Marion Gray nació en Ayr (Escocia) el 26 de marzo de 1902.
Tras terminar su formación primaria y secundaria en su localidad natal, comenzó sus estudios superiores en la Universidad de Edimburgo en 1919. Se graduó en matemáticas y filosofía natural en 1922.
Continuó dos años más en esta universidad como estudiante de postgrado bajo la supervisión del conocido matemático Edmund Taylor Whittaker. En esa época también se unió a la Sociedad Matemática de Edimburgo, donde presentó algunos trabajos como The equation of telegraphy (1923) o The equation of conduction of heat (1926), entre otros.
En 1924 viajó a los Estados Unidos para estudiar en el Bryn Mawr College (Pensilvania). Allí aprendió matemáticas con Anna Johnson Pell Wheeler, David Vernon Widder y Marguerite Lehr, y física con James Barnes. Por cierto, este último también fue profesor de la física química Katharine Burr Blodgett (1898-1979) y, parece, él fue quien la convenció para que se dedicara a la investigación científica.
Marion defendió su tesis doctoral –A Boundary Value Problem of Ordinary Self-Adjoint Differential Equations with Singularities– en 1926 bajo la supervisión de Anna Johnson Pell Wheeler. Y regresó a Edimburgo, donde trabajó como profesora asistente durante un año. De allí se trasladó a Londres donde trabajó como profesora asistente de matemáticas en el Imperial College durante tres años.
En 1930 regresó a los Estados Unidos y fue contratada como ingeniera asistente en el Departamento de Desarrollo e Investigación de la American Telephone and Telegraph Company de Nueva York. En 1932, mientras trabajaba en esta empresa, Marion buscaba “redes completamente simétricas”. Y descubrió el famoso grafo que lleva su nombre.
Aunque Marion Gray no publicó nada sobre este grafo –pensaba que se trataba de un resultado teórico sin aplicaciones–, el matemático Izak Zurk Bouwer le dedicó su artículo An edge but not vertex transitive cubic graph (1968) en el que describía fundamentalmente sus propiedades de simetría. En una nota a pie de página, el matemático decía: «El grafo descrito en esta nota fue descubierto por la Dra. Marion C. Gray en 1932. El autor lo ha redescubierto de manera independiente y cree que aquí aparece publicado por primera vez». Marion se equivocó en su percepción sobre este grafo ya que ha resultado ser fundamental en teoría de redes.
En 1934, Marion se unió al personal técnico de los Bell Telephone Laboratories, donde pasó más de 30 años trabajando hasta su jubilación. Durante ese tiempo publicó varios artículos de investigación y realizó cientos de revisiones de trabajos de otra personas. También formó parte del comité que preparó el famoso Handbook of Mathematical Functions editado por Milton Abramowitz e Irene Stegun (1964). En este gran proyecto sobre funciones matemáticas trabajaron varias mujeres; recordemos las palabras de Francisco R. Villatoro: «Irene Stegun es la madre del Handbook y Gertrude Blanch fue su abuela».
Marion Gray era conocida por el apoyo que brindaba a sus colegas más jóvenes. Uno de ellos recordaba de esta manera cómo ella le ayudó a realizar algunos de sus cálculos: «Fui ayudado por una viejecita, Marion Gray, una de las mejores matemáticas del Bell Lab en esos tiempos».
Después de su jubilación, en 1967, Gray regresó a Edimburgo, donde falleció en 1979.
Referencias
- Marta Macho Stadler, El grafo de Marion (Gray), Cuaderno de Cultura Científica, Matemoción, 31 julio 2019
- Marion Cameron Gray, MacTutor History of Mathematics, University of St. Andrews
- Judy Green and Jeanne Laduke, Supplementary material for pioneering women in American Mathematics: the pre-1940 Phd’s, pp. 218-220, AMS, 2009
- Catherine Booth, Celebrating Scottish women of science: Marion Gray (1902–1979), Discover NLS 23 (2013) 20–21
- Marion Cameron Gray, Wikipedia (consultado: 4 agosto 2019)
Sobre la autora
Marta Macho Stadler es doctora en matemáticas, profesora del Departamento de Matemáticas de la UPV/EHU y colaboradora en ::ZTFNews y la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU.
1 comentario
Es cierto: Las mujeres y los hombres tenemos la misma capacidad intelectual, puede que determinadas disciplinas puedan llamar (en términos estadísticos) más a un sexo que a otro, pero, en ningún caso, es la capacidad. Sería como comparar a Einstein con Mozart: quién era más genial ? Diga usted cuál es su respuesta.