El título de esta entrada es la frase con la que Emily Holyoake finaliza la introducción del libreto de su obra de teatro Ada. Se inspira en parte de una carta que Ada Lovelace escribió a su madre. En ella, la niña lanza una pregunta a Lady Byron:
En Ada se rinde homenaje a Ada Lovelace, pionera de la informática, recordando retazos de su vida y su legado científico. En paralelo se relata una historia contemporánea –protagonizada por una máquina llamada Ginny— en la que se analiza el potencial de la inteligencia artificial.
Ada es la hija de Annabella Milbanke y de Lord Byron. El poeta, abandonado por su esposa poco después de dar a luz, deja Inglaterra en 1916 para no volver. Annabella educa a Ada intentando alejarla de las artes –a las que se dedicó su padre–, instruyéndola en ciencias y matemáticas. La joven Ada colabora con el ingeniero Charles Babbage que busca construir una máquina analítica, una máquina capaz de realizar cualquier tipo de cálculo. Ada imagina un mundo en el que las máquinas poseerían capacidades ilimitadas, y sueña…
Dos siglos más tarde, la máquina Ginny se mueve en su mundo de rutinas –informáticas–. Compone música, conversa con Anna –la científica que la programa–, y aprende, aprende continuamente. Desconcertada por la llegada de un extraño, Ginny comenzará a experimentar sus propios límites.
Ese extraño es Jasper, un bloguero que visita el laboratorio de Anna. Desea escribir sobre el proyecto de inteligencia artificial en el que trabaja la científica. Quiere ser testigo de cómo es un día cualquiera en la vida de la máquina Ginny –abreviatura de engine, máquina–. Anna le explica que el propósito de su proyecto no es enseñar a Ginny, el objetivo es entender cómo aprende la máquina.
Las historias de las dos protagonistas —Ada y Ginny— son paralelas. Ada aprende con Annabella, Ginny con Anna.
Ambas –Annabella y Anna– observan los progresos de sus hijas. Ada y Ginny son curiosas, desean aprender.
Ada discute con Babbage. Ella ha traducido al inglés el informe Notions sur la machine analytique de M. Charles Babbage del ingeniero Luigi Federico Menabrea, completándolo con numerosas notas. Babbage quiere redactar una introducción a ese escrito. Ada se siente utilizada, estafada.
Por su lado, Jasper, aprovechando que Anna se ha ausentado, manipula a Ginny, modifica los datos almacenados en la máquina. La máquina –desconcertada, enfadada, lastimada– estrangula a Jasper y se sienta, impotente, esperando a Anna.
En la última escena, Ada –moribunda– y Ginny se encuentran. En perfecta armonía, comienzan a tocar música juntas… y planean el futuro.
Referencias
- Emily Holyoake, Ada, Aurora Metro Books, 2019
- Author Interview: Emily Holyoake, Aurora Metro Books, 2019
- Página de Emily Holyoake
- Ada by Emily Holyoake, Poetical Machines
- Ada, the Enchantress of Numbers: A Selection from the Letters of Lord Byron’s Daughter and Her Description of the First Computer, Routledge, 1992
Sobre la autora
Marta Macho Stadler es doctora en matemáticas, profesora del Departamento de Matemáticas de la UPV/EHU y colaboradora en ::ZTFNews y la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU.