Yvonne Cossart, la viróloga australiana que descubrió el virus que pone las mejillas coloradas a los niños

Vidas científicas

Es habitual en las madres y padres de niños y niñas pequeños esperar el inicio de cada curso escolar con una mezcla de alivio y preocupación. Por un lado, por el innegable alivio que supone compartir toda esa cantidad de energía con otros adultos, profesionales de la educación que contribuirán a su aprendizaje y desarrollo. Por otro, porque una o dos docenas de criaturas compartiendo espacios cerrados significa un entorno perfecto de intercambio de patógenos sin escapatoria posible. Para que luego digan que a la infancia le cuesta aprender a compartir. No es así si hablamos de virus y bacterias.

Por eso pocos días, si acaso una o dos semanas, después de arrancar el curso empiezan a aparecer las toses, los mocos, algún dolor de tripa… En la mayoría de los casos, y cuando los adultos a cargo ya tienen cierta experiencia, las cosas transcurren sin demasiada preocupación: suelen ser episodios leves con síntomas más o menos conocidos que se solucionan sin dramas y sin saber exactamente qué patógeno los causó.

Niño con erupción en las mejillas por eritema infeccioso. Wikimedia Commons.

Aunque existen excepciones. El eritema infeccioso es una enfermedad casi siempre leve habitual en niños y niñas pequeñas en la que a la fiebre baja y el cansancio suele seguir una erupción en las mejillas que hace que parezca que a la criatura le han dado una bofetada que no ha recibido. Después esa erupción se extiende por el cuerpo, apareciendo y desapareciendo durante varios días y en ocasiones causando picores. Esto es más que suficiente para alertar a los progenitores, por mucha experiencia con mocos y toses que tengan.

Fue en 1975 cuando la viróloga australiana Yvonne Cossart descubrió el parvovirus B19 causante del eritema infeccioso, una enfermedad como decimos algo escandalosa pero en general leve, aunque en determinados casos y personas con sistemas inmunes debilitados u otras patologías previas puede tener complicaciones. Cuando la enfermedad es leve y se soluciona con tratamientos para los síntomas, saber el nombre del virus que lo causa sirve para mantener un control poblacional de los casos. Cuando la cosa se complica, saber qué patógeno lo causa puede ser esencial para tratar al paciente.

Sin embargo, Cossart es recordada y reconocida principalmente por el trabajo que llevó a cabo en la investigación de la hepatitis B, ampliando los conocimientos sobre su perfil vírico, su transmisión a través de donaciones de sangre y cómo reducir el riesgo. También dedicó parte de su trabajo al estudio de la rubeola y del síndrome de la rubeola congénita, que causaba problemas de salud en los recién nacidos, por ejemplo sordera, si su madre sufría la enfermedad en el embarazo. Con esto ayudó a diseñar e impulsar los programas de inmunización contra esta enfermedad vírica en Australia.

Especialista precoz en enfermedades infecciosas

Yvonne Cossart. LITFL.

Yvonne Cossart nació el 14 de agosto de 1934 en Nueva Gales del Sur, en Australia. Estudió en la Universidad de Sydney, donde se graduó en Ciencias en 1957 y obtuvo su título de máster en 1959. Su interés por la virología surgió ya al principio de su carrera, cuando llevó a cabo un trabajo de investigación en virología clásica en la misma universidad. Entre 1960 y 1962 ocupó el puesto de patóloga de mayor responsabilidad del Real Hospital Príncipe Alfredo, donde también estableció un laboratorio de diagnóstico virológico en el Departamento de Microbiología.

Después viajó a Londres para seguir estudiando patología clínica en la Real Escuela Médica de Posgrado. Allí fue la responsable de la sección de enterovirus del Laboratorio Virológico de Referencia del Laboratorio Central de Salud Pública de Colindale, donde se encargó especialmente de que los laboratorios tuviesen suficientes métodos y medidas de control para vigilar la eficacia y seguridad de las campañas de vacunación de la polio. Desde 1963 y durante los siguientes trece años formó parte de un comité que supervisaba y asesoraba los laboratorios encargados de diagnosticar la viruela, la rabia y otras enfermedades infecciosas exóticas.

Cómo controlar y prevenir la expansión de la hepatitis B

En 1967 comenzó a trabajar en el campo de la hepatitis B, al principio como parte del servicio que daba asesoramiento clínico y diagnóstico para esta enfermedad en toda Inglaterra y Gales, y después en investigación para desarrollar tratamientos y métodos de prevención. Su principal logro fue el desarrollo de medidas de control para evitar la transmisión de la hepatitis B en las unidades de diálisis de Reino Unido, así como los ensayos clínicos donde se probó el uso de inmunoglobulina de la hepatitis B como agente de profilaxis tras el uso de jeringuillas.

Ocupó durante nueve años el cargo de presidenta del equipo de trabajo que se ocupaba de la hepatitis dentro del Laboratorio de Salud Pública, y formó parte de varios comités centrados en desarrollar medidas y pruebas para prevenir la expansión de la hepatitis en los hospitales y en la sociedad en general. Fue en esta época, en 1975, junto con otros colegas reconocieron y describieron por primera vez un parvovirus hasta entonces desconocido presente en algunas partidas de sangre donada y en sus receptores. Este parvovirus B19, conocido por causar eritema infeccioso en niños sanos, puede causar, en casos raros pero graves, anemia aplásica, artritis aguda e hidropesía fetal.

Micrografía electrónica de parvovirus B19 con tinción negativa en sangre. Wikimedia Commons.

Cossart volvió a Australia en 1977 y fue nombrada profesora titular en el departamento de Bacteriología de la Universidad de Sydney, donde formó el equipo y estructura encargados tanto de la investigación como de la docencia del área de la virología. El momento de su vuelta coincidió con el desarrollo comercial y la disponibilidad de la primera generación de vacunas contra la hepatitis B, y Cossart participó en las campañas y estudios de inmunización a trabajadores del sector sanitario, así como a bebés hijos de madres portadoras del virus.

Estudio del virus del papiloma humano

Dirigido por ella, su equipo también estudió el uso de biofilms para esterilizar y desinfectar equipos de forma eficaz tanto en el laboratorio como en la práctica clínica y hospitalaria, y se centraron, además de en los virus de la hepatitis o en el parvovirus, en otros patógenos como los virus causantes de papilomas humanos, tanto en aspectos epidemiológicos como en estudios clínicos experimentales.

Entre otras cosas, Cossart estudió, en colaboración con expertos de los servicios de ginecología de varios hospitales australianos, la importancia de la detección de distintos tipos de papilomas en las biopsias y citologías cervicales. Con esto consiguieron demostrar que la detección de ADN de virus del papiloma humano en la biopsia de nódulos linfáticos era una señal más precisa para detectar casos de micrometástasis que otras pruebas convencionales, y que en los casos de cáncer cervical de principios del siglo XX cuyos historiales se habían registrado en los archivos se habían encontrado los mismos tipos de virus que en los casos actuales, ayudando a trazar un perfil de estos patógenos.

Además de su trabajo en el laboratorio, Cossart se implicó en la dimensión docente de su trabajo, contribuyendo a desarrollar el primer año del programa de medicina de la Universidad de Sydney, que todos los estudiantes que se matriculasen debían cursar obligatoriamente. En él incidía en los determinantes sociales y culturales que afectan a las actitudes tanto de los pacientes como de los médicos, y cómo eso impacta en la relación entre ellos y en el concepto general que las distintas sociedades tienen del sistema de salud.

En 1998 fue condecorada como Oficial de la Orden de Australia por su servicio a la medicina como especialista en enfermedades infecciosas, especialmente en las áreas de investigación, epidemiología y educación, así como a la educación. Se retiró en 2006 y falleció en 2014.

Referencias

Sobre la autora

Rocío Benavente (@galatea128) es periodista.

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