Paula Hertwig: la bióloga que descubrió los daños de la radiación

Vidas científicas

Justo al año siguiente del descubrimiento del radio por la Nobel Marie Curie, nacía en Alemania Paula Hertwig, científica que llegaría a ser gran experta en descubrir los efectos de la radiación en la salud humana. Si Curie abrió la puerta al uso de la radioterapia como tratamiento contra el cáncer, Hertwig descubrió que la radiación médica también puede dar lugar a lo que se conoce como el síndrome de Hertwig-Weyers (por su apellido y el de su colega Helmut). Fue zoóloga, política, profesora, genetista y, además, escribió numerosos artículos científicos.

Paula Hertwig.

Paula Hertiwg nació el 11 de octubre de 1889 en Berlín, entonces capital del Imperio Alemán. Desde niña vivió en un ambiente en el que se respiraba un gran talento científico. A su padre, Oscar Hertwig, se le atribuye ser el primero en observar la reproducción celular. Además era sobrina del zoólogo Richard Hertwig y hermana del famoso anatomista Günther Hertwig. Con ese ‘pedigrí’, tras acabar la educación secundaria, tenía claro que quería estudiar ciencias naturales en la Universidad de Berlín, donde se graduó en 1916 con la máxima calificación y se doctoró en Medicina. Animada por su padre, comenzó a investigar como asistente, sola o con su hermano, en el Instituto Anatómico-Biológico que dirigía el Oscar Hertwig. A padre e hijo se les considera hoy introductores de la zoología experimental en su país.

Ya en 1911, cuando aún estudiaba, la joven Paula había publicado su primer artículo científico: una descripción de las alteraciones que los rayos X, con el radio descubierto por Curie, causaban en la división del huevo de una lombriz intestinal. Luego, con Günther, algo mayor que ella, comenzó a investigar sobre las plantas hermafroditas, tras un encuentro casual de un ejemplar en su jardín, unos cultivos de los que se ocupó sola cuando su hermano fue llamado a filas durante la Primera Guerra Mundial. Algo después, ella también acabaría en unidades de ayuda social.

En 1913, con 24 años, también tuvo ocasión de pasar unas semanas aprendiendo en la Estación Zoológica de Nápoles, donde había trabajado su padre, entonces un laboratorio pionero en biología marina al regresaría más tarde, en 1930 y 1958, para desarrollar sus propias investigaciones.

Un año importante para Paula fue 1919: con 30 años se convirtió en la primera mujer en Alemania en obtener su habilitación como profesora de Zoología en la Universidad de Berlín. A raíz de aquello, el zoólogo Karl Heider, una eminencia en aquel momento, apoyó que las mujeres pudieran ser docentes en las universidades, algo que había sido inaceptable hasta entonces: “No veo que se pueda argumentar nada en contra. La titulación es una consecuencia de los estudios que han realizado las mujeres”, señaló.

A partir de 1921, Paula Hertwig dejó el laboratorio de su padre para irse de asistente al Instituto de Investigación de Herencia y Crianza, en la Escuela Superior de Agricultura, donde trabajó para Erwin Baur, conocido por sus trabajos genéticos de hibridación utilizando plantas. Y allí permaneció 25 años sin que le dieran una plaza en propiedad, pese a que dirigió numerosas tesis y a sus investigaciones. Este centro, creado en 1914, fue el primero en el país especializado en genética, su área de trabajo.

Entre pollos y ratones

Como estaba dentro de una institución de Agricultura, investigaba con pollos domésticos, que es lo que tenía a mano para observar los efectos de la radiación y las influencias químicas en las células embrionarias y reproductivas. También utilizaba ratones de laboratorio. Con estos últimos, demostró que las radiaciones podían causar esterilidad en las mujeres, así como mutaciones de distinto tipo. Es por ello que se opuso enérgicamente a que se utilizara la radiación genital como método de «esterilización temporal», que algunos promovían en su país. Por entonces, para algunas dolencias, a veces indeterminadas, ya se usaba la radiación, pero Hertwig estaba convencida de que era un tratamiento con un impacto en los futuros hijos de las pacientes. Ya en 1931, en una reunión de la Sociedad Alemana de Herencia comentó lo peligroso que eran los rayos X en los genitales, aunque los ginecólogos no le hicieron ningún caso y no fue hasta dos años después que la Sociedad Alemana de Herencia y la Sociedad Alemana de Rayos X acordarían tratamientos con dosis lo más bajas posible. No se sabe cuántos cánceres y mutaciones habrían evitado de tomar antes medidas.

En 1927, fue contratada como profesora en la Facultad de Medicina para enseñar sobre genética, aunque también allí tardó años, doce exactamente, en tener una plaza en propiedad. A los dos años, ya era jefa de departamento. En ese periodo, se centró en crear modelos con ratones para el estudio de enfermedades genéticas humanas, junto con su colega Helmut Weyers. Al irradiarlos, encontraron cuál era la causa genética del “síndrome de oligodactilia”, una enfermedad hereditaria que se caracteriza porque los dedos no se desarrollan, conocida desde entonces como “síndrome de Hertwig-Weyers”.

Paula Hertwig.

Paralelamente a estos trabajos científicos, hacía incursiones en la política de su país. De 1919 a 1931, se afilió al Partido Popular Alemán, de corte liberal y disuelto cuando los nazis llegaron al poder, y luego fue miembro del Partido Estatal Alemán, con el que fue diputada del último Parlamento Estatal prusiano. Desde 1934, también fue miembro de la Asociación Nacional Socialista de Bienestar Popular y de la Asociación de Conferenciantes Nacionalsocialistas desde 1937. Nunca se afilió al partido nazi y evitó la influencia política durante el Tercer Reich. Todo indica que optó por centrarse en sus investigaciones y no mirar lo que ocurría.

En ese tiempo, Hertwig colaboraba también con el Instituto Max Planck para la Investigación del Cerebro, llegando a ocupar en esos años de preguerra y guerra algunos puestos destacados en la Sociedad Alemana de Herencia o en el Instituto de Investigación de Herencia y Reproducción, muy centrada en daños hereditarios.

Al terminar el conflicto, a ella y a su hermano, con el que vivía, les ofrecieron trabajar en la Universidad de Halle, a Günther como director del Instituto de Anatomía y a Paula al frente de un nuevo Instituto de Biología, dentro de Medicina. Además, daría clases de biología y genética. De nuevo, fue la primera mujer docente en esta facultad. Para 1948, ya era la decana, también la primera en el centro, un cargo que ocupó hasta 1950. Y siguió trabajando con sus ratones mutantes: se llevó a Halle los ejemplares que había obtenido en Berlín.

Los años de postguerra fueron de intensa actividad académica y social. En 1947, Hertwig participó en el congreso fundador de la Liga Democrática de Mujeres de Alemania, siendo elegida miembro del Comité Ejecutivo Federal y también, durante dos años, presidió esta asociación en el estado de Sajonia-Anhalt. Además, se implicó como miembro de primer Consejo Popular en la zona de ocupación soviética.

También comenzó a recibir reconocimientos por su labor científica: en 1953, fue elegida miembro de la Academia de Ciencias Leopoldina; desde 1955, lo fue de la Academia Sajona de Ciencias y Humanidades y, en 1956, recibió el Premio Nacional de la República Democrática Alemana y la Orden Patriótica del Mérito en bronce. La culminación a su carrera fue recibir, en 1959, el título de Científica Destacada del Pueblo, tras lo cual se jubiló unos años después.

En 1972, a la muerte de su hermano Günther, Paula Hertwig se trasladó a residir, con unas parientes a Villingen, en la Selva Negra. Justamente ese año, la Facultad de Medicina de la Universidad de Heidelberg le otorgó un doctorado ‘honoris causa’.

Falleció el 31 de marzo de 1983, a los 93 años. Hoy, en recuerdo a sus investigaciones, existe un premio científico que lleva el nombre de Paula Hertwig y de su tío Richard, patrocinado por un centro de investigaciones para el medio ambiente y la salud. Se concede a trabajos interdisciplinares sobre cualquier tema relacionado con el medio ambiente y la salud.

Referencias

Sobre la autora

Rosa M. Tristán es periodista especializada en la divulgación científica y ambiental desde hace más de 20 años. Colabora de forma habitual en diferentes medios de prensa y radio de difusión nacional.

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