María Luisa Aguilar, científica peruana deslumbrada por los misterios del universo

Vidas científicas

En 1970, María Luisa Aguilar había encontrado trabajo en su país natal. Tras varios años viviendo en Argentina, la científica peruana regresaba a su tierra, esta vez con una oportunidad profesional en la Universidad Nacional de Ingeniería.

María Luisa Aguilar.

El contexto educativo de entonces no era el más halagüeño para las investigadoras. Dos de cada diez personas en las universidades del país suramericano eran mujeres y, como norma, la mayoría había alcanzado titulaciones en carreras de ciencias sociales.

María Luisa rompía todas las estadísticas. No solo era mujer, también se había obtenido un grado en Matemáticas en la Universidad nacional Mayor de San Marcos y, posteriormente, se licenció en Astronomía en el Observatorio de Astronomía y Geofísica de la Universidad de La Plata, Argentina.

Ahora, regresaba a su país con una meta bien definida: encontrar nuevas generaciones de amantes del espacio en su natal Perú, e incrementar el rol de las científicas en el país. A propósito de esos objetivos fundó los “Viernes Astronómicos”, un espacio de divulgación, charlas y conferencias ininterrumpidas que, con el tiempo, se convertiría en el más antiguo de la nación y gozaría de reconocimiento internacional.

En ese momento, María Luisa no alcanzaba a imaginar el futuro. Su prioridad era asentarse e impulsar a otros y otras a seguir sus pasos en la ciencia.

Una vertiginosa carrera hacia las estrellas

María Luisa Aguilar nació el 20 de junio de 1938 en Jauja, ciudad capital de la provincia de igual nombre, ubicada en el suroeste de Perú. En ese punto geográfico transcurrió su primera infancia y disfrutó de una vida más sosegada.

Su familia se trasladó a Lima algunos años después y ahí completó sus estudios primarios y secundarios. Su alma mater de entonces fue la Institución Educativa Elvira García y García, dedicado por entero a la educación de mujeres. Probablemente, en esa aulas aconteció el deslumbramiento de María Luida por las Matemáticas y la Física.

María Luisa Aguilar. Wikimedia Commons.

Con 20 años, fue admitida en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Aunque terminó su preparación en ese centro, todavía sentía los límites que le imponía la sociedad de sus tiempos. “Quería estudiar y trabajar en algo que me diera libertad. Así, la Astronomía fue mi vínculo”, aseguró la investigadora en una entrevista concedida muchos años después.

Pero en Perú no había una estrategia curricular para esa materia. Por eso, decidió trasladarse hasta Argentina donde se especializó en espectroscopia estelar, atmósferas estelares y estrellas variables. En esa otra nación permaneció once años y a pesar de tener el respeto y un espacio profesional propio, deseaba volver a su patria.

Su regreso estuvo marcado por el reconocimiento social. No solo era la primera mujer astrónoma del país, era la primera persona graduada de Astronomía en toda la nación. Al mismo tiempo, comenzó a cosechar éxitos en su carrera.

Poco después de fundar “Viernes Astronómicos”, le ofrecieron un puesto en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Desde ahí siguió insistiendo en la divulgación de la ciencia y creó el Seminario de Astronomía y Astrofísica en el cual se formarían muchos jóvenes interesados por indagar en los misterios del espacio.

En 2001, pasó a denominarse Seminario Permanente de Astronomía y Ciencias Espaciales (SPACE) y se convirtió en una institución decana de la promoción académica en América Latina y el Caribe.

El nombre Aguilar, en lo más alto

La década de los 80 del pasado siglo XX fue un período de intensa actividad para María Luisa. En 1982 se convirtió en miembro de la Unión Astronómica Internacional (UAI) con voz y voto. Ocupó puestos en la Comisión 46 de “Educación y desarrollo de la Astronomía”, así como de la Comisión 29 de “Estrellas Espectrales”.

Hacía 1984, ganó un puesto en el primer Programa de Profesores Visitantes de la UAI. Para ello, tuvo que competir con representantes de 25 países y posicionó el nombre de Perú en los escenarios internacionales.

También en ese período se produjo uno de los mayores logros científicos de María Luisa. La científica descubrió una estrella con la mayor cantidad de fósforo detectada hasta la fecha. Aunque tiempo después ese lugar en el podio fue superado por otros hallazgos, el nombre de la experta alcanzó nuevamente las marquesinas.

Su entusiasmo por la divulgación la llevó a comenzar a colaborar con el suplemento dominical del diario peruano “El Comercio”, entre 1999 y 2000. Poco después quedó atrapada en el mundo de los medios de comunicación y se involucró en el programa “Cultura, Ciencia y Tecnología” de la cadena Radio Cielo como conductora y más tarde con una espacio televisivo.

Como parte de las actividades internacionales por el Año Mundial de la Astronomía, en 2009, se convirtió en contacto entre Perú y la Unión Astronómica Internacional. Ese año desplegó por sí mismas actividades como “Telescopio itinerante”, el programa Galileo de Entrenamiento a Maestros y hasta publicó un libro infantil titulado “El planeta Tacu Tacu”.

María Luisa murió sorpresivamente el 29 de octubre de 2015. A pesar de que ya contaba 77 años, sus alumnos quedaron desolados puesto que su vitalidad y ganas de trabajar ocultaban su verdadera edad. Muchos de ellos aunaron fuerzas para ver el último proyecto de la profesora materializada.

A lo largo de un par de años, la investigadora peruana había impulsado el Observatorio Astronómico de Educación y Turismo de San Marcos en Maranganí, Cuzco. En honor a la labor desarrollada por la experta, algunos de sus discípulos se enfrascaron en lograr materializar esa última aspiración de la maestra.

Bibliografía

Sobre la autora

Claudia Alemañy Castilla es periodista especializada en temas de ciencia y salud. Trabaja en la revista Juventud Técnica.

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