Pepa Pardo y sus «despeinadas”

Por pares

Pepa Pardo nació en Zaragoza en 1974. En su cuenta de twitter se presenta como «Ingeniera, escritora y divulgadora. Feminista siempre. Miembro de #AMIT_Aragón, #MulleresTech, y colaboradora de #11F #díamujeryniñaenciencia y #PintZGZ».

Charlamos con ella para que nos hable de todas las iniciativas que lleva a cabo.

Marta Macho Stadler (MMS): Pepa, gracias por tu tiempo y por responder a estas preguntas. Háblanos un poco de ti.

Pepa Pardo: Soy yo quien debería dar las gracias. Vuestra web es una de mis referencias principales y que os hayáis fijado en mis Despeinadas me hace muy feliz.

Soy Ingeniera Industrial en Materiales y Transportes, además de escritora aficionada. Mi trabajo consiste en buscar soluciones creativas y eficientes de movilidad, como jefa de equipo y responsable de calidad de desarrollos de ingeniería en una empresa de ascensores. Además, soy autodidacta en ciencias, porque, aunque la carrera de ingeniería tiene una elevada carga de física, química y matemáticas, no se profundiza tanto como a mí me habría gustado. Tampoco es necesario para mi trabajo, pero me apasionan la geometría, la física cuántica y la astronomía.

Durante mucho tiempo me sentí una rara avis, porque además de la ciencia, me encantan el arte y la literatura. Me traumatizó cuando me dijeron: o ciencias o letras. El día en que me regalaron mi primer cuaderno para escribir, no para ir al cole, sino para mí, para que escribiera mis historias y las historias que le escuchaba contar a mi abuela, fue cuando tuve mis primeras dudas importantes. Yo quería ser astronauta, pero también quería ser escritora, y me dijeron que tenía que elegir una de las dos cosas, que las dos no podía ser, que o ciencias o letras. ¿Por qué tenía que elegir? Se me daba bien inventar historias, jugaba a desmontarlo todo, me ponía cacerolas en la cabeza para simular que estaba en una actividad extra vehicular en algún planeta fabuloso (mi favorito siempre ha sido Saturno) y me divertía estudiando matemáticas, física y química. Y aquí entra mi abuela, que alentó mi curiosidad insaciable. Estudié ingeniería porque me encanta saber cómo funcionan las cosas y me da un subidón cada vez que encuentro una solución a un problema. Por suerte crecí en un taller donde solo tenía prohibido acercarme a lo que cortaba.

MMS: ¡Cuánta razón! No hay porque renunciar a nada. Como nos cuentas, te dedicas profesionalmente a la ingeniería, una de las disciplinas STEM con menor presencia femenina ya desde la etapa de estudios. Supongo que en el ámbito laboral los números estarán muy lejos de la igualdad. ¿Desde tu experiencia, crees que la situación está cambiando?

Pepa Pardo: ¿Si te cuento que cuando empecé el primer año de ingeniería no había baños para chicas en la zona de aulas y teníamos que correr a secretaría entre las clases? Por suerte solo fue durante el primer semestre. Por supuesto está cambiando, pero muy despacio. Vamos muy poco a poco, y siguen viéndose muchos sesgos. Todavía hay una aplastante mayoría masculina, y cuando llega alguna mujer, es habitual que se la relegue, a pesar de que tenga un perfil técnico, a tareas de gestión o comerciales. Mi experiencia es que no se nos quiere en el taller, ni en la obra, y para que se acepte que técnicamente somos como mínimo igual de válidas, tenemos que hacerlo mucho mejor y estar siempre demostrándolo. Nuestros diseños se miran con lupa, nuestras opiniones se cuestionan mucho más, y es habitual que, en las reuniones, cuando una mujer toma la palabra para aportar algo, no se la escuche, se dude de su capacidad, pero luego se utilicen sus ideas como si fueran de otra persona. Se está luchando desde fuera y desde dentro para reducir las desigualdades y para que dejen de estar normalizadas ciertas cosas que no deberían estarlo. Como he dicho, no se nos quiere dando ideas, ni diseñando prototipos, y mucho menos en los departamentos de I+D, así que tenemos que luchar el doble que ellos para poder optar a esas áreas, aunque partamos del mismo lugar, y con un currículum similar. Es muy importante que desde los equipos de trabajo se dé el mismo valor a todas las personas, y que se abran las puertas mucho más a las mujeres jóvenes, recién licenciadas.

MMS: Aunque eres ingeniera de profesión, diría que eres escritora de corazón, al menos por lo que se dice de ti en la página del Salón del Cómic Zaragoza. A muchas personas les extraña este mestizaje entre mundos aparentemente tan separados en sus intereses y su manera de trabajar. ¿Fuiste escritora antes que ingeniera?

Pepa Pardo: Empecé a escribir y a inventarme historias más tarde que a desmontar las cosas para ver cómo funcionaban, pero fue más o menos a la par. Sin embargo, muy pocas personas sabían de mi pasión por la mecánica. Fuera de mi entorno familiar se veía raro que fuese siempre con un libro y una libreta, pero lo aceptaban mejor que verme con una llave inglesa o un destornillador en la mano. Así que podríamos decir que fui escritora antes que ingeniera, pero solo de puertas para fuera. Escribir era de chicas, pero los destornilladores no tanto, y ya tenía suficiente con que se metieran conmigo por ser empollona y llevar dos trenzas. Sin embargo, no solo escribía ficción, sino que mis cuadernos estaban llenos de preguntas, dudas, series de números, dibujos geométricos y copias de mecanismos que luego destrozaba. Escondía esa costumbre de abrir, hurgar, tocar, reconstruir y volver a reconstruir, porque no me gustaba sentirme aún más rara. Pero cuando llegué al instituto, ya era más ingeniera que escritora y no me apetecía seguir escondiéndome. Aunque tengo todavía la costumbre de evitar que me vean con una herramienta en la mano si no es en el trabajo.

Las despeinadas de Pepa.

MMS: En cierto sentido, «silencias» tus saberes. Sin embargo, en tu blog Las despeinadas de Pepa hablas de «Mujeres que fueron importantes en las ciencias y en las artes, que hicieron historia a pesar de que se las haya silenciado durante siglos». Cada jueves cuentas la historia de una mujer de ciencia. ¿Cuándo nació esta actividad y qué persigues con ella?

Pepa Pardo: Tanto en mi trayectoria académica como en mi trayectoria profesional, siempre he echado de menos las referencias femeninas, por lo que decidí que era importante contarlas y de allí nació la página de Facebook «Las Despeinadas de Pepa». La página nació en septiembre de 2018, pero todo empezó mucho antes. Mi abuela Josefa es el perfil de la página, porque fue ella, a su manera y casi sin darse cuenta, la que introdujo las referencias de mujeres en mi mundo. Fue ella la que me regaló mi primer cuaderno y me animó a que empezara a escribir las historias que me inventaba y a dibujar las máquinas que imaginaba. Me habló de Sofía Kovalevskaya, que aparecía en una revista de costura, la cual por desgracia no sé dónde estará, y me contó que esa señora había sido matemática y escritora. Eso me reconcilió conmigo misma, y Sofía pasó a ser mi primera Despeinada. Pensé que tenía que haber muchas más. Empecé a buscarlas en las bibliotecas y más tarde en las redes. Me di cuenta de que cuanto más buscaba, más encontraba. Al principio me guiaba la curiosidad, pero pronto empecé a contarlas, porque me parecía increíble que hubiese tantas y no se conocieran. Al principio las contaba en cartas, cuando iba a los colegios a dar algún taller o alguna charla, y más tarde en mi muro de Facebook. Me decidí a hacer la página para tenerlas todas juntas, y gracias a eso han llegado a muchas partes, de lo cual estoy muy contenta. Aunque siento que todavía no les he dado el espacio y el formato adecuados. Lo que persigo es eso, darles el espacio que merecen y que tengan voz.

Pepa con un grupo de niñas y niños en uno de sus talleres (2020).

MMS: Lo estás haciendo, tienen voz, la tienen. Por cierto, ¿por qué Las despeinadas? Me refiero al nombre. ¿Qué simboliza? ¿La valentía, el esfuerzo, el inconformismo,…?

Pepa Pardo: Lo cierto es que es un pequeño juego. Por un lado, es mi particular homenaje a las Sinsombrero, y mi admiración por ese gesto de rebeldía, tan grande. Porque yo siempre he sido de permanecer atrás y en penumbra, y me dan envidia estas mujeres que se ponen en primera fila y a plena luz, bien visibles. Pero también quería reivindicar a las que, como yo, no se atreven o no quieren ser protagonistas, y se contentan con estar entre sus libros y sus experimentos. Y aquí entra otra vez mi abuela, que me llamaba Despeinada porque, de niña, el tiempo que me costaba peinarme por las mañanas antes de ir al colegio, prefería pasarlo en tener la cabeza y las manos ocupadas en otras cosas.

MMS: Tu abuela es toda una inspiración para ti. ¡Qué mujer más extraordinaria! Y tú también inspiras, con tus historias y los dibujos que las acompañan. Porque cada entrada de Las despeinadas de Pepa va acompañada de una bonita imagen del ilustrador Xcar Malavida en la que representa a la mujer protagonista de tu escrito junto a algún objeto que alude a su trabajo y sus logros. ¿Cómo llegó esta colaboración?

Imagen: Xcar Malavida.

Pepa Pardo: Una imagen vale más que mil palabras, y si un texto va acompañado de una imagen potente, tiene más impacto y recorrido. A XCar Malavida lo conozco desde hace más de media vida y fue él quien me introdujo en el mundo de los tebeos, los cómics y la ilustración. Más de una vez había ilustrado de forma espontánea alguna de las Despeinadas al compartirlas en sus RRSS, pero cuando empezamos a colaborar más en serio fue a raíz de mi participación en el Pint Of Science. Yo iba a contar ingenieras y quería que fuera algo interactivo y que las personas que acudieran participaran de alguna manera, así que hicimos un álbum de cromos con las ocho ingenieras protagonistas de la sesión. Él preparó las ilustraciones y desde entonces no hemos dejado de trabajar juntos.

MMS: La combinación es fantástica. ¿Tienes alguna despeinada favorita?

Pepa Pardo: Tengo muchas favoritas. Me encantan las que de alguna manera han mezclado las ciencias con las artes, como Anna Atkins, y siento predilección por las matemáticas, las ingenieras y las astrónomas. Sin embargo, si he de elegir, elegiría a dos. A Sofía Kovalevskaya, por ser la primera Despeinada, la que me inspiró, y porque sus aportes a las matemáticas me parecen increíbles y no se conocen apenas. Y a Emily Warren Roebling, porque se ganó a pulso el derecho a ser recordada como la primera ingeniera de campo, a pie de obra, y en algo tan emblemático como es el puente de Brooklyn.

MMS: Cambiando un poco de tema, sé que eres socia de AMIT Aragón. Si no me equivoco, la iniciativa #NoMoreMatildas surgió precisamente este nodo de AMIT (Asociación de mujeres investigadoras y tecnólogas). Ha tenido un éxito extraordinario. ¿Qué te parece esta propuesta?

Pepa Pardo: Estoy a favor de todo lo que sea denunciar, visibilizar y educar. La iniciativa #NoMoreMatildas tiene los tres ejes. Denuncia el efecto Matilda, que no es sino la discriminación de las mujeres en los ámbitos científicos mediante la apropiación de sus méritos por parte de hombres, las visibiliza contándolas, y educa porque las lleva a los textos escolares, dando así referencias a las niñas. Sin referencias es mucho más difícil que una niña decida que la ciencia es una opción de futuro para ella, o que deje de lado los estereotipos con los que nos bombardean desde que tenemos uso de razón. He tenido contacto con algunas niñas que consideran que los niños son más listos y que yo no puedo ser ingeniera porque soy “normal”. Esto me pone triste y me enfada a partes iguales. La mejor forma que he encontrado de luchar contra eso es contarles científicas, hacer experimentos en clase, y hablarles de mí y de mi trabajo. Esto lo hago también como socia de AMIT colaborando con la iniciativa «Una Ingeniera en cada cole».

MMS: Un maravilloso proyecto, sin duda. Y otro en el que colaboras es Mulleres Tech. ¿En qué consiste, qué hacéis?

Pepa Pardo: Mulleres Tech es una comunidad sin ánimo de lucro creada para dar visibilidad a las mujeres que se dedican a la tecnología en Aragón de forma profesional o aficionada. Surgió de un grupo de mujeres, todas muy cracks y a las que admiro muchísimo, que están preocupadas porque nuestra presencia en el sector tecnológico es muy escasa. Se trata de una red para conocernos, contarnos, escucharnos, formarnos juntas, animarnos, fomentar nuestra participación activa en la tecnología, y también servir como referente e inspiración de las más jóvenes, aunque lo cierto es que ellas me inspiran más a mi de lo que yo creo que puedo llegar a inspirarlas a ellas. En Mulleres hay ingenieras, programadoras, expertas, recién iniciadas,… es un grupo fabuloso en el que se aprende, se ríe y sobre todo donde sentirse valorada, cómoda y segura. Pero no solo se trata de fomentar las relaciones entre nosotras y compartir experiencias. Otros objetivos son visibilizar y dar voz a las profesionales de la tecnología, formar a los más peques en temas tecnológicos, y que las más jóvenes se den cuenta de que están capacitadas de sobra para trabajar en el sector tecnológico.

MMS: Cada 11 de febrero, desde 2016, se celebra el Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia. En España ha cobrado una relevancia especial la iniciativa 11 de febrero, y el grupo de personas que trabajáis en Zaragoza en torno a este proyecto es especialmente activo. ¿Alguna de las actividades que realizáis te gusta especialmente?

Pepa Pardo: ¡Qué difícil! Del 11F me gusta todo. Empecé colaborando en la Rueda de Científicas, de donde salí con un subidón increíble. Se trata de sentarte en una mesa, con mujeres de otros ramos científicos y tecnológicos, y hablar con los alumnos de un colegio. Van pasando de una en una de nosotras y nos hacen preguntas sobre lo que hacemos, por qué lo hacemos, si nos gusta, y también nos cuentan algo suyo, algo personal, sus sueños y sus dudas. Le tengo especial cariño a la Rueda de Científicas. Pero me supo a poco, y además contarme a mí misma está bien, pero me gusta contarlas a ellas. Entonces Águeda Giráldez, con su proyecto Cuentacientíficas, me sugirió colaborar con ella en las actividades de las que era responsable, y ya ha sido un no parar. Creo que las que más me gustan son las actividades que no se quedan solo en ese día, como los talleres, las exposiciones, los escaparates de las tiendas dedicados a mujeres, los concursos y yincanas, y todas las actividades que se montan en los colegios. No dejar de aprender.

Pepa, contando a una de sus Despeinadas (2021).

MMS: En todas estas actividades participáis un grupo de personas, sobre todo mujeres. Entiendo que formáis una red, de esas que las mujeres estamos tan acostumbradas a tejer, para sacar adelante estas iniciativas que requieren mucho tiempo (conseguido de donde se puede) con pocos recursos. De todas esas propuestas ¿hay alguna que sea especial para ti?

Pepa Pardo: Esto es como cuando te preguntan, ¿a quién quieres más, a papá o a mamá? ¿Playa o montaña? Pero sí que es cierto que a lo que más tiempo dedico es a las Despeinadas y a contarlas. En el 11F es donde más espacio tengo para ello, y también es la primera red en la que empecé a colaborar de forma activa, así que el 11F tiene un lugar privilegiado. Sin embargo diría que ahora mismo lo más especial es el grupo de Mulleres, porque gracias a ellas he aprendido y crecido mucho. Son todas admirables.

MMS: Sé que era una pregunta difícil… porque todo tiene su historia y su importancia en cada momento. Las anteriores actividades se centran fundamentalmente en la creación de referentes, en la visibilización de las mujeres en las disciplinas STEM. Pero también participas en la iniciativa Pint of Science, como nos has comentado antes. Sé que has dado alguna de las charlas; y ésta es una buena manera de crear referentes para un público generalista, con mujeres cercanas contando contenidos de ciencia y tecnología…

Pepa Pardo: Pues sí. He dado una charla y espero poder dar alguna más. En el Pint Of Science el objetivo es acercar la ciencia a la gente. Así que puedes estar tomándote algo en un bar mientras escuchas a un investigador puntero en matemáticas, física, neurociencia, astronomía,… Yo no soy científica, ni investigadora, sino tecnóloga y comunicadora. Se me da bien comunicar. En un principio solo iba a ayudar en la gestión de las charlas de uno de los bares de la ciudad, pero me animaron y presenté mi idea, que era contar a ocho mujeres, ocho ingenieras, y sus trabajos. Aquel día presenté al resto de ponentes, me presenté yo, y las conté. Fue la primera vez en la que mi audiencia era de adultos, siempre las había contado a escolares, y me encantó. Ya tengo preparado el material para el siguiente Pint Of Science.

MMS: La visibilización de las mujeres es esencial para recuperar el legado femenino, para crear referentes, etc. ¿Crees que basta con tener más modelos para que la situación de las mujeres empiece a cambiar? Y no me refiero solo a las vocaciones, sino a lo que pasa también cuando esas mujeres que terminan unos estudios STEM se incorporan al ámbito laboral.

Pepa Pardo: No, no es suficiente. Hace falta mucho más. Hacen falta profesores formados y educar en igualdad. Soy optimista y creo que, aunque poco a poco, vamos avanzando. Pero el trabajo está en muchos campos, y es necesario romper con roles y estereotipos, educar en casa, en el colegio y en la calle. Siempre he creído, y sigo creyendo, que la respuesta está en una educación pública, gratuita, laica y de calidad. Con ello tendremos referentes, y es la herramienta adecuada para romper todos los techos y suelos que tenemos ahora. Con ello las niñas no pensarán que son menos inteligentes que los niños, que la ciencia y la tecnología no son para ellas. Se animarán a ser lo que quieran, y si deciden dedicarse a la ciencia y la tecnología, se las valorará, tendrán los mismos derechos y oportunidades, y se sentirán capaces. Quizás incluso desaparezca el síndrome del impostor que muchas sufrimos. Aunque creo que un poquito de síndrome del impostor tampoco está mal.

MMS: Muchísimas gracias, Pepa. Gracias por contarnos tantas experiencias y por tu implicación. Como te decía tu abuela, eres una auténtica despeinada, una despeinada de lujo. Gracias.

Sobre la autora

Marta Macho Stadler es doctora en matemáticas, profesora del Departamento de Matemáticas de la UPV/EHU y colaboradora en ::ZTFNews y la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU.

3 comentarios

  • Me parece muy interesante esta labor de dar a conocer a tantas mujeres que hicieron grandes aportes a la ciencia.

  • Pepa Pardo es maravillosa, inteligente, divertida y muy comunicativa. Vino a mí cole y nos encantó. Encandiló al alumnado y a los profes. Nos presentó a sus despeinadas. Nos atrajo sutilmente hacia el mundo de la ciencia y dejó tras de sí un halo de ilusión y de posibilidades. Gracias, Pepa. Eres nuestro modelo y te queremos ver de nuevo.

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