disciplinas con matemáticas duras, como la propia carrera matemática, la física, las ingenierías y las ciencias de la computación (PECS, Physics, Engineering, Computer Science), las diferencias de género fueron inexistentes; la proporción de mujeres que ingresan a estos campos es pequeña o muy pequeña, pero permanecen en su puesto exactamente en la misma proporción que los hombres, lo que puede sugerir éxito profesional, si sólo se pone el foco en la continuidad en las publicaciones.

Así, se encontró que en estas disciplinas en las que las mujeres son minoría (representan un 20 % o menos de los autores de las publicaciones) tanto las mujeres recién llegadas como las supervivientes permanecen en el sistema de la ciencia con tanta fuerza como los hombres. En estas carreras tan masculinizadas las mujeres que logran publicar dos artículos de investigación tienen más probabilidades de sobrevivir como científicas a largo plazo que las mujeres en campos menos exigentes en matemáticas.

Tomando la informática como otro ejemplo, la presencia de mujeres que publican en ciencias de la computación ha aumentado lentamente con el tiempo en comparación con otras disciplinas STEMM, pero aunque publiquen, las mujeres en este campo son escasas en los puestos académicos superiores; algo esencial para participar en la toma de decisiones. En dominios PECS, las mujeres se encuentran con barreras para asumir su identidad como científicas, en comparación con los grandes y densamente poblados campos de medicina, biología y ciencias ambientales. Las mujeres exitosas en esas disciplinas pueden ser «diferentes», «atípicas», en ocasiones pueden adoptar rasgos masculinos, no son las mujeres promedio en el centro de la campana. Sus posibilidades percibidas de promoción laboral dependen en gran medida de cómo sea el clima departamental. La presencia de mujeres en los puestos más altos del escalafón académico es esencial para ir cambiando estereotipos y estructuras de poder.

La reflexión al respecto

Estos hallazgos motivan una atención hacia la forma en que se promueven el ingreso, los logros, y la retención de las personas que deciden una carrera profesional en el mundo de la investigación. Misra señala que, en realidad, las brechas de género podrían ser mayores de lo que muestran los datos de la publicación. «Muchas veces, las mujeres no son reconocidas como colaboradoras en trabajos publicados, por lo que tendemos a estar subrepresentadas en las publicaciones que aparecen. También hay una especie de sesgo ahí. Realmente no sabemos quiénes deberían haber figurado como autores en los artículos», afirma.

Aunque el estudio da algunas ideas sobre dónde y cuándo las científicas y los científicos abandonan la profesión, no explica por qué. Hay varios factores: además de salir de forma contundente del mundo de la ciencia, que explicaría la ausencia total de publicaciones, los científicos podrían trasladarse a una institución menos centrada en la investigación, aceptar un trabajo en la industria o aprobar una oposición y pasar a la función administrativa. «No sabemos al 100 % exactamente qué les pasó a las personas que forman parte del estudio, por qué dejaron de publicar», dice Misra. «No podemos saberlo sin entrevistas y sin encuestas», añade Kwiek.

En un estudio de 2023, White-Lewis y sus colegas analizaron las decisiones de 773 profesores de instituciones académicas de Estados Unidos que habían dejado la carrera científica y descubrieron que los motivos familiares, la estabilidad laboral y el salario eran factores de peso detrás de las decisiones de abandono. En estudios futuros, Kwiek planea realizar encuestas a gran escala y utilizar chatbots de inteligencia artificial para realizar entrevistas y analizar por qué las investigadoras y los investigadores abandonan su carrera en el mundo de la ciencia. Sería muy interesante superponer los datos cuantitativos con esta información cualitativa de personas que cuentan sus motivos para alejarse de la academia.

Seguimos olvidando variables ocultas en el desgaste que produce trabajar en ciencia

Tradicionalmente se creía que las mujeres abandonaban la ciencia antes y en proporciones mayores que los hombres (lo que se confirma en el grupo de 2000), con tasas de abandono altas en muchas disciplinas. Sin embargo, para cohortes más recientes, las diferencias de género en las tasas de abandono ya no existen, especialmente, como hemos visto, en disciplinas con matemáticas duras (PECS).

De cualquier modo, aunque no exista diferencia de género en algunas carreras en esto de dejar la ciencia, el hecho es que las nuevas generaciones de científicas y científicos sufren un desgaste que ha ido en aumento y es muy alto: el 58,6 % de las mujeres y el 57,6 % de los hombres de la cohorte de 2010 desaparecieron de la ciencia o dejaron de publicar pasados nueve años. Algo parece estar fallando y tiene que ser revisado: ¿estabilidad laboral, salarios, oportunidades de promoción, ambientes departamentales, políticas para favorecer un ajuste real con situaciones familiares, estereotipos, …?

Referencias

Sobre la autora

Marta Bueno Saz es licenciada en Física y Graduada en Pedagogía por la Universidad de Salamanca. Actualmente investiga en el ámbito de las neurociencias.

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