Itziar Alkorta: “No pude negarme al compromiso”

Por pares

Itziar Alkorta se licenció en química (Universidad del País Vasco, UPV/EHU, 1987) especializándose en bioquímica, que en aquel entonces formaba parte de la especialidad de química fundamental. Se doctoró en el Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la UPV/EHU en 1994 y realizó la investigación post-doctoral en Berkeley (Universidad de California). En la actualidad, la doctora Alkorta es Profesora Titular del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la UPV/EHU y directora del Instituto Biofisika (UPV/EHU, CSIC) donde combina investigación, docencia y gestión. Además, forma parte de la junta directiva de la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular (SEBBM), y le da mucha importancia a la divulgación científica ya que cree que “es una de nuestras obligaciones y necesitamos informar y formar a la sociedad”.

El otro día, me encontré con ella por los pasillos del Instituto Biofisika y le pregunté por su largo recorrido en la ciencia. La conversación fluyó de tal modo que, además de conseguir orientación, terminamos hablando de un tema de gran actualidad e importancia, la discriminación de las mujeres en ciencia.

Arantza Muguruza (AM) Hola Itziar ¿Te podría hacer una pregunta? ¿Por qué decidiste estudiar química?

Itziar Alkorta (IA) Pues mira, Arantza, la verdad es que muchas veces me lo he preguntado, y a día de hoy tengo las razones de aquel entonces borrosas. Supongo que en aquella época sí que lo tenía claro porque no lo dudé. Pero a día de hoy, no soy capaz de recordar las razones exactas. Sobre todo teniendo en cuenta que yo soy una de las pocas personas que en aquella época estudió química y se especializó en bioquímica. De todas formas, creo que elegí bien. Creo que la química me dio una base muy fuerte en materias muy importantes como la química, la física y las matemáticas. El haberme desviado después, a un aspecto más “bio”, me resultó más fácil teniendo ese background.

(AM) ¿Cuándo entraste en la universidad, era lo que realmente pensabas académicamente hablando, o te encontraste con alguna sorpresa o alguna dificultad?

(IA) A nivel académico la dificultad se aumentó mucho. En la universidad hay un cambio muy grande en la manera de dar las clases, en el grado de exigencia, en el no guiarte tanto como te habían guiado hasta entonces… el mayor cambio igual está en que todo dependía más de ti. En mi caso, ese no era un problema, porque yo estaba acostumbrada a estudiar y a esforzarme. Pero sí que hubo un cambio muy grande y fue en las expectativas que tienen sobre ti. En el instituto los profesores ponen en ti sus expectativas porque conocen a todos los alumnos muy bien. Pero llegas a la universidad, el número de alumnos pasa de ser treinta a ser ciento veinte, y nadie te conoce. Y eso tiene su parte buena y su parte mala. Su parte mala es que te puedes relajar y no vas a tener ese aliciente si tienes esa tendencia… y su parte buena es que si tú eres una persona muy pendiente de cumplir con las expectativas, esta manera de trabajar te relaja un poco. Lo que más noté fue eso: el anonimato.

(AM) Habiendo estudiado química, ¿cómo decidiste especializarte en el mundo de la bioquímica?

(IA) Yo entré a hacer química pensando en que me gustaba… y poco a poco me fui dando cuenta que la bioquímica era mucho más compleja, y por lo tanto, mucho más atractiva. Porque permitía saber sobre procesos que tienen una gran influencia en la salud y en la biomedicina, entonces eso me empezó a interesar mucho. Y me pareció que era la mejor vía de acabar haciendo investigación biomédica.

(AM) ¿Cómo llegaste a ser directora de este centro, del Instituto Biofisika?

(IA) La verdad es que creo que eso fue un ejercicio de confianza por parte de las personas que pensaron en mí. Yo había demostrado en el pasado ser una persona a la que se le puede confiar una tarea, que se compromete, y que cuando se le hace un encargo hace todo lo posible por cumplir. Quizá, con ese historial a mis espaldas, alguien pensó que yo podría encargarme de llevar a cabo la tarea de dirigir un instituto como este.

Por otra parte… por mi parte, sabiendo que no iba a ser una tarea fácil ni cómoda, no pude negarme al compromiso. Yo siempre he tenido, y creo que esto sí es una característica femenina, un sentido muy fuerte del compromiso y de la responsabilidad. Y en este caso, en el que se me pidió este encargo de una manera muy personal y en una situación muy crucial, no vi la posibilidad en mi mente de negarme.

Por lo tanto, fue un ejercicio de confianza, por parte de quienes pensaron en mí; y de lealtad y compromiso por mi parte, lealtad a las instituciones (a la universidad, al CSIC,…), y de compromiso al no poder mirar para otro lado cuando se me necesita en un sitio. Entonces, confianza, compromiso y lealtad. Y eso sí que creo que es eminentemente femenino.

(AM) ¿Sí? ¿Por qué?

(IA) Pienso que sí. Igual es por mi experiencia. Yo conozco más mujeres comprometidas y leales. Igual esto es políticamente incorrecto, pero yo en mis años de trabajo he encontrado muchas mujeres así. No digo que no haya hombres así, sí también conozco algunos, pero yo creo que las mujeres tenemos una visión más de conjunto… más del bien del grupo. Puedo estar equivocada, pero es lo que percibo. Como percepción te diría que veo eso como algo más asociado a nosotras.

(AM) Tienes familia, eres profesora, tienes un grupo de investigación y además eres directora de este centro, del Instituto Biofisika. ¿Cómo te organizas para hacer todo?

(IA) Trabajo muchas horas. Intento reservar un poquito de tiempo para cada una de las parcelas, y, sobre todo, intento que el tiempo que reservo sea de calidad, sobre todo para mi familia en primer lugar, y para mi grupo de investigación en segundo lugar. Pero es difícil organizarse… hay que tener mucha disciplina y hay que centrarse mucho. Además, hay que saber muy bien diferenciar cuando estás trabajando para el instituto, cuando estás trabajando para tu grupo y cuando necesitas estar con tu familia y atenderla. Pero a menudo la agenda se desbarata. Porque una cosa es cómo una se programa, y yo intento programarme muy bien, pero el día a día y sus imprevistos hacen difícil la tarea.

(AM) ¿Qué recomendarías a los estudiantes, como yo por ejemplo, que se quieran dedicar a la ciencia?

(IA) La humildad. Les recomendaría la humildad para aprender, les recomendaría la sabiduría para elegir, elegir bien el tutor, elegir bien el grupo. Y luego les diría que tengan el valor de apostar por lo que les gusta. Cuando se es bueno en algo, y eso ocurre cuando algo te gusta, consigue hacerse un hueco. Por lo tanto, yo creo que humildad, para aprender y no tener miedo a preguntar, inteligencia para saber elegir, y valor para llevar a delante eso que nos gusta. Y por supuesto, informarse bien, saber muy bien los requisitos necesarios para superar las distintas etapas de la carrera científica … en fin, saber en todo momento por lo que te van a juzgar.

(AM) ¿Ahora mismo en vuestro grupo de investigación con que estáis trabajando?

(IA) Nosotras, y digo nosotras porque en nuestro grupo de investigación somos todas mujeres, lo que investigamos se centra en cómo las bacterias se pasan la información necesaria para ser resistentes a los antibióticos. Desde un punto de vista muy genérico, nuestro grupo está intentando buscar la manera de evitar que las bacterias multirresistentes cada vez sean más… multirresistentes.

Desde los años 1920, hemos vivido los mayores avances médicos en gran medida gracias a la utilización de antibióticos, y nos ha permitido no solo frenar las infecciones, si no que gracias a eso la medicina moderna ha avanzado. A día de hoy, te pueden hacer una operación a corazón abierto y no morirte de una infección, te pueden poner una cadera o un marcapasos, los enfermos inmunodeprimidos de SIDA o de cáncer pueden sobrevivir a infecciones oportunistas…

Pero el uso abusivo de los antibióticos ha generado un problema todavía mayor, que está poniendo en riesgo los avances de la medicina moderna. Y es que las bacterias que nos crean infecciones, son bacterias multirresistentes, que han aprendido cómo hacer frente a todos los antibióticos. Eso ocurre porque las bacterias se pasan esa información a través de un canal multiproteico. A este proceso se le denomina conjugación bacteriana. Nosotras estudiamos una de las proteínas que intervienen en ese proceso. Esta proteína es clave y sin ella la diseminación de la información entre bacterias no puede tener lugar.

Es una proteína de membrana y por lo tanto técnicamente muy compleja. Por eso llevamos más de 15 años estudiando esta proteína con la idea de desarrollar inhibidores específicos contra ella y otros miembros de esa familia de proteínas. La idea es conseguir que a la vez que se suministra un antibiótico para curar una infección se proporcione otro fármaco (estos inhibidores) que evite que las bacterias onfecciosas pasen la información de las resistencias a otras bacterias.

(AM) Al mencionar que en tu grupo sois todas mujeres me ha surgido una pregunta. ¿Crees que hay más mujeres científicas hoy en día que antiguamente?

(IA) Puede que sí, siempre ha habido más de las que parecía, siempre, y ahora también. Claro que hay más mujeres investigando en ciencia hoy en día, pero también más hombres. Hay más gente que se dedica a la ciencia en general. La proporción de mujeres ahora es muy alta y antes seguro que también, pero la visibilidad sigue siendo baja, antes y ahora.

(AM) ¿Crees que en la universidad hay un cambio en la cantidad de mujeres que estudian?

(IA) Igual en parte sí, pero claro, yo venía de una carrera que era químicas donde había más hombres. Por alguna razón hay carreras con un sesgo femenino y otras con un sesgo masculino. Si pienso en mis compañeras y compañeros de primero y en mis alumnos y alumnas de primero de ahora, tal vez haya ahora más mujeres estudiantes en proporción a hombres. También es verdad que las mujeres tienen los mejores expedientes en general, por lo tanto, es lógico que en grados como el de Bioquímica o Biotecnología donde el nivel de exigencia es alto, sean las mujeres las que consiguen esos pocos puestos.

(AM) A propósito del sesgo femenino o masculino que tienen las diferentes carreras, ¿sabrías decir por qué sucede este fenómeno?

(IA) No sabría decirte un razón en concreto. Desde luego, hay cosas muy claras como que la sociedad ejerce gran presión queramos o no. Hay carreras en las que parece que todavía hoy en día, cosa que no debería de ser, tienen un corte masculino, y parece como que hay un sesgo invisible ahí. Pero desde luego, hay muchas mujeres estudiando y muchas mujeres haciendo carreras muy brillantes, que luego no se reflejan en los puestos de alta dirección.

De hecho, tenemos en la universidad un curso que empieza mañana, que se llama Akademe, que es para formar mujeres con cargos de dirección en nuestra universidad. Creo que tiene que ver con el hecho de que esa figura, no es una figura muy evidente. Y de alguna manera la UPV/EHU, que hace una apuesta importante por la igualdad de género, ha detectado que tiene muchas alumnas, que tiene muchas profesoras, pero está empezando a detectar que necesita más directivas académicas y científicas. Además, se ha dado cuenta que es importante la formación de las directivas para que sean capaces de formar un liderazgo basado en el conocimiento y en el trabajo bien hecho. Entonces creo que es un proceso que irá llegando. Pero estamos en ello.

(AM) ¡Es bueno saberlo! Ligada con la pregunta anterior, ¿hoy en día existe la igualdad de género en el mundo de la ciencia?

(IA) ¿En el mundo de la ciencia? Yo diría que no, que todavía una mujer tiene que demostrar más que un hombre, que todavía una mujer tiene menos oportunidades. No a la hora de hacer un doctorado, por supuesto que no. Pero a la hora de ir en su carrera hacia adelante, creo que tiene menos oportunidades. La competitividad, creo que todavía no está igual vista en un hombre o en una mujer. El querer ascender o el ejercer el liderazgo no está igual de bien visto. No se asume con tanta facilidad el liderazgo de una mujer. Por lo tanto, creo que todavía las mujeres tenemos que demostrar más que lo hombres en la ciencia.

Es mi percepción pero también hay datos y hechos. Por ejemplo, la famosa gráfica en tijera, en la que el porcentaje de alumnos frente a alumnas se invierte cuando hablamos de catedráticas y catedráticos, decanas y decanos, rectoras y rectores, etc. Por lo tanto, no, no hay igualdad en la ciencia.

Arantza Muguruza e Itziar Alkorta durante la conversación.

(AM) ¿Qué harías tú para mejorar esto?

(IA) Pues mira, yo ya estoy haciendo algo que es haber dicho que sí a un cargo de este tipo. Creo que las mujeres tenemos que ser valientes, cuando nos llega la oportunidad, no echarnos atrás. Creo que no tenemos que minusvalorarnos, ni pensar que no vamos a ser capaces, porque un hombre no lo haría. Entonces, lo que hay que hacer es, primero, dar oportunidades, quien tenga que darlas, y dos, quien recibe ese reto, en este caso, las mujeres, no debemos echarnos atrás. Es duro. A veces pasa que no tienes tiempo para nada, que no tienes tiempo para dedicar a tu familia, a tu grupo de investigación, a ti misma. Pero todo el mundo tiene que entender que tu misión en ese momento va más allá de eso. Como las sufragistas lucharon en su momento para que tuviéramos derecho a votar, las mujeres que estamos ejerciendo cargos de dirección y de liderazgo, tenemos que darnos cuenta de que nuestra misión es conseguir ver a las mujeres como personas capaces de ejercer un liderazgo.

(AM) Por último, ¿te has sentido alguna vez discriminada por ser mujer? En tu carrera laboral sobre todo.

(IA) Sí. No son cuestiones que a mí me hayan marcado, pero claro que me he sentido discriminada por ser mujer, por ser joven, y por ser mujer joven sobre todo. ¿Por qué? Pues porque hay una jerarquía muy grande en la ciencia. A la hora de reivindicar una autoría, hay alguien que, porque jerárquicamente hablando, está muy por encima de ti, ejerce un poco esa jerarquía. ¡Claro! Claro que he notado la discriminación, en momentos en los que hay alguien por encima que tiene mucho poder sobre ti.

Eso sí, no sabría si es por ser mujer, o si es por ser joven. Pero es que mujeres jóvenes son las que tienen empezar que despuntar, porque los hombres jóvenes si no despuntan ahora igual despuntan luego, por lo que hemos dicho antes, por este sesgo masculino que tenemos. Sin embargo, una mujer joven para despuntar necesita el apoyo de esas personas que, jerárquicamente hablando, están por encima. Entonces, sí, claro que sí he notado la discriminación, o un trato en el que tu opinión se ha valorado con cierta condescendencia, creyéndote inexperta.

Creo que tenemos que incidir mucho en el papel de la mujer en la sociedad en general. Y por supuesto en donde menos visibilidad tenemos, que puede ser en niveles muy deprimidos de la sociedad donde la mujer realmente es una sufridora doble, por el hecho de ser pobre y por el hecho de ser mujer. Y también en niveles muy altos, donde no tenemos la visibilidad que merecemos.

(AM) Muchas gracias por tu tiempo Itziar, ha sido un placer hablar contigo. Venía buscando un poco de orientación, pero aparte de orientarme, ahora, tengo una visión más amplia sobre la situación de la mujer en el mundo de la ciencia. Gracias otra vez, ¡hasta pronto!

Sobre la autora

Arantza Muguruza Montero es estudiante de último año de Biotecnología en la UPV/EHU y alumna interna en un grupo de investigación del Instituto Biofisika.

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