Maribel Arriortua Markaida es doctora en Ciencias Químicas, Catedrática de Cristalografía y Mineralogía, líder del grupo de investigación IMaCris/MaKrisI, directora de los Servicios Generales de Investigación (SGIker) de la UPV/EHU, Premio Euskadi de Investigación en Ciencia y Tecnología 2010, … y mi compañera de departamento desde hace ya bastantes años. Aprovechamos un hueco en su apretada agenda para charlar un rato.
Marije Irabien (M.J.I.): No sé si te acordarás, pero cuando te dieron el premio Euskadi te escribí para felicitarte…
Maribel Arriortua (M.A.): Sí, fue increíble la cantidad de felicitaciones que recibí, y no sólo de gente de la universidad (personal docente e investigador, de administración, de mantenimiento), sino también de personas que trabajan en empresas, de antiguos alumnos, etc… Me sentí muy querida, da gusto sentir así el cariño de la gente.
M.J.I.: … pues en aquel mail te decía que además felicitarte por lo que suponía de reconocimiento a tu trayectoria profesional, no podía dejar de alegrarme también por todas las mujeres que de uno u otro modo nos dedicamos a la ciencia.
M.A.: Resulta un tanto llamativo que únicamente dos mujeres hayamos recibido este premio, Carmen Gallastegui (en el campo de las Ciencias Sociales) y yo (en el de Ciencia y Tecnología), cuando hay tantas mujeres trabajando en la investigación. Me sorprende que todavía hoy, en el siglo XXI, las mujeres llenen las aulas, acaparen los mejores expedientes, incluso en las carreras más técnicas y, sin embargo, luego no ocupen puestos de responsabilidad en las empresas, en las entidades o en la sociedad en general. Todos hemos de ser conscientes que dejar al margen de cualquier actividad a las mujeres hace que se desaproveche una parte importante de talento.
M.J.I.: En un mundo dominado por cosas tan banales como la imagen física, yo creo que es especialmente importante conseguir que las mujeres de talento se conviertan en un referente positivo para las niñas y las jóvenes. De hecho, la directora de Emakunde en el momento en que fuiste premiada, María Silvestre, destacó “la importancia de la concesión del premio ya que ayudar a visibilizar la presencia de las mujeres en el ámbito de la Ciencia y ayuda a seguir trabajando por el acceso igualitario a estos estudios y a sus respectivas profesiones”.
M.A.: Es que la historia siempre empieza en casa, con la familia y con la educación que recibes. Ahora que se habla tanto de sostenibilidad, uno de los primeros pasos es enseñar a los niños y las niñas principios básicos tales como reciclar y no malgastar recursos. Y así en todo, Desde que eres pequeña tu entorno te tiene que animar a que te formes en el campo que más te guste, en pie de igualdad con los varones. Y también a confiar en ti misma y en tus posibilidades, a tener una ambición sana. Es curioso pero, a veces, entre las profesionales de cierta edad todavía seguimos encontrando una cierta “reticencia” al reconocimiento de los propios méritos, les cuesta presentarse a premios o postularse a puestos de responsabilidad. Se nota aún ese “techo de cristal” que impide progresar a las mujeres hacia su carrera profesional para las que están bien preparadas y, además, pueden aportar unas capacidades y actitudes muy enriquecedoras. Afortunadamente, las nuevas generaciones de mujeres avanzan con un empuje imparable. Como prueba tenemos el hecho de que cada vez hay más investigadoras liderando actividades de investigación.
M.J.I.: Ya lo decía Bob Dylan, “los tiempos están cambiando”. Pero no podemos olvidar que la historia de la ciencia está jalonada por las experiencias de mujeres que se vieron marginadas por el mero hecho de serlo. Ahora lo vemos como algo muy lejano, pero hasta 1910 –el 8 de marzo, casualmente– no se publicó la orden que nos permitía matricularnos en las universidades españolas.
M.A.: Desde luego, las cosas han cambiado mucho, muchísimo. Yo fui la primera catedrática de Cristalografía y Mineralogía de la UPV/EHU formada en la propia UPV/EHU, y para mí ha sido muy habitual ser la única mujer en muchos foros, en asuntos relacionados con la investigación, gestión, etc… A veces hasta decía en broma eso de que “aquí estoy yo, rodeada de testosterona”, sobre todo cuando recaía sobre mí la responsabilidad de dirigir la reunión. Pero ahora ya no es así, cada vez somos más.
M.J.I.: Algo habrá tenido que ver la política de cuotas…
M.A.: No puedo decir que me guste el sistema de cuotas, preferiría que la elección de las personas se hiciese en función de sus méritos, y que en caso de igualdad, se favoreciera el paso a las mujeres para compensar el retraso histórico que arrastramos. Pero reconozco que las cuotas han funcionado, porque de otro modo es muy probable que ellos no nos hubieran elegido, a pesar de estar sobradamente preparadas.
M.J.I.: Para ti la preparación es fundamental, y de hecho a tu sombra han crecido un buen número de investigadores e investigadoras.
M.A.: La formación es una de las vertientes de mi trabajo que más satisfacción me produce. Fíjate, últimamente he descubierto que se ha ido creando a mi alrededor una auténtica red social de personas que se formaron conmigo, ya sea durante la carrera o después, y que hoy en día están trabajando en actividades de lo más variado, desde centrales nucleares hasta control de calidad. Y eso constituye una auténtica riqueza.
M.J.I.: Desarrollar tanto trabajo y con tanta gente no habrá sido fácil.
M.A.: Esfuerzo y pasión, creo que éstos son los ingredientes básicos de toda actividad científica. Intentar que tu trabajo tenga siempre un sello de calidad propio, sin olvidar que para todo hace falta un recorrido y que la excelencia no se consigue de un día para otro. Es decir, al principio no puedes plantearte unas metas que superen tus capacidades, es preferible intentar avanzar pasito a pasito, poniéndote objetivos que puedas ir superando y ampliando. Más que tratar de abarcarlo todo, a lo largo de mi carrera he sido más partidaria de concentrarme en la labor bien hecha y en los aspectos en los que creía que podía aportar algo.
M.J.I.: Viéndolo así es más fácil entender por qué has rechazado puestos de responsabilidad que otros hubieran aceptado sin dudar…
M.A.: Yo siempre he tenido claro mi horizonte, lo que me gustaba, lo que sabía hacer bien y a donde quería llegar.
M.J.I.: Tú tenías claro el camino, pero seguro que has escuchado muchas veces que la carrera investigadora exige muchos sacrificios personales. Curiosamente, esta frase se aplica sobre todo cuando se habla de mujeres.
M.A.: No estoy de acuerdo con esto, en mi opinión todo es cuestión de organizarse bien. A nivel personal, una de las cosas de las que más orgullosa me siento es de no haber descuidado nunca a mi familia, aún a costa de tener en ocasiones una agenda bastante complicada. Y en el trabajo también hay que aprender a delegar, porque de este modo, además de hacerlo todo más fácil, se posibilita que las personas que nos rodean crezcan con nosotros.
M.J.I.: Y es precisamente esa agenda la que nos dice que ahora tienes que partir hacia Vitoria. ¡Buen viaje!
Sobre la autora
Marije Irabien es Profesora Titular de la Universidad del País Vasco. Desarrolla su actividad investigadora en el grupo de Geología Litoral Harea, dedicado al estudio de los procesos naturales y antrópicos responsables de la transformación ambiental de la zona costera.
1 comentario
Excelente entrevista: tanto las preguntas como las respuestas. Un abrazo a las dos!
Esther