El 21 de mayo de 1881 se fundaba la Cruz Roja Americana en la ciudad de Washington. Su creación se debió a la voluntad de una mujer que dedicó parte de su vida a ayudar a los enfermos durante la Guerra de Secesión.
Enfermera de su familia
Clarissa Harlowe Barton nació el 25 de diciembre de 1821 en Oxford, Massachussets, en el seno de una familia defensora de los derechos de los esclavos, un movimiento conocido como abolicionismo. Su padre, Stephen Barton, era un hombre de negocios, capitán de la milicia local y concejal en Oxford. Su madre, Sarah, era ama de casa. Clara era la pequeña de cinco hermanos; tenía dos hermanos, Stephen y David, y dos hermanas, Dorothy y Sally.
Clara recibió una buena educación en su propia casa ayudada por sus hermanos. Mujer inteligente y trabajadora, pronto empezó a sentir una especial inclinación hacia la enfermería. No en vano, Clara era descendiente de Martha Ballard, una sanadora y comadrona que dedicó toda su vida a cuidar a los demás y plasmó sus experiencias en un valiosísimo diario.
La pequeña de los Barton cuidaba de todos los miembros de su familia, incluido su perro. Cuando su hermano David sufrió un accidente al caerse del tejado de un granero, Clara, con apenas 11 años, no se separó de su lado y aprendió a medicarle y curarle.
Clara tenía 16 años y era muy tímida pero, aun así, se convirtió en profesora de una escuela en Massachusetts. Poco tiempo después fundó una escuela en Oxford y más tarde en Nueva Jersey. Clara también trabajó como secretaria en la Oficina de Patentes de Washington aunque fue despedida por su defensa pública de la abolición de la esclavitud.
Enfermera en la guerra
El 12 de abril de 1861 se iniciaba una terrible guerra civil en los Estados Unidos conocida como Guerra de Secesión que dividió a los americanos entre los defensores de la esclavitud (confederados) y los que abogaban por abolir este tipo de represión (unionistas). Clara Barton tenía entonces 40 años y no dudó en implicarse en la contienda para ayudar a los heridos de guerra. Su actividad empezó viajando en las ambulancias del ejército pero al poco tiempo pidió poder introducirse en el campo de batalla, donde se encontraban las víctimas más graves. Después de varias peticiones fallidas, en julio de 1862 le fue permitido llegar hasta los puntos más calientes de la contienda. Dos años después, su trabajo le valió el título de “Lady in charge”, dama encargada de los hospitales al frente del Ejército de James.
Finalizada la guerra, su trabajo se centró en buscar a los desaparecidos del ejército de la Unión, instalar e identificar sus tumbas. Hasta 30.000 soldados rescató del olvido a lo largo de un exhaustivo trabajo de investigación.
Además de esta difícil tarea, Clara dedicó parte de su tiempo a dar charlas sobre la guerra. Su encuentro con la sufragista y feminista Susan B. Anthony la acercó a este movimiento en Norteamérica. También tuvo tiempo para luchar por los derechos de los negros.
Enfermera en Europa
Pero todo este trabajo y la dureza de la guerra hicieron mella en Clara quien vio muy perjudicada su salud. En 1869 y por prescripción médica, decidió marchar a Europa para intentar descansar. Algo que no hizo al volver a ejercer de enfermera en una guerra, esta vez el conflicto Franco-Prusiano que terminaría con el imperio de Napoleón III. Durante el conflicto, Clara conoció el trabajo del Comité Internacional de la Cruz Roja, creado en 1864.
La Cruz Roja Americana
De vuelta a su país, Clara decidió extender la Cruz Roja al otro lado del Atlántico y trabajó duro para dar a conocer su labor. Finalmente, el 21 de mayo de 1881 Clara Barton se convertía en la presidenta de la sucursal estadounidense de la Cruz Roja. Durante los primeros años, su casa fue el centro de la organización.
Clara murió el 12 de abril de 1912 en Maryland a la edad de 90 años rodeada de sus seres queridos.
Se puede leer más sobre ella en el sitio web Clara Barton Birthplace Museum.
Sobre el artículo original
El artículo La dama de la Cruz Roja, Clara Barton (1821-1912) se publicó en el blog Mujeres en la Historia de Sandra Ferrer Valero el 4 de septiembre de 2012.
Un especial agradecimiento a la autora del artículo por permitir su reproducción en Mujeres con ciencia.
Sobre la autora
Sandra Ferrer Valero, periodista y apasionada de la historia, escribe en su blog sobre Mujeres en la Historia.
1 comentario
Gracias me ha ido genial para la información de mi trabajo.