Ruth Shady (1946) y el descubrimiento de la Civilización Caral, la más antigua de América

Vidas científicas

La Civilización Caral, de hace casi 5 000 años, es la más antigua de América –que haya sido registrada– y su ciudad tiene una guardiana: Ruth Shady (Perú, 1946). Ella fue la artífice de este descubrimiento; la protege (ubicada en Barranca, al norte de Lima, Perú) con absoluta devoción desde hace casi tres décadas, pero no ha sido un cometido apacible ni mucho menos fácil. De hecho, más que una arqueóloga parece una doble para escenas de riesgo de una película: ha sido amenazada de muerte y en una ocasión casi la matan de un disparo.

Pirámides en Caral, Valle de Supe. Imagen: Wikimedia Commons.

La razón por la que se encuentra en el punto de mira es que las tierras del Valle de Supe y Huaura, cerca de la zona arqueológica Caral, son propicias para desarrollar actividades agrícolas y para la explotación de minerales. Varias familias están interesadas en ellas, pero Shady no está dispuesta a que pisoteen el patrimonio peruano (desde 2009, zona declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO).

Además, la crisis sanitaria desatada por la COVID-19 no ha hecho más que agravar esta situación: aprovechándose de la ausencia policial, ya que se ha retirado toda la protección de la zona arqueológica por falta de personal, han invadido el lugar y han introducido maquinaria. La propia Shady cuenta que en su cabaña del valle tenía que poner tablas en las ventanas para que no la dispararan. Ella sigue firme en su decisión de conservar, preservar y difundir el valor de este descubrimiento, porque según comenta en una entrevista, “no es posible que no haya suficiente interés por la protección del patrimonio». Por ahora la arqueóloga está a salvo, pero el miedo no deja de visitarla.

Proteger la ciudad sagrada

Fue su padre quien le inculcó el amor por la arqueología y la cultura del país. Él era checo y llegó a Perú después de huir de la Segunda Guerra Mundial, con solo veinte años. Gracias a los paseos por zonas arqueológicas y los libros que le dejaba su padre, desde muy pequeña supo que quería dedicarse a esta disciplina. Así que ingresó en la facultad de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). Esta etapa fue bastante laboriosa. Por la mañana, iba a las clases, por las tardes trabajaba como voluntaria en excavaciones y aprendía inglés. Por las noches, estudiaba pedagogía, alentada por su madre ya que esta última dudaba de que su hija pudiera dedicarse a la arqueología profesionalmente, por lo que le recomendó estudiar una segunda carrera.

Ruth Shady.

Después de graduarse en educación, logró su doctorado en Antropología y Arqueología. A lo largo de su trayectoria ha trabajado en proyectos de investigación y ha dirigido algunos de ellos a lo largo de todo el territorio de Perú. Shady se ha centrado en el estudio del desarrollo de las organizaciones sociopolíticas complejas y ha investigado en Végueta (Huaura), Maranga (Lima), Pacopampa y Chota (Cajamarca), y Bagua (Amazonas).

A finales de los 70, gracias a una beca del Smithsonian Institution de Washington, visitó Estados Unidos y conoció a la arqueóloga estadounidense Betty Meggers, una figura que iba a estar muy presente en sus investigaciones posteriores.

En la década de los 90, cuando Shady trabajaba como docente, emprendió su aventura más emocionante junto con cuatro de sus exestudiantes: conocer los secretos del valle de Supe. Desde 2003 dirige el “Proyecto Especial Arqueológico Caral-Supe”, a través del cual su equipo ya ha localizado 25 asentamientos de esa civilización. Cuesta imaginar la cantidad de edificios monumentales que emergió de la tierra, y su diversidad: desde los más ceremoniales a los más administrativos. La ciudad sagrada, la primera de América.

La experta incide en la importancia de este descubrimiento; cuenta, por ejemplo, que “hay edificios con una arquitectura que ha perdurado por milenios en una zona sísmica”. En este contexto, y en pos de concienciar a los más pequeños de la importancia de los monumentos arqueológicos, ha iniciado otro proyecto, Caral en la escuela, para que las ideas calen desde el principio, y en un futuro, sean ellas y ellos los que defiendan el patrimonio de su país.

Más allá de su trabajo de campo por el que ha logrado un reconocimiento mundial, fue directora de la Escuela Académico Profesional de Arqueología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, y jefa de investigaciones del Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia de Pueblo Libre (más tarde llegó a ser directora). También fue decana del Colegio Profesional de Arqueólogos del Perú (2006-2007), coordinadora del máster en Arqueología Andina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (1999 y 2007, y en 2010), y presidió el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios – ICOMOS Perú (2006 y 2012). En la actualidad, es catedrática de postgrado en la Facultad de Ciencias Sociales de la UNMSM.

Amplia vista de las ruinas de Caral. Wikimedia Commons.

Shady ganó el Premio Nacional Por las Mujeres en la Ciencia 2018 de L’Oreal, UNESCO-CONEYTEC-ANC, y este año ha recibido la Orden al Mérito por Servicios Distinguidos (Perú). Según la BBC, es una de las cien mujeres más influyentes e inspiradoras del mundo. Ella es la guardiana de Caral.

Bibliografía

Sobre la autora

Uxue Razkin es periodista y colaboradora del blog de la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU Zientzia Kaiera.

3 comentarios

  • Una gran mujer Ruth Shady, se juega la vida por la protección de esa cultura. Ojalá esté bien protegida.
    Felicitaciones a la autora, muy buen reportaje.

  • Mil gracias por leerlo, Beatriz. Me alegra que te haya gustado.

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