Mary Coombs, la primera programadora comercial que empezó su carrera en el departamento de ventas de helados

Vidas científicas

J Lyons & Co fue un conglomerado británico de empresas dedicadas, de una forma u otra, a la alimentación: salones de té (llegó a tener doscientos establecimientos de este tipo), hoteles, restaurantes y fábricas de alimentos, como galletas y otros dulces. Fundado en 1884, vivió casi un siglo de esplendor, en el que llegó a convertirse en un referente de la industria y la actividad empresarial inglesa. Cuando la recientemente fallecida Isabel II, entonces aún princesa, se casó con su marido, el que sería el duque de Edimburgo, una de las veinte tartas de boda que aceptaron como regalo de parte de confiterías de todo el mundo era de la J Lyons & Co.

El EDSAC en la Universidad de Cambridge, 1948.

Si esta compañía pudo alcanzar su enorme desarrollo fue, en gran parte, a la introducción de la informática en la gestión de sus procesos administrativos. La dirección de la empresa, que ya había utilizado máquinas de cálculo mecánicas previamente, decidió en un momento dado incorporar ordenadores que facilitasen la organización de la distribución de tartas y otros productos altamente perecederos, así que contribuyeron a financiar las investigación computacional que se estaba llevando a cabo en la Universidad de Cambridge y que dio como resultado el EDSAC (Electronic Delay Storage Automatic Calculator), el segundo ordenador electrónico que almacenaba programas y que estuvo en funcionamiento de forma regular.

Más adelante, la empresa se convirtió en la primera en emplear un ordenador para el mundo de los negocios, el llamado LEO I. Se utilizaba para gestionar las nóminas del personal, las cuentas de la compañía y la logística de los productos que vendían sus distintos negocios. Llegaron incluso a contemplar las predicciones meteorológicas y a incluir esos datos en su gestión para mejorar los repartos y evitar que los productos se estropeasen. Llegado un momento, la J Lyons & Co abrió su propia división informática donde desarrolló los siguientes modelos del LEO, el LEO II y el LEO III, que vendía a empresas de todo el mundo.

Mary Coombs, la programadora improbable

En el centro de esas operaciones había una mujer de formación atípica. En vez de llegar a la informática desde las matemáticas, como solía ser habitual, sus estudios habían sido en francés e historia. Mary Coombs fue la primera programadora comercial de la historia, un puesto al que llegó desde el departamento de ventas de helados.

Mary Coombs.

El padre de Coombs, nacida como Mary Bloods el 4 de febrero de 1929 en Londres, creía firmemente en el derecho de las mujeres a una educación completa, y de hecho su hermana fue microbióloga. Ella en cambio se decantó por el francés. Tras su graduación la familia se trasladó a Surrey, donde su padre entró a trabajar para la J Lyons & Co como médico de la compañía.

Coombs pasó un año en Suiza como profesora de inglés, y cuando en 1952 volvió a Inglaterra entró a trabajar en la misma compañía que su padre como administrativa, un trabajo temporal que aceptó a regañadientes mientras encontraba otra cosa. Su primer destino fue el departamento de ventas de helados, y allí ya hizo gala de unas grandes habilidades matemáticas a pesar de no tener un entrenamiento formal previo. De allí pasó a la oficina de Estadísticas, donde se enteró de que la división que trabajaba con los ordenadores LEO (siglas de Lyons Electronic Office) buscaba nuevos programadores.

Sin experiencia previa tampoco con ordenadores, Coombs realizó el proceso de selección, un curso de iniciación muy duro de lecciones por las mañanas y difíciles pruebas por las tardes que buscaban cribar a los candidatos para encontrar aquellos más aptos. De los diez que iniciaron el proceso, solo dos obtuvieron un puesto en esa división. Ella era la única mujer.

Gestión de nóminas en la Ford

Una vez aceptada en el equipo que trabajaba con LEO, Coombs aprendió a programar la máquina para gestionar las nóminas de todos los empleados de la compañía. El mismo equipo desarrolló más adelante los programas de gestión de nóminas de la compañía automovilística Ford. En esa época o más adelante Coombs desarrollaría también programas para otras entidades importantes, como la Met Office (la agencia británica de meteorología) o la Armada inglesa, entre otros.

Coombs siguió trabajando para J Lyons & Co durante el desarrollo del LEO II y el LEO III. Pasó la mayor parte de su carrera como supervisora, revisando y editando el código que escribían otros programadores para detectar y corregir errores de lógica. Trabajó en programas internos para la compañía y para otras empresas como parte de los servicios de computación que también ofrecía la J Lyons & Co. Cuando lanzaron el LEO III fue también la responsable de la reescritura de muchos programas, ya que este ordenador utilizaba un lenguaje de programación diferente.

Debido a circunstancias familiares, a finales de la década de 1960 Coombs dejó de trabajar a tiempo completo y dejó el equipo LEO, pero siguió dedicada al sector de la computación: editaba manuales y daba clases de computación. También trabajó brevemente para Freelance Programmers, una compañía fundada por Stephanie Shirley, una mujer que se centraba en dar trabajo a otras mujeres, especialmente a aquellas que tenían hijos, a las que daba flexibilidad y un sueldo decente. Coombs dejó de trabajar durante tres años para cuidar a sus hijos, y tras ello volvió a la actividad como profesora en escuelas de primaria.

Referencias

Sobre la autora

Rocío Benavente (@galatea128) es periodista.

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