Esther Chapa Tijerina, la médica y docente mexicana que luchó por el sufragio femenino

Vidas científicas

La científica Esther Chapa Tijerina (1904-1970) fue una de las primeras médicas graduadas por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). También fue la primera mujer docente en obtener un puesto por oposición en dicha universidad. Activista incansable, se distinguió por su compromiso con causas de carácter social y por su lucha a favor de los derechos de las mujeres.

El ejercicio de la ciudadanía es el primer paso para la autonomía de las mujeres.

Esther Chapa Tijerina. SDP.

Esther Chapa Tijerina nació el 22 de octubre de 1904 en Tampico, México, en el seno de una familia trabajadora formada por Virginia Tijerina y Quirino Chapa. Tuvo cuatro hermanas y un hermano. Su madre enviudó cuando todos eran pequeños.

Ingresó en la Escuela Nacional de Medicina de la UNAM en 1921, en una época en la que, tras el fin de la Revolución mexicana, las mujeres comenzaban a irrumpir, poco a poco, en la vida pública del país. Por aquel entonces eran pocas las mujeres que realizaban estudios superiores; la mayoría de las que lo hacían optaban por ser maestras. Esther y su hermana Hortensia rompieron moldes al matricularse en Medicina.

Esther se especializó en microbiología y análisis clínicos, áreas entonces masculinizadas. Completó la carrera en 1927 con una tesis titulada El glutatión en los individuos normales de las altitudes y en los cardiacos.

Al finalizar sus estudios se casó con su compañero y novio durante toda la carrera, Ismael Cosío Villegas, con quien tuvo un hijo. El matrimonio duraría tres años. Años más tarde, Esther se volvería a casar.

Una trayectoria muy ligada a la docencia…

Esther Chapa inició su andadura profesional como profesora ayudante de Laboratorio en el Hospital Juárez (1929-1931), posteriormente fue ayudante adjunta de Laboratorio en la Escuela Nacional de Medicina de la UNAM y en el mismo hospital (1931-1934).

Fue médica escolar de la Secretaría de Educación Pública desde 1929, donde su principal función era revisar las enfermedades del alumnado de cinco escuelas, aunque también enseñó higiene a las alumnas. Siguió vinculada a esta labor hasta 1959.

En el Hospital General de Mexico se desempeñó como ayudante encargada de Laboratorio, como profesora jefe de Laboratorio y posteriormente como profesora de los laboratorios de microscopia y química clínicas.

Fue la primera mujer docente en obtener un puesto –en concreto, una cátedra de microbiología– por oposición en la UNAM, cargo que conservaría durante cuatro décadas. En reconocimiento a esta labor, en 1959 se le impuso la Medalla Valentín Gómez Farías por su trayectoria como profesora en la Escuela Nacional de Medicina.

También fue profesora de microbiología, parasitología y prácticas de laboratorio en la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia a partir de 1955. Hacia el final de su carrera, dirigió dicha escuela en dos periodos (1959-1962 y 1964-1966). Durante su segundo mandato fue aprobada la reforma de estudios por la que se reconoció la Licenciatura en Enfermería en México. En otro orden de cosas, creó una guardería para las hijas e hijos de las trabajadoras de la escuela.

Fue cofundadora del primer Sindicato de Cirujanos del Distrito Federal y de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado. Desde allí denunció que el sector médico estaba mal pagado y que las mujeres, en particular, no ocupaban puestos de responsabilidad ni cobraban lo mismo que sus colegas varones.

… y al activismo feminista

Esther Chapa fue una férrea activista por los derechos de las mujeres y una de las pioneras del movimiento feminista mexicano en las décadas 30 y 40 del siglo pasado.

Esther Chapa. Wikimedia Commons.

Perteneció al grupo de mujeres e intelectuales mexicanas que fundaron varias organizaciones en su país, entre ellas el Frente Único Pro-Derechos de la Mujer, una organización que Esther Chapa Tijerina constituyó junto a la médica Matilde Rodríguez Cabo y la dirigente política María Lavalle Urbina, y en la que militó durante décadas.

En la época del presidente Lázaro Cárdenas, cuyo gobierno se caracterizó por sus políticas a favor de las clases más oprimidas, las mujeres mexicanas se organizaron sobre todo alrededor de este frente influenciado por del Partido Comunista. La organización llegó a tener más de 50 000 afiliadas de 800 asociaciones de todo el país. En él se reunían todo tipo de mujeres que compartían un objetivo común: la reivindicación de derechos básicos que afectaban a las mujeres mexicanas, como por ejemplo la igualdad de salarios para con los hombres.

Chapa Tijerina también fue una ferviente defensora del derecho al sufragio femenino. Plasmó parte de su pensamiento al respecto en el libro El derecho de voto para la mujer, publicado en 1936. Cada año, desde 1930, dirigía una carta a la Comisión Permanente de la Cámara de Diputados en la que sostenía que las mujeres estaban igual de preparadas que los hombres para votar. Lo defendía, no como una cuestión beneficiosa para las mujeres, sino como algo esencial para el correcto funcionamiento del sistema democrático del país. En México, la modificación del artículo 34 de la Constitución que habilitaba el sufragio femenino no se realizó hasta 1953.

Entre otros muchos temas, se preocupó también por la educación sexual de las niñas proletarias, los embarazos en adolescentes y la búsqueda de maneras de integración en la sociedad para las mujeres que ejercían la prostitución.

Niños de Morelia

En 1937 comenzaron a llegar a México los primeros exiliados que escapaban de la guerra civil española. El presidente Lázaro Cárdenas acogió en una institución a las y los menores que llegaban al país sin su familia. Por encargo del presidente, Chapa se ocupó de organizar la llegada y la acogida de aquellas personas.

También fue ella quien se encargó de la revisión sanitaria de los llamados niños de Morelia, un grupo conformado por 456 menores, hijas e hijos de republicanos españoles, que en 1937 llegaron a México «de colonias». Los menores fueron acogidos y alojados en los edificios de la escuela España-México, situada en Morelia, Michoacán, de ahí su denominación. Si bien inicialmente se esperaba que volvieran a España al cabo de unos meses, cuando finalizara la guerra, la derrota republicana y el inicio de la Segunda Guerra Mundial dieron lugar a un largo exilio que para muchos se convirtió en definitivo.

Esther Chapa Tijerina, una mujer de ideas firmes que luchó y superó infinidad de adversidades en una etapa convulsa de la historia de México, falleció el 14 de diciembre de 1970 en Ciudad de México. Tenía 66 años.

Referencias

Sobre la autora

Edurne Gaston Estanga es doctora en ciencia y tecnología de los alimentos. Actualmente se dedica a la gestión de proyectos en organizaciones que fomentan la difusión del conocimiento de la ciencia y la tecnología.

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