Abric Pizarro (Lleida) es uno de los pocos yacimientos en el mundo que conserva evidencia de ocupaciones neandertales de entre 85 000 a 60 000 años antes del presente. Los resultados publicados en nuestro nuevo estudio nos permiten saber cómo vivían antes de desaparecer en un periodo del que tenemos poca información a escala mundial.
Un territorio hostil y privilegiado
Durante los últimos 30 años, prospecciones y excavaciones en la Noguera han revelado la riqueza de los yacimientos y pinturas rupestres en esta área del interior peninsular. Con fríos inviernos y asfixiantes veranos, es la comarca más extensa pero menos poblada de Cataluña.
Sin embargo, gracias a su posición privilegiada entre valles fluviales y cadenas montañosas, así como a la riqueza de recursos naturales, se trataba de una zona de gran interés para los grupos prehistóricos. Con un paisaje caracterizado por extensas llanuras agrícolas y las abruptas crestas que anuncian la entrada a los Pirineos, encontramos claras evidencias de cómo los grupos humanos del pasado ocuparon y explotaron esta zona de manera habitual.
Durante décadas, arqueólogos de la Universitat Autònoma de Barcelona (CEPAP-UAB) y la Australian National University (ANU) han demostrado la importancia de esta área para los grupos neandertales. Nos encontramos desde yacimientos que se remontan a hace 140 000 años como Estret de Trago, hasta enclaves que reflejan los últimos miles de años de ocupaciones neandertales, como Cova Gran de Santa Linya y Roca dels Bous.
Tiempos cada vez más fríos
Gracias al material arqueológico, tenemos información valiosa para saber cómo sobrevivían los neandertales de la Noguera en periodos de clima más suave, los llamados interglaciares. Sabemos que conocían el territorio y explotaban los recursos minerales (por ejemplo, sílex y cuarcitas).
Los fragmentos de hueso que encontramos en estos yacimientos indican el amplio rango de presas que cazaban, desde bisontes, caballos o rinocerontes hasta tortugas y conejos. Yacimientos como la Roca dels Bous son únicos respecto a la buena conservación de las hogueras que encendían sus habitantes.
Sin embargo, tanto en esta región como en toda Europa no disponemos de tantos datos para saber cómo se pudieron adaptar los neandertales a condiciones más frías, a periodos glaciares. Hay pocos yacimientos que correspondan al periodo entre hace 85 000 y 60 000 años, bien porque aún no se hayan encontrado o porque hubiese menos población.
Estamos hablando de un momento en que se produce una gran extensión de hielo, con menor insolación y condiciones muy áridas. Esto generó grandes cambios respecto a la disponibilidad de recursos animales, posiblemente debido a cambios en la vegetación y el clima. ¿Cómo pudieron sobrevivir en estas condiciones?
Abric Pizarro, un refugio único
En el 2007, investigadores de la UAB encontraron un abrigo rocoso en un valle escondido en Vilamajor, una pequeña población en la provincia de Lleida. Las primeras observaciones indicaron que se trataba de un lugar especial, con un tipo de herramientas en piedra distintas a las que se encuentran en otros yacimientos de la zona y huesos de animales bien conservados.
Los hallazgos sugerían que se trataba de un yacimiento neandertal y que podría corresponder al periodo del que no teníamos información, esos últimos 80 000 años.
Los siguientes años nos sirvieron para excavar más de 40 metros cuadrados, alcanzando más de metro y medio de profundidad. Las primeras dataciones indicaron que tenía más de 50 000 años pero, ¿cuántos más?
Finalmente, en 2023, pudimos obtener nuevas fechas en distintos materiales, incluyendo herramientas en piedra quemadas, granos de sedimento y huesos.
Al fin fue posible confirmar nuestras sospechas: las ocupaciones más antiguas de Abric Pizarro se produjeron hace al menos 85 000 años. Esta fecha complementa las otras fechas que teníamos en la zona, ofreciendo datos sobre un periodo del que conocemos poco.
No obstante, Abric Pizarro no es solo importante por su antigüedad. Otra de sus singularidades es su ubicación, en el fondo de un barranco con apenas visibilidad. Los grupos de neandertales podrían haber elegido este enclave premeditadamente para protegerse del viento y de posibles miradas hostiles, mientras hacían un alto en el camino, protegidos.
Animales y granos de polen
También se trata de un lugar especial debido a la buena conservación de los huesos de animales que encontramos. En la mayoría de estos yacimientos, los huesos aparecen muy fragmentados, habiéndose roto por la caída de piedras y los cambios de temperatura. Pero en Abric Pizarro presentan una conservación buena, con marcas que los relacionan directamente con los neandertales: finas lineas dejadas por herramientas de piedra o cúpulas que indican que fueron intencionalmente rotos para acceder a la medula.
Desafiando todas las expectativas, el sitio también conserva un elemento difícil de encontrar en este tipo de yacimientos: granos de polen. Gracias al polen antiguo, podemos saber el tipo de vegetación en el pasado. Los primeros análisis indican que Abric Pizarro puede aportar esta evidencia, ofreciendo una ventana a la vegetación de la zona para comprobar si el paisaje actual difiere mucho del que existía hace 80 000 años.
Los próximos años permitirán seguir escribiendo la prehistoria de la Noguera: una zona de paso para los grupos neandertales durante miles de años convertida en parte de la España deshabitada en la actualidad.
Sobre las autoras
Sofia C. Samper Carro, Senior lecturer, Australian National University; Jezabel Pizarro Barberá, Arqueóloga, Universitat Autònoma de Barcelona y Susana Vega Bolivar, Arqueóloga- Técnica de suport, Autonomous University of Barcelona
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Ir al artículo original.