Matilda Smith, prestigiosa artista en un gran jardín botánico

Vidas científicas

Matilda Smith (1880).

Matilda Smith fue la primera mujer artista oficial de uno de los jardines botánicos más importantes del mundo: el Jardín Botánico de Kew, situado en sudoeste de Londres (Royal Botanical Gardens o Kew Gardens), que alberga una gran diversidad de colecciones botánicas. Este jardín cuenta con una revista altamente valorada, la Curtis’s Botanical Magazine, fundada en 1787. En ella está contenida la descripción de numerosas especies, muchas de la cuales se publicaron por primera vez en sus páginas. Tales descripciones se presentan acompañadas de bellas ilustraciones cuidadosamente realizadas, cuya finalidad es complementar y dar vida al texto. En tan señalada revista, salieron a la luz durante más de 40 años los trabajos de la gran dibujante que fue Matilda Smith.

Además de acreditada artista botánica, Smith fue la segunda mujer en convertirse en miembro de la Linnaean Society, célebre y respetada sociedad científica dedicada al estudio y la divulgación de la historia natural, la evolución biológica y la taxonomía. Como producto de la ilustración del siglo XVIII, es la sociedad biológica más antigua del mundo e históricamente es importante por la publicación de revistas y libros académicos sobre biología vegetal y animal. Además, esta institución también entrega prestigiosas medallas y diversos premios muy valorados.

Una vida dedicada al arte y a la ciencia

Hija de una pareja británica, Matilda Smith nació en Bombay, India, el 30 de julio de 1854, pero su familia regresó a Inglaterra cuando ella aún era una niña pequeña. Su interés por la botánica y por el arte botánico se despertó muy pronto, sobre todo fomentado por su primo segundo Joseph Dalton Hooker (1817-1911), un talentoso botánico.

En 1865, Hooker fue nombrado director del Kew Gardens de Londres, además de editor de la citada revista, Curtis’s Botanical Magazine. Unos años más tarde, cuando el destacado ilustrador Walter Hood Fitch (1817-1892) renunció a su cargo en Kew, el director J. D. Hooker conocedor de las capacidades como dibujante de Matilda Smith, le propuso que se incorporara a la institución para formarse como ilustradora científica. La joven, según ha relatado F. Bruce Sampson profesor de la Universidad de Wellington, Nueva Zelanda, aceptó gustosa la oferta. «Sir Josep Hooker, continua Sampson, era un dibujante botánico de considerable capacidad y tomó la responsabilidad de enseñarla y supervisar su trabajo».

Muy pronto Matilda Smith adquirió una considerable habilidad como dibujante científica y, en octubre de 1878, la Curtis’s Botanical Magazine publicaba por primera vez uno de sus dibujos. A partir de esa fecha, se convirtió rápidamente en la ilustradora más importante de la revista. De hecho, durante el periodo entre 1879-1881, cada publicación incluía unos veinte dibujos de Smith.

Cabe recordar que entre los años 1879-94, Anne Henslow Barnard, hija del botánico de la Universidad de Cambridge, el profesor John Stevens Henslow también contribuyó, aunque en un número mucho menor que Smith, con bellas láminas en Curtis’s Botanical Magazine.

Volviendo a Matilde Smith, subrayemos que durante cuarenta años, desde 1878 hasta 1923, dibujó más de 2300 hermosas láminas para la revista; solo 600 menos que su antecesor, el respetado Walter H. Fitch. Sin embargo, como ha apuntado Bruce Sampson, pese a la reconocida calidad de sus ilustraciones tuvieron que pasar veinte años hasta que en 1898 la nombraran artista oficial de la revista. Y, pese a su calidad, a lo largo de toda su vida ella recibió muchos menos reconocimientos por su impecable obra que su predecesor, el citado Walter H. Fitch.

Ilustración de Matilda Smith (Curtis’s botanical magazine v.126,1900).

En el transcurso de su larga asociación con el Kew Gardens, Smith, además de sus ilustraciones en la mencionada revista, creó 1500 láminas para los volúmenes de Icones Plantarum, un monumental estudio de las colecciones del jardín que contenía ilustraciones y descripciones de plantas seleccionadas del Herbario del centro. Asimismo, ilustró diversos libros, incluyendo, por ejemplo, la valorada obra The Wild and Cultivated Cotton Plants of the Worldde George Watt, una importante revisión publicada en 1907 del género al que pertenecen las plantas del algodón.

A los trabajos de esta prolífica artista botánica, hay añadir las copias que realizó para reparar las láminas defectuosas o incompletas de los volúmenes en mal estado de la Biblioteca del Kew Gardens. Asimismo, Bruce Sampson ha recordado que Matilda Smith fue también la primera artista botánica que describió extensamente la flora de Nueva Zelanda. Y diversos autores y autoras han admirado la gran habilidad de esta artista para «reanimar especímenes secos y aplastados, a menudo con caracteres deformados, creando ilustraciones convincentes».

La dinámica ilustradora dedicó, además, parte de su tiempo a recibir e informar a los visitantes que acudían al Kew Gardens. Igualmente, tomó parte activa en los asuntos públicos locales, y fue la primera mujer en ser nombrada presidenta del Kew Guild, una organización de empleados antiguos del célebre jardín.

En 1921, Matilda Smith recibió una distinción muy destacada al ser elegida socia de la elitista Linnean Society de Londres, siendo la segunda mujer en alcanzar este honor. Fue asimismo premiada con la Silver Veitch Memorial Medal, concedida anualmente por la Royal Horticultural Society, que subrayaba su habilidad en el dibujo técnico botánico en general, y sus contribuciones a Curtis’s Botanical Magazine en particular, tal como ha destacado Bruce Sampson.

Sobre los reconocimientos recibidos por Matilda Smith tras su muerte, nos parece de interés señalar que el sexismo reinante a mediados del siglo XX fomentó que el profesor de arte Wilfrid Blunt, en su libro The Art of Botanical Illustration (1950), probablemente el más autorizado de su tiempo sobre arte botánico, fuese muy crítico con la capacidad de la ilustradora. La clasificó como una artista de calidad inferior, y no fue capaz de elogiar el valor de su riguroso y bello trabajo.

La escritora Catherine Horwood ha denunciado en su libro Women and their Gardens (2012), que Blunt realizó sus escritos en un intento por devaluar la obra de la ilustradora; hacía hincapié en que ella al dibujar las nuevas e interesantes plantas con flores del Kew Gardens, llevó a cabo un trabajo inútil por crear un registro de plantas que de otro modo no se habrían pintado. Asimismo, sostenía que Smith mantuvo hasta el final una torpeza como dibujante, incidiendo en que era más recordada por sus grandes penalidades e incansables esfuerzos que por su habilidad.

En el mismo sentido, la ilustradora británica Caroline Jackson-Houlston se sumaba en 2006 a condenar la estrecha mentalidad de Blunt, apuntando que siguió el modelo de la era victoriana, el cual progresivamente había devaluado el arte botánico a medida que las mujeres se incorporaban profesionalmente a este campo.

Smithiantha cinnabarina.

Nos parece de interés recordar en este punto que, en un estudio sobre la historia de las mujeres trabajadoras en Kew, The history of working women at Kew, la escritora británica Michele Losse señalaba en 2011 que el empleo de mujeres científicas empezó a crecer de manera constante a comienzos del siglo XX, especialmente después de 1915. En la década de 1950, las científicas alcanzaron un papel más prominente, especialmente cuando la ley les permitió permanecer en el trabajo después de casarse. En la actualidad, apunta Losse, las mujeres están activamente implicadas en Kew en una amplia variedad de funciones.

Diversos autores y autoras, tanto actuales como sus contemporáneos, han elogiado la calidad, claridad y precisión de los dibujos de Matilda Smith, coincidiendo en subrayar que sus cuatro décadas de trabajo en «el centro del mundo de la botánica británica, el Kew Gardens, testifican el continuado valor de su obra», e insisten no solo en la belleza de sus dibujos, sino también en el formal y claro rigor científico que revelan.

En este sentido, debemos tener presente que uno de los mayores reconocimientos que se puede otorgar a los y las naturalistas es nombrar una planta en su honor. En el caso de Matilda Smith, dos géneros la perpetúan, Smithiantha, que tiene trece especies, y Smithiella, con una única especie. Esta última fue nombrada por Stephen Troyte Dunn, uno de los botánicos de Kew, quien en 1920 escribía al respecto: «Este género está respetuosamente dedicado a Miss Matilda Smith, […] en referencia a sus innumerables flores y al gran número de hermosos dibujos y pinturas con los que Miss Smith ha decorado durante tantos años el Botanical Magazine, el Icones Plantarum y el Kew Bulletin».

Placa dedicada a Joseph Dalton Hooker.

Otro honor concedido a Matilda Smith fue elegirla para diseñar la placa dedicada al célebre botánico y explorador británico Joseph Dalton Hooker (1817-1911), que cuelga en una pared en la iglesia St. Anne, próxima al Kew Gardens. Básicamente, muestra en el centro el perfil de Hooker rodeado por cinco plantas bellamente dibujadas por Smith, representando cada una de ellas la región del mundo que fue importante en la carrera del botánico, a saber, Malasia, India, Nueva Zelandia, Perú y África tropical.

En 1920, la insigne botánica se retiró, y su última ilustración para el Botanical Magazine se publicó en febrero de 1923. Unos años antes, en 1915, el Concejo del Kew (Kew Guild) había comenzado a conceder el galardón Matilda Smith Memorial Prize al mejor alumno o alumna de botánica aplicada, hecho que significó un notable reconocimiento a la ilustradora.

A finales de 1926, Matilde Smith fallecía en su casa de Gloucester Road, Kew. El Bulletin of Miscellaneous Information (Royal Botanic Gardens, Kew) se hizo eco de su fallecimiento con una nota que decía: «Matilde Smith, cuya muerte el 29 de diciembre a los 73 años de edad, es nuestro triste deber de anunciarlo, era una artista botánica muy reconocida que durante 44 años estuvo íntimamente asociada al Royal Botanic Gardens, Kew». La apreciada ilustradora fue enterrada en el Richmond Cemetery, donde se encuentran las tumbas de diversas prominentes personas británicas.

Referencias

Sobre la autora

Carolina Martínez Pulido es Doctora en Biología y ha sido Profesora Titular del Departamento de Biología Vegetal de la ULL. Su actividad prioritaria es la divulgación científica y ha escrito varios libros sobre mujer y ciencia.

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