En 1921 se publicó en el Reino Unido un importante libro dedicado a los líquenes que muy pronto se convirtió en un texto esencial empleado durante largas décadas en las universidades británicas y de otros países. La autora de esa destacada obra fue Annie Lorrain Brown Smith, nacida en Liverpool el 23 de octubre de 1854.
A pesar de haber nacido en Inglaterra, como ha descrito la doctora en química especializada en las contribuciones científicas de las mujeres, Mary R. S. Creese (1935-2017), Annie Lorrain Smith vivió con su familia en un pueblo rural de Escocia llamado Dumfriesshire. Su padre, Walter Smith, era ministro de la Iglesia (Free Church of Scotland), y su madre fue Annie Lorrain Brown; la familia, continúa la escritora, «tenía notable talento y tres de sus hijos fueron profesores universitarios».
Annie L. Smith recibió educación primaria en Edimburgo y posteriormente estudió francés en Orleans y alemán en Tubinga. Al retornar a su país trabajó como institutriz durante un tiempo, y en torno a 1888 se mudó a Londres. Una vez instalada en la capital inglesa, empezó a estudiar en el Royal College of Science, donde asistió a las clases del acreditado profesor de botánica Dukinfield Henry Scott (1854-1934), como ha recordado la historiadora de la ciencia Sara Maroske.
El profesor Scott consiguió que Annie L. Brown Smith se incorporase a trabajar en el Museo de Historia Natural (Natural History Museum) como conservadora de una colección de hongos recientemente adquirida por la institución. Su tarea consistía en ordenar y clasificar unas valiosas diapositivas realizadas al microscopio por Anton de Bary (1831-1888), un botánico alemán experto en la sistemática de hongos, hoy considerado el fundador de la micología moderna (Wikipedia).
Dado que entonces no se podían contratar mujeres para cargos oficiales, apunta Mary Creese, Annie Smith «recibía un salario procedente de un fondo especial, por lo que era considerada una “trabajadora no oficial”». La científica, sin embargo, muy pronto adquirió una arraigada vinculación con el herbario de criptógamas del museo (cryptogamic herbarium), convirtiéndose en una respetada experta en el tema.
Recordemos brevemente que en botánica sistemática se llama criptógamas a todos los vegetales que no tienen semilla; se propagan por esporas que, a diferencia de las semillas, son unicelulares. Comprenden a las algas, líquenes, musgos, hepáticas, helechos y hongos (aunque parte de la comunidad especializada considera a estos últimos como un grupo aparte).
Annie L. Brown Smith realizó algunas investigaciones sobre algas, pero su principal interés fueron los hongos. Como describe Mary Creese, «sus conocimientos sobre este grupo se ampliaron considerablemente como resultado de intensos trabajos relacionados con exposiciones en el museo». A ello hay que añadir que participó en la elaboración de «numerosos ensayos realizados con semillas que incluían el estudio de pequeños de hongos asociados a la germinación».
En un corto lapso de tiempo, continúa Creese, Annie L. Brown Smith se convirtió en la responsable de identificar las colecciones de hongos que llegaban al museo, tanto del Reino Unido como procedentes del extranjero, en especial aquellas del este del África tropical, casos de Angola y las llamadas Indias Occidentales. Sus resultados se publicaron en numerosos artículos entre 1895 y 1920, lo que proporcionó un notable prestigio al museo. Brown Smith trabajó en el herbario de criptógamas desde 1892 hasta 1933.
El apasionante mundo de los líquenes
Nos parece de interés recordar que dentro de la botánica, los líquenes tienen una naturaleza peculiar porque son el resultado de un proceso llamado simbiosis, esto es, la estrecha relación de organismos de especies distintas que conviven y se benefician mutuamente. En los líquenes, esta asociación está formada por un hongo y una o varias poblaciones fotosintéticas de algas o de cianobacterias. La rama científica que se dedica al estudio de los líquenes se llama liquenología.
Annie L. Brown Smith fue además de una gran micóloga, una experta en líquenes, sobre los cuales realizó importantes aportaciones, principalmente a partir de 1906. Entre las actividades más significativas en este ámbito destaca su participación como directora de los estudios sobre líquenes en un trabajo de campo a gran escala realizado entre 1909-1911 en Clare Island, una pequeña isla situada en la costa oeste de Irlanda. Como autorizada liquenóloga, Smith trabajó en colaboración con la botánica irlandesa Matilda Knowles (1864-1833).
El citado proyecto, conocido como Clare Island Survey, fue el primer macro estudio internacional constituido por científicas y científicos del Reino Unido y de otros países europeos, básicamente dirigido a caracterizar la zoología y botánica sistemáticas, aunque también ponía especial atención en cuestiones como la distribución geográfica de plantas y animales, la ecología o la meteorología. Los resultados de este amplio proyecto fueron publicados en 68 partes entre 1911 y 1915 por la Real Academia Irlandesa (Royal Irish Academy).
Por aquellas fechas, Annie L. Smith ya había recibido importantes reconocimientos en su carrera profesional. Por ejemplo, en diciembre de 1904 fue elegida una de las primeras mujeres en alcanzar el honor de ser nombrada miembra de la valorada Linnaean Society, cuando esta sociedad cambió sus reglamentos y admitió figuras femeninas. Mencionemos que las otras incluidas fueron las botánicas inglesas Ethel Sargant (1863-1918), especialista en morfología y fisiología vegetal, y Margaret Jane Benson (1859-1936) especializada en paleobotánica.
Méritos y reconocimientos a una gran liquenóloga
En 1921, Annie Lorrain Smith publicó un excelente libro titulado Handbook of British Lichens, cuyo objetivo era el estudio de los líquenes británicos. Cuidadosamente ilustrado con noventa imágenes, fue un referente clave de esta especialidad en el Reino Unido durante casi tres décadas.
En ese mismo año también publicó la que probablemente es la obra más conocida de esta botánica, se trata del texto Lichens (1921; repr. 1975), calificado de sobresaliente por su amplitud y detalle, ha señalado Mary Creese. Durante más de medio siglo se convirtió en un trabajo ampliamente citado sobre el desarrollo de la historia en este campo de investigación. Una reseña lo describía como «el primer trabajo científico moderno dedicado únicamente a los líquenes (Journal of Botany, British and Foreign, 1921), y predecía correctamente que su larga duración [sería] como un clásico» (Creese, 2005).
En 1922, Anne L. Smith publicó una corta historia de la liquenología británica en la acreditada revista South Eastern Naturalist. Asimismo, ha detallado Mary Creese, fueron especialmente apreciadas por sus contemporáneos sus revisiones y resúmenes de trabajos sobre líquenes. Durante más de treinta años, Brown Smith contribuyó formalmente en diversas revistas de botánica con esas valiosas revisiones.
En su calidad de micóloga, Annie Lorrain Smith fue cofundadora de la British Mycological Society, y su presidenta durante dos mandatos (1907 y 1917), asistiendo regularmente a sus reuniones anuales a lo largo de más de 35 años. Como ha apuntado Sara Maroske, el hongo liquenizado Verrucaria lorrain-smithiae fue nombrado en honor a Annie Lorrain Brown Smith por su colega y amiga, la citada Matilda C. Knowles.
Por su parte, la historiadora Mary Creese también ha hecho referencia a la personalidad amable y enérgica de la destacada botánica, a su buena disposición para ayudar a los estudiantes y a colegas más jóvenes, así como por sus poderosos intereses y amplias perspectivas. Entre estos últimos incluía un profundo compromiso con los objetivos sociales y políticos de la lucha por los derechos de las mujeres, formando parte activa de quienes combatían vigorosamente por lograr el voto femenino. Además, disfrutaba viajando y visitó Australia y los Estados Unidos.
Cuando en 1934 Smith se retiró, a los ochenta años de edad, fue nombrada «Oficial de la Orden del Imperio Británico (OBE), como reconocimiento a sus contribuciones a la Micología y a la Liquenología», como consta en la revista oficial del Gobierno del Reino Unido, The London Gazette. 1 June 1934. pp. 3564–3565 (Wikipedia).
Anne Lorrain Smith murió en su casa, en el oeste de Londres, el 7 de septiembre de 1937, poco después de su 83 cumpleaños y tras tres años de escasa salud. Su magnífico legado sobre la botánica de las plantas criptógamas es en la actualidad un valioso referente para las estudiosas y estudiosos de estos notables vegetales.
Referencias
- Creese, Mary R. S. Annie Lorrain Smith (1854–1937). Oxford Diccionary. 6 May 2005
- Maroske, Sara & Tom W. May (2018). Naming names: the first women taxonomists in mycology. Studies in Mycology. Leading women in fungal biology. 89: 63–84
- Wikipedia: Anne Lorrain Smith
Sobre la autora
Carolina Martínez Pulido es Doctora en Biología y ha sido Profesora Titular del Departamento de Biología Vegetal de la ULL. Su actividad prioritaria es la divulgación científica y ha escrito varios libros sobre mujer y ciencia.
2 comentarios
Que buen artículo, reciban un cordial saludo, conozco una gran amiga, Doctora en Micologia de la Universidad Nacional de Colombia consagrada a la investigación, donde en nuestra diversidad Colombiana han descubierto en esta rama una serie de campos que aportan conocimiento en nuestra actualidad. Gracias Profesora Carolina Chegwin Angarita por tan hermosa labor y trabajo.
Muchas gracias por tu comentario, Manuel Antonio. Me alegra mucho saber que en Colombia tienen una importante investigadora dedicada a la investigación. Siempre que puedo, me gusta reconocer actividades femeninas. Tendré en cuenta sus trabajos sobre biotecnología de hongos, ya que me parecen muy valiosos y las científicas latinas normalmente suelen estar un poco olvidadas frente a la dominante cantidad de las anglosajonas.
Un saludo afectuoso
Carolina