Entre los médicos más jóvenes y de mentalidad más abierta, recuerdo especialmente a dos: Mario Santoné y Luisa Levi. Eran amigos e igualmente antifascistas, al igual que Goria, pero Santoné era católico y Levi, socialista, hermana de Carlo y sobrina de Claudio Treves. Habían leído a Freud y creían firmemente en el poder sanador del diálogo con los enfermos.

Luisa Levi nació en Turín el 4 de enero de 1898. Era hija de Ercole Raffaele y Annetta Treves, un matrimonio judío.
En 1914, tras finalizar sus estudios de secundaria, y por sugerencia de un tío materno (el psiquiatra Marco Treves, hermano del periodista y político Claudio Treves) se matriculó en la Facultad de Medicina de Turín.
En su primer año de estudios universitarios entabló amistad con la única otra alumna del curso, Marie Coda, buscando el apoyo mutuo ante la hostilidad del resto de estudiantes. En unas páginas autobiográficas inéditas, Luisa Levi recordaba el ambiente en su centro de estudio en aquella época:
Nuestros compañeros nos recibían con indiferencia o despecho. La primera vez que nos atrevimos a entrar en la sala de disección para ver a nuestros compañeros de segundo año trabajando con cadáveres, al llegar al centro de la sala, las luces se apagaron de repente. Tras varios minutos, volvieron a encenderse y se oyó a un estudiante regañar a sus compañeros por la broma. Entonces, las dos de primer año nos marchamos con gran dignidad, y Marie me dijo: «¿Qué hacemos para recuperarnos del susto?». Así, nos fuimos a una pastelería a comer pasteles. Con el tiempo, nuestros compañeros aprendieron a respetarnos, pero nunca hubo una verdadera amistad entre nosotros.
Una formación excelente
Durante la Primera Guerra Mundial, Luisa sirvió como oficial médica en el laboratorio de psicofisiología de la Fuerza Aérea, dirigido por el fisiólogo Amedeo Herlitzka.
El 8 de julio de 1920 se graduó en medicina con la máxima calificación y honores. De nuevo aconsejada por su tío Marco, se incorporó inmediatamente como asistente voluntaria en la Clínica Universitaria de Neuropatología de Turín, dirigida en ese momento por el profesor Camillo Negro. Permaneció allí ocho años, realizando investigaciones originales que se publicaron en revistas nacionales e internacionales, y asistiendo a congresos especializados. De manera simultánea, entre 1923 y 1925, ejerció como asistente voluntaria y, entre 1925 y 1929, como médica en ejercicio, en el hospital psiquiátrico de Via Giulio en Turín. Bajo la dirección del psiquiatra Vitige Tirelli, trabajó junto a su tío Marco, quien la inspiró a cursar estudios de psiquiatría. En 1928, también trabajó durante unos meses en el Hospital Infantil Koelliker de Turín como pediatra especializada en trastornos nerviosos infantiles, iniciando de este modo su carrera como neuropsiquiatra infantil.
En 1927, viajó a París para ampliar sus estudios sobre enfermedades mentales (con el psiquiatra y neurólogo Henri Claude) y trastornos nerviosos (con el neurólogo Georges Charles Guillain), que tenían ideas más avanzadas que las utilizadas en ese momento en Italia. Luisa aprovechó esa oportunidad científica para reencontrarse con su tío Claudio, líder, junto con Filippo Turati, de la corriente reformista del socialismo italiano y, desde 1926, refugiado en París como muchos otros antifascistas.
A pesar de ser la mejor, contrataban siempre a un compañero
A pesar de su excelente preparación, Luisa tuvo dificultades para ser contratada en los hospitales psiquiátricos donde deseaba trabajar; en la breve autobiografía antes citada comentaba:
Presenté mis calificaciones en varios exámenes competitivos para médicos en hospitales psiquiátricos. Al ser declarada primera con iguales méritos, siempre se nombraba a un colega masculino; en una ocasión, la administración de los hospitales psiquiátricos de Turín me envió un dictamen formulado de la siguiente manera: «primer puesto para la Dra. Levi, nombrada en segundo lugar, porque esta administración aún no ha decidido si acepta médicas como personal de plantilla».
Finalmente, a principios de 1929 comenzó a trabajar en la colonia médico-pedagógica de Marocco di Mogliano (fundada por el psiquiatra y escritor Corrado Tumiati), un puesto para el que se buscaba específicamente una mujer. Aunque no tenía experiencia en psiquiatría infantil, debía atender a unos 150 niños junto a algunas monjas y un médico general. Se formó en este ámbito y se dedicó a este tema, publicando varios artículos sobre las personas con discapacidad mental y su reeducación. Un año más tarde dimitió, acosada sexualmente por el director del hospital.
En febrero de 1930, ingresó por oposición en los hospitales psiquiátricos de Turín. Fue la única mujer entre siete personas seleccionadas y fue asignada al Hospital Provincial de Pianezza. Allí, Levi se enfrentó a métodos represivos, tratamientos inhumanos y a la apatía terapéutica por parte de los dos médicos (no especialistas) que trabajaban en ese hospital.
Primera Guerra Mundial y activismo antifascista
En 1932 ingresó en el Hospital Grugliasco, donde trabajaban psiquiatras más jóvenes, con una formación moderna. Prestó sus servicios allí hasta la implantación de las leyes raciales fascistas por parte de Benito Mussolini a finales de 1938. En enero de 1939, fue despedida junto a otros tres colegas judíos.
Entre 1933 a 1938 también fue médica consultora de neuropsiquiatría infantil en el Instituto Pediátrico Universitario Real de Turín y abrió su propia consulta médico-pedagógica privada para atender a niñas y niños con dificultades educativas. Debió cerrarla a principios de 1939, por falta de estudiantes y pacientes, al no poder relacionarse con personas no judías.
Durante la guerra, privada de su trabajo, se retiró al campo, dedicándose a labores agrícolas en una finca de sus padres. En septiembre de 1939, falleció su padre y su hermano Carlo debió huir de Italia por motivos políticos. Las condiciones para los judíos se volvieron aún más difíciles y peligrosas, y Luisa se refugió con su madre en Torrazzo, donde vivió bajo un nombre falso y comenzó a colaborar activamente como médica en la 76.ª Brigada Garibaldi y a enseñar primeros auxilios.
En la posguerra, continuó con su compromiso científico y político. En 1962 publicó un exitoso libro sobre educación sexual, L’educazione sessuale: orientamenti per i genitori (Educación sexual: Guía para padres, 1962), pensado para ayudar a madres y padres a orientar la vida sexual de sus hijas e hijos de forma saludable, evitando errores habituales debidos a prejuicios relacionados con el sexo.
La educación sexual, al igual que la educación general, debe iniciarse temprano en la vida y continuarse con una acción inteligente y constante durante toda la edad de desarrollo.
Luisa Levi falleció en Turín el 16 de diciembre de 1983.
Referencias
- Valeria Paola Babini, Luisa Levi, Scienza a due voci
- Lidia Gallanti, Luisa Levi, un medico oltre il soffitto di cristallo, Storica, National Geographic, 16 diciembre 2022
- Luisa Levi, Wikipedia
Sobre la autora
Marta Macho Stadler es doctora en matemáticas, profesora del Departamento de Matemáticas de la UPV/EHU y colaboradora en ::ZTFNews y la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU.