Mary Ochsenhirt Amdur, la madre de la toxicología del aire

Vidas científicas

Mary Ochsenhirt Amdur (1921-1998) fue una bioquímica y toxicóloga estadounidense cuyas investigaciones contribuyeron de manera significativa al control de la calidad del aire y la protección de la salud pública en su país. Su trabajo reveló los efectos nocivos de la exposición al aire contaminado por productos industriales, lo que la llevó a enfrentar una fuerte oposición por parte de los fabricantes. Por encima de las dificultades, la determinación, persistencia y compromiso con la ciencia de esta mujer ayudaron a sentar las bases de la regulación ambiental moderna.

Mary Amdur.

Mary Ochsenhirt nació el 18 de febrero de 1921 en Pittsburgh, Pensilvania, EE. UU.. Demostró interés por la ciencia y la investigación desde una edad temprana. En 1943, obtuvo su licenciatura en química por la Universidad de Pittsburgh y, solo tres años después, completó un doctorado en bioquímica en la Universidad de Cornell con una tesis sobre el papel del manganeso y la colina en la formación ósea de las ratas. Este estudio le proporcionó una base sólida en toxicología y fisiología.

Durante sus años en Cornell, Mary conoció al bioquímico Benjamin Amdur, con quien se casó en 1944; así pasó a llamarse Mary Ochsenhirt Amdur. Una vez completado su doctorado, Mary comenzó a trabajar en el Massachusetts Eye and Ear de Boston para que Ben pudiera completar el suyo.

En 1949 se trasladó a la Escuela de Salud Pública de Harvard con la intención de trabajar bajo la dirección de Philip Drinker, un reconocido investigador en el campo de la salud ocupacional e inventor del pulmón de acero que salvó la vida a cientos de víctimas de la polio hasta que se desarrollaron las vacunas contra esta enfermedad.

El desastre de Donora

A finales de octubre de 1948, una combinación de fluctuaciones de temperatura y emisiones letales de dos plantas de acero de Estados Unidos creó una densa niebla amarilla que se cernió sobre la ciudad de Donora, Pensilvania, matando a veinte personas e hiriendo a otras 6000. La niebla, que contenía ácido sulfúrico, dióxido de nitrógeno, flúor y otros gases venenosos, permaneció en la ciudad durante varios días hasta que llovió el 31 de octubre.

Este incidente alertó a la comunidad científica y gubernamental sobre los peligros de la contaminación atmosférica. Una de las empresas involucradas, American Smelting and Refining Company (ASARCO, por sus siglas en inglés), examinó en profundidad sus procesos y contaminantes y solicitó al laboratorio de Drinker, conocido también por sus investigaciones sobre las toxinas presentes en el aire, un informe sobre los efectos –presuntamente inofensivos– de sus residuos químicos sobre la salud humana. ASARCO empleó lo que la socióloga Carol Weiss calificaría más tarde como el “modelo táctico” de investigación: financiar la ciencia para desviar las críticas, retrasar la regulación y recuperar la reputación de la empresa. Y podría haberle funcionado si no fuera porque Philip Drinker encomendó la tarea a Mary O. Amdur.

La niebla tóxica de Donora de 1948. Imagen: California Northstate University.

Las contribuciones de Amdur

Con el objetivo de comprender los efectos de la exposición a contaminantes atmosféricos, el primer encargo que recibió Mary fue el de desarrollar un dispositivo para medir la presencia de plomo en el aire. Para ello, diseñó una bomba manual portátil que le permitía detectar microgramos de este metal pesado en ambientes industriales. Posteriormente, le pidieron investigar los efectos de dosis muy pequeñas de contaminantes sobre los pulmones humanos. Compró cobayas –a diferencia de las ratas de laboratorio, respiran por la boca, no por la nariz– e inventó una forma de rociar los contaminantes en una cámara controlada que facilitaba que la niebla penetrara hasta los pulmones de los animales. Expuso las cobayas a mezclas de ácido sulfúrico y dióxido de azufre, simulando las condiciones atmosféricas en áreas altamente industrializadas.

Sus resultados mostraron daños significativos en los pulmones de los animales, lo que demostraba que la exposición a estos contaminantes podía tener efectos perjudiciales aun en concentraciones muy bajas. Estos hallazgos eran revolucionarios, ya que desafiaban la narrativa promovida por la industria, que minimizaba los riesgos de la contaminación del aire. Sin embargo, en lugar de ser recibidos con entusiasmo, los descubrimientos de la científica generaron controversia en una comunidad científica e industrial dominada por hombres.

Controversia y presión de la industria

Amdur presentó los resultados del estudio ante la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia en su reunión anual de 1953, sin altercados. Luego escribió un artículo acerca de los efectos sobre la salud humana de los niveles de contaminantes similares a los estimados para Donora durante el incidente de la niebla. Este artículo, y su intención de presentar los hallazgos en la reunión anual de la Asociación Estadounidense de Higiene Industrial, le causaron problemas. Incluso llegó a ser abordada y amenazada por dos matones en un ascensor del congreso de 1954, cosa que no impidió que la científica se presentara.

ASARCO, que había financiado en gran parte la investigación de Amdur, esperaba que la científica defendiera que la contaminación industrial no representaba un riesgo significativo para la salud. Tras conocer los resultados de su artículo, la empresa presionó a Drinker para que retirara a Amdur los fondos que le permitirían seguir investigando. Al regreso del congreso, Drinker pidió a la científica que eliminara su nombre del artículo y que lo retirara de The Lancet, a pesar de que ya había sido aceptado por la revista. Mary se negó a cumplir las exigencias de su jefe y fue despedida de la Escuela de Salud Pública de Harvard en un acto que reflejaba la influencia de la industria en la investigación académica. El artículo no llegó a publicarse.

Impacto y legado

A pesar de los obstáculos, Amdur no abandonó la investigación. Inicialmente continuó su línea de trabajo en un puesto diferente en Harvard, para luego trasladarse al Instituto de Tecnología de Massachusetts, donde estudió la interacción de metales y gases en la inhalación de ácido sulfúrico, y más tarde al Instituto de Medicina Ambiental de la Universidad de Nueva York, donde siguió explorando los efectos de los contaminantes atmosféricos en la salud humana hasta su jubilación en 1996.

A lo largo de su carrera profesional, Mary O. Amdur desarrolló numerosos métodos innovadores para medir contaminantes y evaluar sus efectos tóxicos en dosis muy bajas. Su trabajo contribuyó de manera decisiva al control de la calidad del aire en Estados Unidos, influyendo en la creación de estándares y regulaciones ambientales. Sus investigaciones proporcionaron evidencia sólida sobre los peligros de la contaminación industrial y ayudaron a fundamentar políticas de salud pública destinadas a reducir la exposición a contaminantes nocivos.

A pesar de protagonizar una carrera de más de 50 años de investigación pionera, los sesgos de género presentes en la época condicionaron la trayectoria de esta científica excepcional. A modo de ejemplo: durante sus 30 años en Harvard, nunca ascendió por encima del rango de profesora asociada; a pesar de atraer fondos importantes para financiar su investigación, en sus 12 años en el MIT no fue reconocida como profesora. La falta de promoción a puestos de titularidad, una medida habitual de éxito y seguridad en el entorno académico, apunta hacia barreras sistémicas muy probablemente influenciadas por su condición de mujer.

Mary Ochsenhirt Amdur falleció el 16 de febrero de 1998 de un ataque al corazón, menos de un año después de convertirse en la primera mujer en recibir el premio al mérito de la Sociedad de Toxicología, hecho que indica la subrepresentación histórica de las mujeres en el campo. En reconocimiento a su contribución a la toxicología ambiental, dicha sociedad estableció el Premio Mary Amdur, otorgado cada año a la o el estudiante cuya investigación aborda mejor los desafíos de la salud ambiental y la toxicología de la contaminación del aire.

Referencias

Sobre la autora

Edurne Gaston Estanga es doctora en ciencia y tecnología de los alimentos. Actualmente se dedica a la gestión de proyectos en organizaciones que fomentan la difusión del conocimiento de la ciencia y la tecnología.

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