Henriette Delamarre de Monchaux, la condesa feminista que estudió los fósiles cercanos a su castillo

Vidas científicas

Henriette Delamarre de Monchaux (1908).

Henriette Delamarre de Monchaux nació el 11 de octubre de 1854 en París. Era la hija de Mathilde Lyautey (1826-1890) y Théodore Delamarre (1824-1889), un artista.

Se casó con el conde romano Pierre Lecointre en 1875. Con él tuvo dos hijas, Marie y Mathilde, y un hijo, Georges. El matrimonio residía en el castillo de Grillemont situado en la comuna de La Chapelle-Blanche-Saint-Martines en el departamento de Indre y Loira, en la región Centro-Valle del Loira.

Pierre Lecointre era miembro de varias sociedades científicas, entre ellas la Sociedad Arqueológica de Touraine y la Sociedad de Geografía de París. Sin duda, la cercanía con expertos en estos temas ayudó a despertar el interés de Henriette por la ciencia, en particular por la geología y paleontología.

En realidad, la condesa estaba interesada por numerosos temas, sobre todo el regionalismo, atraída por el folclore de la región de Turena, en la que residía. También fue una feminista comprometida.

El estudio de los falunes

A partir de la década de 1890, la condesa Lecointre reunió una importante colección de fósiles del Mioceno y realizó estudios sobre los falunes de Turena, al principio de manera autodidacta. Un falun es una roca sedimentaria de formación organodetrítica, que está compuesta por grandes cantidades de restos de conchas cementados por un conglomerado arenoso y arcillo-arenoso.

Posteriormente, Henriette comenzó a realizar intercambios regulares con científicos europeos, en particular con el geólogo y malacólogo Gustave-Frédéric Dollfus (1850-1931), presidente de la Sociedad Geológica de Francia, con el malacólogo Philippe Dautzenberg (1849-1935), con el paleontólogo Lucien Mayet (1874-1949) y con el entomólogo Constant Houlbert (1857-1945).

También estuvo en contacto con investigadores de instituciones científicas como el Museo de Historia Natural de París y la Sociedad de Ciencias Naturales de Blois. Fue admitida en la sección de ciencia de la Sociedad de Agricultura, Ciencias, Artes y Bellas Letras del departamento de Indre y Loira en 1908.

Para realizar sus investigaciones se basó en su colección de fósiles, aunque también participó en el estudio de los falunes cercanos. Henriette veía estos hallazgos como una confirmación de la teoría de la evolución, de la que fue una de las primeras defensoras, probablemente influenciada por Dollfuss. Además de su gran interés geológico, la condesa también destacaba la utilidad de los falunes como abono agrícola adecuado para la mayoría de los suelos arcillosos ácidos del entorno.

Sus trabajos, firmados como «comtesse Pierre Lecointre», fueron publicados los anales y boletines de las sociedades citadas entre 1907 y 1911. En su informe Les faluns de Touraine (Tours, 1908) revisaba los fósiles y la evolución de las ideas sobre los falunes a lo largo de la historia.

En 1909, colaboró ​​con Lucien Mayet en una publicación sobre los restos de mamíferos encontrados en los falunes. El mismo año comparó las faunas de los depósitos de Turena y las del Mioceno medio recolectadas en el sureste de los Estados Unidos.

El legado científico de la condesa Lecointre

Imagen: Gallica.

La condesa contagió su interés por la ciencia a su hijo Georges Lecointre (1888-1972), quien se dedicó posteriormente a la geología y paleontología. En 1926, en las dedicatorias de su tesis, Georges la recordaba como «mi primer maestro de geología». De hecho, el científico describía sus primeros años en el castillo familiar como un lugar en el que reinaba «el ambiente agrícola y geológico». Su padre se ocupaba de sus tierras, mientras «mi madre reunía una colección de conchas de los falunes de Turena, colección que pronto se hizo famosa y que veían a visitar los principales especialistas de terrenos terciarios, principalmente Dollfus y Dautzenberg […] Desde muy pequeño ayudaba a mi madre a recoger estos fósiles y yo mismo tenía mis colecciones personales».

Continuó los trabajos de su madre, precisando el interés de los falunes como abonos agrícolas. Georges legó una gran parte de sus colecciones y las de su madre al Museo de la Prehistoria de Grand-Pressigny, la mayor parte de ellas expuestas al público en las cavas del Castillo de Grand-Pressigny.

La condesa también se comprometió en varias causas humanitarias, socialistas y feministas. Participó en la fundación de la Sociedad francesa de ayuda a los heridos de guerra en 1884 y, en 1908, en el Congreso Nacional de Derechos Civiles y del Sufragio de las Mujeres. Militó además en el Consejo Nacional de las Mujeres Francesas. Muy próxima a la periodista y militante feminista Hubertine Auclert, reclamó, entre otros, el derecho al sufragio femenino.

Se nombran en su honor los taxones Tristomanthus lecointreæ, Fibularia lecointreæ y Echinanthus lecointreæ, todas ellas especies de erizos de mar de los que ella había recogido los especímenes para estudiar.

Henriette Delamarre de Monchaux falleció el 12 de mayo de 1911.

Referencias

Sobre la autora

Marta Macho Stadler es doctora en matemáticas, profesora del Departamento de Matemáticas de la UPV/EHU y colaboradora en ::ZTFNews y la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU.

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