Laura M. Lechuga es Profesora de Investigación del CSIC y jefa de grupo en el Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología (ICN2).
Su investigación se centra en el área de biosensores nanofotónicos y su aplicación en el diagnóstico clínico y medioambiental. Ha publicado más de 300 artículos, posee ocho familias de patentes y cuatro secretos comerciales, y ha presentado su trabajo a nivel mundial en unas 500 conferencias invitadas. Ha cofundado dos empresas spin-off.
Entre abril de 2020 y septiembre de 2021 perteneció al Panel Científico de Personas Expertas que asesoró al Ministerio de Ciencia e Innovación y al Gobierno de España en la gestión de la pandemia de COVID-19.
Ha recibido diversos premios, entre otros el Premio Física, Innovación y Tecnología de la RSEF y la Fundación BBVA (2016), el Premio Nacional de Investigación (categoría de Transferencia de Tecnología) y el Premio Rey Jaume I en Nuevas Tecnologías (2020) o el Premio Nacional de Nanotecnología NOB166® (2023).

1 . ¿Cuál es tu área de investigación?
Mi área de investigación es la nanotecnología aplicada a la salud, lo que comúnmente se denomina nanomedicina. En particular, trabajo en el desarrollo de biosensores nanofotónicos de alta sensibilidad, diseñados para lograr diagnósticos precisos y descentralizados. Nos enfocamos principalmente en aplicaciones de diagnóstico clínico y medioambiental, donde nuestra tecnología ultrasensible permite trabajar con muestras reales sin necesidad de marcaje.
Nuestra investigación abarca desde el diseño y la fabricación de los nanochips fotónicos hasta su biofuncionalización química, la microfluídica, la ingeniería óptica y electrónica, y la integración final en plataformas de diagnóstico tipo point-of-care. También nos encargamos de la validación de estas tecnologías para su aplicación clínica y medioambiental real.
Se trata de un campo profundamente multidisciplinar, que integra física e ingeniería nanofotónica, química, biotecnología, y aspectos de medicina y medioambiente. Además, es una tecnología de carácter traslacional, lo que le otorga un valor añadido muy relevante, ya que busca un impacto directo en la sociedad.
2 . ¿Por qué te dedicas a ella?
Principalmente por el enorme potencial que tiene para impactar positivamente en la vida de las personas. La nanotecnología aplicada al diagnóstico de nuestra salud tiene el potencial de cambiar radicalmente la forma en que diagnosticamos enfermedades, permitiendo detectar de forma temprana patologías tan graves como el cáncer, o respondiendo con rapidez ante infecciones víricas y bacterianas, algo que la pasada pandemia nos ha recordado de forma muy clara.
Además, me motiva especialmente saber que lo que hacemos en el laboratorio pueda trascender y convertirse en herramientas reales. La posibilidad de llevar la investigación más allá del papel y convertirla en soluciones tangibles para la sociedad es, sin duda, uno de los motores que me impulsa cada día.
3 . ¿Has tenido alguna figura de referencia en tu trayectoria?
Cuando era joven no tuve figuras referentes en las que pudiera verme reflejada. En mi época era raro ver en las noticias o en los medios a mujeres profesionales opinando o destacando en áreas científicas o tecnológicas. Tampoco en los libros de texto o en las clases se estudiaban figuras femeninas relevantes; los referentes eran casi exclusivamente masculinos.
Aun así, tuve la suerte de contar con profesoras y profesores que me inspiraron y despertaron en mí la curiosidad y las ganas de aprender. Gracias a ellos fui desarrollando ese deseo de seguir avanzando, de llegar a la universidad y, más adelante, de hacer un doctorado como una forma de contribuir al conocimiento. Aunque no era habitual encontrar modelos femeninos en la ciencia, esas personas cercanas fueron claves para alimentar mi vocación.
Por eso, animo a las nuevas generaciones, y especialmente a las niñas y jóvenes, a que no duden en seguir sus pasiones científicas o tecnológicas. Hoy existen cada vez más referentes y más oportunidades, y la ciencia necesita todo ese talento y diversidad para seguir avanzando.
4 . ¿Qué te gustaría descubrir o solucionar en tu campo?
Uno de mis principales objetivos es lograr que nuestra tecnología biosensora se utilice de forma real y efectiva en el diagnóstico clínico. Ya hemos demostrado que puede emplearse para la detección precoz de biomarcadores de enfermedades como el cáncer o de infecciones, trabajando directamente con muestras mínimas de pacientes, de manera rápida y precisa.
Actualmente, mi mayor interés es llevar esta tecnología un paso más allá y desarrollar dispositivos que puedan comercializarse para ofrecer un diagnóstico rápido de infecciones víricas y bacterianas, identificando no solo el patógeno, sino también su perfil de resistencia a antibióticos. Este es un problema crítico a nivel mundial. Aunque los hospitales cuentan con técnicas muy avanzadas, suelen ser lentas y costosas, lo que hace que muchas veces el diagnóstico llegue demasiado tarde. Mi meta es contribuir a cambiar esa realidad, haciendo que los diagnósticos sean más accesibles, rápidos y eficaces.
5 . ¿Qué consejo darías a quien quiera adentrarse en el mundo de la investigación?
Mi principal consejo es que sigan lo que denominamos “la estrategia 3P”:
- PASIÓN: La pasión es un motor poderoso. La investigación puede ser un camino largo, con momentos de frustración y dificultades. Sin pasión, es fácil rendirse cuando las cosas no salen como esperábamos. Elegir un tema que realmente te interese y te inspire es clave. Cuanto más te guste lo que haces, más energía y entusiasmo tendrás para afrontar las dificultades y hacer avances. Además, cuando eres apasionado por tu trabajo, esa energía también puede ser contagiosa, ayudando a crear un ambiente colaborativo y positivo.
- PERSEVERANCIA: En la investigación, el fracaso es casi tan común como el éxito. No todo experimento tendrá resultados positivos y, a menudo, las soluciones llegan después de muchos intentos fallidos. Los obstáculos no deben verse como fracasos, sino como oportunidades para aprender y mejorar. La perseverancia también incluye la capacidad de aceptar la crítica constructiva y aprender de ella. En momentos de duda, rodearse de una buena red de apoyo puede ser vital. Hablar con colegas y mentoras puede aportar claridad y nuevas ideas para superar barreras. Nunca tires la toalla.
- PERSPECTIVA: La investigación es un compromiso a largo plazo, pero eso no debe significar que tu vida personal se sacrifique. Mantener un buen equilibrio entre la vida profesional y personal es esencial para asegurar tu motivación a lo largo del tiempo. A veces, el trabajo y la vida personal pueden chocar, y en esos momentos es importante tener la capacidad de reajustar prioridades y no sentirse culpable por buscar tiempo para ti mismo, tus amigos, tu familia y tus hobbies. Tener perspectiva también significa ser flexible con los objetivos a medida que evolucionas como investigador y como persona.
Consejo adicional: la importancia de la curiosidad y el aprendizaje continuo. La ciencia avanza a un ritmo impresionante, y lo que sabes hoy puede cambiar mañana. Nunca dejes de aprender, la curiosidad constante es una característica esencial de una buena científica. Finalmente, algo que me gustaría añadir es la importancia de disfrutar del proceso. La investigación es como un viaje, y cada descubrimiento, por pequeño que sea, es un paso hacia adelante. Celebrar esos momentos te mantendrá motivado y te ayudará a disfrutar de lo que haces.