La primera ginecóloga, Trotula de Salerno (1110-1160)

Vidas científicas

¿Trotula de Salerno?. Imagen: Wikimedia Commons.

En un mundo dominado por los hombres en el que las mujeres solamente podían acceder al conocimiento tras los muros de un monasterio, una mujer se abrió camino. Trotula de Salerno se convirtió en la primera mujer en escribir y tratar sobre temas de ginecología y obstetricia. Sus ideas fueron tan eficaces y novedosas que hasta el siglo XX existieron voces que quisieron dudar de su existencia.

La esposa del médico

Son prácticamente nulos los datos que tenemos de la vida privada de Trotula de Ruggiero, nacida posiblemente en 1110. Su nombre aparece siempre relacionado con la Escuela de Medicina de Salerno en la que estudió. Algunos investigadores afirman que fue la esposa de uno de los fundadores de dicho centro, Johannes Platearius, a quien posteriomente se le atribuiría la obra de Trotula.

Las damas de Salerno

Antes de la fundación de las universidades el saber en la Edad Media estaba en manos de la Iglesia. Eran los monasterios, sobre todo masculinos, los que custodiaban todo el saber antiguo y contemporáneo. El arte de la medicina también estaba reservado a los hombres. Salvo excepciones como la gran Hildegarda de Bingen, las mujeres sólo podían ejercer como comadronas. El resto de saberes médicos les estaban vetados.

Pero en el siglo XI se fundaba en Salerno una escuela excepcional. Cerca del importante monasterio benedictino de Montecassino, en las proximidades de Nápoles, se fundó la primera escuela médica laica y a la que tenían acceso las mujeres. En ella, las estudiantes de medicina podían acceder a conocimientos médicos amplios, más allá de los relacionados con las tareas de las parturientas.

Un saber revolucionario

Trotula supo aprovechar esta oportunidad y se convirtió en una médica capaz de tratar enfermedades como el cáncer, dolencias oculares o problemas en la piel. Pero sus ideas más revolucionarias para su tiempo estuvieron relacionadas con el área de la ginecología y la obstetricia.

Su obra Passionibus Mulierum Curandorum (Las Dolencias de las Mujeres) expuso temas tan peligrosos para su tiempo como intentar eliminar la creencia de que todos los males de la mujer le venían de la menstruación o que los problemas de infertilidad no sólo podían tener su origen en ellas sino también en los hombres. Trotula defendió también el uso de hierbas para mitigar los dolores del parto, algo totalmente prohibido en su tiempo.

Esta amplia obra de 60 capítulos en las que habla del embarazo, el parto, el puerperio, la fertilidad y otros temas relacionados con la mujer se convirtió en texto imprescindible en las universidades europeas hasta el siglo XVI.

Ornatu Mulierum es otra de sus obras en las que defiende la higiene como necesaria para la prevención de infecciones y enfermedades en las mujeres, algo totalmente novedoso en la Edad Media.

Negación del saber

La obra de Trotula fue tan revolucionaria para su tiempo que ya desde el siglo XII, empezaron a levantarse voces afirmando que era prácticamente imposible que una mujer pudiera haber escrito todo aquel saber y dieron la autoría de sus libros a su marido. Se llegó a afirmar que Trotula no había existido. Voces críticas que se levantaron incluso en el moderno siglo XX insistiendo en que no era posible que una mujer hablara de temas tan complicados.

Pero a pesar del empeño de algunos por silenciar a Trotula de Salerno, lo cierto es que sus ideas y sus conocimientos ginecológicos se enseñaron durante siglos en las universidades.

Sobre el artículo original

El artículo La primera ginecóloga, Trotula de Salerno (1110 – 1160), se publicó en el blog Mujeres en la Historia de Sandra Ferrer Valero el 6 de julio de 2011.

Un especial agradecimiento a la autora del artículo por permitir su reproducción en Mujeres con ciencia.

Sobre la autora

Sandra Ferrer Valero, periodista y apasionada de la historia, escribe en su blog sobre Mujeres en la Historia.

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