Marguerite Augusta Marie Löwenhielm, la duquesa que luchó contra la filoxera de la uva

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La filoxera de la uva, originaria de América del Norte, es una plaga de insectos que afecta a las vides en todo el mundo. A finales del siglo XIX, la epidemia de filoxera destruyó la mayor parte de los viñedos de uvas para vino en Europa, sobre todo en Francia. Marguerite Augusta Marie Löwenhielm fue una micóloga francesa que estudió la eficacia de las variedades de vides estadounidenses resistentes a esta plaga.

Marguerite Augusta Marie Löwenhielm.

Marguerite Marie nació el 27 de julio de 1830 en París. Era hija del conde Gustaf Löwenhielm (1771-1856), embajador de Suecia en París, y Cléonice de Baguet (1798-1853), nieta de un banquero. Siguió cursos de latín, botánica, matemáticas y dibujo. Hablaba, además cinco idiomas.

Apasionada por los caballos y la equitación, era una excelente amazona. Escribió Principes élémentaires d’équitation para sus hijos; ella misma lo ilustró con doscientas láminas de dibujos hechos a pluma.

En 1851 se casó con el duque Édouard Antoine Sidoine de Fitz-James (1828-1906), con el tuvo dos hijos y dos hijas. Las deudas y los gastos provocaron que los Fitz-James vivieran con constantes dificultades financieras.

El cultivo de la uva y la lucha contra la filoxera

Hacia 1870, Marguerite heredó de su abuela materna un terreno con vides en Saint-Bénézet (Languedoc-Rosellón) y se instaló en esa población. Años antes, la abuela había introducido a Marguerite en el negocio familiar y ayudó a su nieta a producir pequeños lotes de vino en una parcela de tierra al sur de París.

En Saint-Bénézet Marguerite se interesó por la ciencia agrícola local, en particular por la plaga de la filoxera que destruía las cosechas de uva a un ritmo asombroso. Muchos agricultores recurrían a sus propios métodos para intentar resolver el problema. Desesperados ante la ineficacia de los pesticidas, algunos colocaban sapos debajo de cada parra y otros permitían que sus aves de corral vagaran entre las plantas con la esperanza de que se comieran los insectos. Ninguno de estos métodos tuvo éxito.

En 1873, el botánico Jules-Emile Planchon viajó a Estados Unidos, confirmando que la filoxera provenía de esa tierra y que las vides americanas eran más resistentes a esa enfermedad. El botánico aludía a la capacidad de las vides americanas para servir como portainjertos. En 1875 publicó Les Vignes américaines, leur culture, leur résistance au phylloxéra et leur avenir en Europe.

Gracias a su conocimiento de inglés, Marguerite se informó leyendo periódicos y libros de viticultores estadounidenses que hablaban sobre sus métodos contra la filoxera. Con toda esta información, la duquesa adoptó la visión «americanista» para combatir la plaga: en vez de usar productos químicos y pesticidas, Marguerite optó por introducir esas cepas de uva más resistentes para combatir la filoxera.

Caricatura de Edward Linley Sambourne (1890): «La filoxera, verdadera gourmet, encuentra
los mejores viñedos y se apega a los mejores vinos». Wikimedia Commons.

Plantó en parte de su terreno especies emblemáticas americanas, fundamentalmente Vitis riparia y Vitis aestivalis. Organizó su propiedad con vides normales (la variedad europea Vitis vinifera) o injertadas en las laderas para producir vino para su comercialización y, además, se preocupó por multiplicar plantas en invernaderos. Esas plantas injertadas con variedades americanas y francesas se vendían después a viticultores de la región.

Marguerite comenzó también a escribir artículos para revistas especializadas explicando sus técnicas para combatir la plaga y defendiendo la importación de variedades de vid más resistentes. Entre otros, en la Revue des Deux Mondes publicó en 1881 Les Vignes américaines, La Vigne américaine en Amérique y La Vigne américaine en France, en 1883 La Vigne américaine, le congrès de Montpellier, y en 1886 La Vigne américaine.

Marguerite utilizó sus influencias para defender su postura «americanista» frente aquellos que se oponían, temiendo que la calidad de los vinos franceses se viera afectada tras realizar esos injertos.

Hoy en día, todavía no existe un remedio para la filoxera que representa una amenaza para cualquier viñedo que no esté plantado con portainjertos injertados.

Marguerite Augusta Marie Löwenhielm falleció el 19 de marzo de 1915. En ese momento vivía con una de sus hijas al verse forzada a vender sus propiedades acosada por las deudas.

Referencias

Sobre la autora

Marta Macho Stadler es doctora en matemáticas, profesora del Departamento de Matemáticas de la UPV/EHU y colaboradora en ::ZTFNews y la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU.

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