El 12 de enero de 1920, en el vagón de un tren que viajaba en dirección a Sussex, tuvo lugar un terrible asesinato. Una mujer fue encontrada brutalmente herida en uno de los compartimentos; la habían golpeado en la cabeza y estaba inconsciente. A pesar de que fue trasladada a un hospital, no sobrevivió. Esta escena, que bien podría formar parte de una novela negra al más puro estilo de Agatha Christie, fue el último capítulo en la vida de una enfermera inglesa que dedicó su vida a sanar a los enfermos, siguiendo el ejemplo de su famosa tía, Florence Nightingale.
Había heredado de ella no sólo su pasión por la enfermería, también su nombre. Se llamaba Florence Nightingale Shore y era ahijada de la enfermera que revolucionó y modernizó el mundo de la enfermería. Había nacido el 10 de enero de 1865 en Stamford, Lincolnshire en el seno de una familia acomodada. Florence disfrutó de una infancia y adolescencia feliz, pudo estudiar y viajar por Europa, pero en 1881 su padre se declaró en bancarrota y poco después su madre, cansada de las infidelidades de su marido y los problemas económicos, decidió separarse de él.
Florence intentó continuar con su vida y terminó sus estudios en Bélgica, tras lo cual decidió dejar Inglaterra para lanzarse a la aventura en la lejana China, hasta donde se trasladó para trabajar como institutriz. De vuelta a casa, en 1893, Florence empezó a trabajar como aprendiz de enfermera en el Edinburgh’s Royal Infirmary. Fue allí donde conoció a Mabel Rogers, una enfermera que se convertiría en su amiga incondicional.
Mabel y Florence se separaron temporalmente cuando esta se marchó a Dublin para continuar sus estudios pero en 1897 volvieron a encontrarse en el Queen Victoria Jubilee Institute de Londres. Ambas trabajaron juntas durante años en la Sunderland District Nursing Association. En 1900 dejaron Inglaterra para servir como enfermeras en la segunda guerra de los Bóers.
Con el estallido de la Primera Guerra Mundial, Florence se unió al Queen Alexandra’s Imperial Military Nursing Service y viajó al continente para ejercer como enfermera hasta 1919. De vuelta a Inglaterra, después de años dedicados a la enfermería, su vida terminaría de manera dramática y prematura.
En enero de 1920, después de despedirse de su querida Mabel, con la que se había ido a vivir, Florence se subió a un tren en la Estación Victoria de Londres en el que fue brutalmente atacada. La enfermera no sobrevivió a los golpes y fallecía días después ante la consternación de las autoridades que abrieron una investigación que nunca llegó a buen puerto. El caso de Florence Nightingale Shore continúa aún sin resolver.
Para saber más sobre ella
- Rosemary Cook, The Nightingale Shore Murder, Matador, 2015
- Jessica Fellowes, Los crímenes de Mitford, Roca, 2018
Sobre el artículo original
El artículo La enfermera asesinada, Florence Nightingale Shore (1865-1920) se publicó en el blog Mujeres en la Historia de Sandra Ferrer Valero el 25 de seotiembre de 2018.
Un especial agradecimiento a la autora del artículo por permitir su reproducción en Mujeres con ciencia.
Sobre la autora
Sandra Ferrer Valero, periodista y apasionada de la historia, escribe en su blog sobre Mujeres en la Historia.