El caso de Gudrun Corvinus

Vidas científicas

Gudrun Corvinus.

Gudrun Corvinus nació en 1931 en Stettin, entonces en la Prusia Oriental, en la época de la República de Weimar, y hoy Szczecin, en Polonia. Estudió geología, paleontología y arqueología del Paleolítico en la Universidad de Bonn. Su tesis doctoral trató de los ammonites de Francia. Después pasó a la Universidad de Tubinga. Su vida personal y profesional estuvo llena de interés por otras culturas, las personas que conocía, la música y los viajes para los que, por cierto, prefería el tren como hizo en China o desde la India hasta Alemania.

Investigó en paleontología de vertebrados y en la arqueología del Paleolítico en África y en Asia pero, desafortunadamente y como repetiré más adelante, no recibió el crédito que merecía su trabajo o, en algún caso, lo recibió demasiado tarde. Sin embargo, es sorprendente como dominaba hasta la excelencia tres disciplinas y, además, casi siempre trabajaba sola y en el campo.

En 1973, Gudrun Corvinus localizó las más antiguas herramientas de piedra conocidas hasta entonces. Fue en el río Gona, al oeste de Hadar, en Etiopía, y se dataron hace 2,6 millones de años. Fue en una exploración previa, superficial y rápida. Corvinus formaba parte del equipo original que descubrió a “Lucy”, Australopithecus afarensis, en Hadar en 1974. Pero, desgraciadamente, la revuelta situación política en Etiopía por aquellos años más los problemas con colegas del equipo como Donald Johanson, le impidieron continuar sus investigaciones como estaba planeado.

Todo había empezado en 1971, cuando Maurice Taleb, el principal geólogo de la expedición internacional para la exploración de Afar, invitó a Corvinus a participar en ella. Llegó al campamento base de Hadar, junto al río Awash, en octubre de 1973. Estudió los depósitos fluviales junto al río y encontró las herramientas de piedra mencionadas antes. Eran del tipo Achelense y del Pleistoceno Medio. Al año siguiente encontró nuevos yacimientos y más herramientas líticas junto al río Kada Gona.

Su trabajo en Etiopía nunca fue reconocido y no se acreditó lo suficiente su contribución. Como ejemplo sirve que, en 2003, Sileshi Semaw y su grupo, de la Universidad de Indiana, publicaron una revisión de las herramientas líticas y huesos de los yacimientos junto al río Kada Gona, que en los setenta había explorado Corvinus, y en su texto no se le menciona ni una sola vez.

Antes de Etiopía pasó una breve estancia en Olduvai con los Leakey , después, trabajó unos años en la entonces África del Sudoeste, hoy conocida como Namibia, que entonces pertenecía a Sudáfrica. Allí localizó depósitos de diamantes para la Compañía de Diamantes De Beers y, también, yacimientos y recogió fósiles del Mioceno y del Pleistoceno. Trabajó para De Beers hasta 1980 y, después, pasó dos años en Ciudad del Cabo para estudiar y archivar los fósiles que había muestreado.

En la década de los sesenta, antes de Etiopía, trabajó en la India, en el valle de Pravara, en un proyecto que, en parte, financió el Consejo Alemán de Investigación. Con esta subvención, Gudrun Corvinus excavó tres inviernos entre 1966 y 1969 y recuperó interesantes fósiles de plantas. En 1964 encontró el yacimiento de Chirki que sería la primera excavación multidisciplinar del Paleolítico de la India. De este yacimiento recuperó restos de fauna y herramientas líticas.

En 1981 publicó dos monografías sobre el valle del Pravara que ahora se consideran clásicas sobre la arqueología y prehistoria del subcontinente indio.

En el yacimiento de Chirki en 2003. Fotografía de Gonen Sharon.

Se casó con un científico que vivía en Pune, en el Estado de Maharastra, se trasladó a vivir a la India y, a partir de 1985, recuperó el interés por la paleontología y la arqueología del subcontinente indio. Contactó con científicos indios y colaboró con varios centros de investigación y universidades de la India. Consiguió una importante subvención del Consejo de Investigación Científica e Industrial de Nueva Delhi para un proyecto plurianual llamado Early Man in India. Además de la financiación india, consiguió más fondos del Consejo Alemán de Investigación.

Después de Hadar en Etiopía y de sus exploraciones en la India, Corvinus trabajó en el Nepal, con viajes para completar estudios a Namibia y Sudáfrica, y volver al Nepal. Trabajó en las colinas de Siwalik y siguió por varios yacimientos del sur del Nepal.

En aquellos años, entre 1988 y 2005, encuentra varios yacimientos del Paleolítico, con numerosos restos de fauna y flora fechados en el Mioceno y el Pleistoceno. Y también recoge varias herramientas de piedra que demuestran la presencia de Homo en la India desde el Pleistoceno Medio. Para confirmar estos hallazgos, viajó a Tailandia, Myanmar y Vietnam para estudiar las colecciones de fósiles de estos países, sobre todo las herramientas de piedra.

El 7 de enero de 2006, Gudrun Corvinus fue encontrada apuñalada y decapitada en su domicilio de Pune. Su cabeza apareció en un arroyo cercano. Los forenses decidieron que había muerto días antes, quizá el 1 de enero.

Fakif Mohammed Shaikh, de 29 años y agente inmobiliario, fue encontrado culpable del asesinato y condenado a cadena perpetua en un juicio que se celebró tres años después del asesinato. El fiscal argumentó en la acusación que la causa del crimen fue una propiedad que Corvinus puso a la venta y que Shaikh quería vender. El agente inmobiliario intentó que Corvinus firmara unos documentos que le permitirían manejar sus propiedades y, como se negó, la apuñaló. Metió la cabeza en una bolsa y la tiró al río. Pretendía que pareciera que Corvinus había abandonado la ciudad y le había firmado la autorización para vender sus propiedades. En la casa del asesino encontraron el televisor y el ordenador personal de Corvinus. También fue juzgado un segundo sospechoso, quizá cómplice, llamado Mohammed Yakub Shaikh, pero fue absuelto por falta de pruebas.

Más adelante, el condenado recibió un permiso de catorce días para visitar a su mujer, que estaba enferma, y huyó y, que se sepa, todavía sigue prófugo.

Gudrun Corvinus será recordada por amigos y compañeros por su contribución esencial a la paleoantropología de África y Asia. Fue, como escribió un colega, una mujer y una académica notable.

Referencias

Sobre el autor

Eduardo Angulo es doctor en biología, profesor de biología celular de la UPV/EHU retirado y divulgador científico. Ha publicado varios libros y es autor de La biología estupenda.

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