Marie-Louise Lachapelle fue una partera francesa que llegó a ser la directora de obstetricia en el Hôtel-Dieu, el hospital más antiguo de París. Su libro en tres tomos Pratique des acouchements (Práctica de partos) fue durante mucho tiempo un texto obstétrico de referencia que defendía los partos naturales. Por esta obra y la influencia de sus enseñanzas se la considera la madre de la obstetricia moderna.
El oficio de partera, transmitido de madres a hijas
Marie-Louise Dugès nació el 1 de enero de 1769 en París. Hija única, su madre, Marie Jonet (1730-1797), era una experta partera, y su padre, Louis Dugès, un funcionario del ámbito sanitario. Su madre le enseñó el oficio de la partería que ella había aprendido, a su vez, de la suya. Marie-Louise se convirtió pronto en una diestra comadrona; con solo 11 años y medio asistió su primer parto, un alumbramiento difícil. Con 15 años fue capaz de tratar en solitario su primer parto complicado; la madre y el bebé sobrevivieron gracias a su destreza.
Al igual que su madre, la abuela de Marie-Louise, Marie Jonet fue una partera oficial (sage-femme jurée) en el hospital de Châtelet. Este título existía desde el siglo XIV. Las que deseaban conseguirlo debían ser madres y eran seleccionadas siguiendo criterios de seriedad y buena conducta. Accedían a su trabajo de partería tras haber prestado el juramento de realizar bien su cometido.
En 1775, Marie Jonet-Dugès fue nombrada comadrona jefa del Hôtel-Dieu de París. En ese momento, y hasta principios del siglo XX, las mujeres daban a luz en su casa. Antes de 1793, el Hôtel-Dieu era el único establecimiento parisino abierto a las mujeres embarazadas y parturientas sin recursos. Se las recibía en habitaciones insalubres, incluso debían compartir la cama con otras personas. Obviamente, esta situación fomentaba la propagación de enfermedades. Marie Dugès administraba a sus parturientas un tratamiento a base de ipecacuana, una planta originaria de América del Sur. Un médico del Hôtel-Dieu, Denis-Claude Doulcet, había propuesto este remedio para superar la fiebre puerperal que, en realidad, disminuyó con la llegada de la asepsia y la antisepsia.
Luis XVI concedió a Marie Dugès una pensión como recompensa a su dedicación y a sus cualidades profesionales.
Marie-Louise Lachapelle, continuando la saga familiar
En 1792 Marie-Louise Dugès se casó con un cirujano, Charles Bon Côme Langlet (llamado Lachapelle) que trabajaba en el Hôpital de Saint-Louis. Tras la muerte de su marido en 1795, tuvo que mantenerse a sí misma y a su única hija, por lo que comenzó a trabajar como partera asistiendo a su madre.
En 1796, debido a las condiciones deplorables en las que se encontraba el Hôtel-Dieu, el gobierno decidió transferir la maternidad al antiguo convento de Port-Royal: se creó el Hospice de la Maternité (Hospicio de la Maternidad), renombrado posteriormente como Maison d’accouchement (Casa de partos). Marie-Louise Lachapelle se mostró como una gran administradora organizando este nuevo servicio obstétrico.
El hospicio acogía mujeres embarazadas desde principios del octavo mes; su edad promedio era de 26 años. Tras el parto, las madres quedaban aisladas de las que aún no habían dado a luz debido al riesgo de fiebre puerperal, esa enfermedad infecciosa contra la que había luchado la madre de Marie-Louise, Marie Jonet.
Además, Lachapelle transformó el Hospice de la Maternité en un centro de formación práctica para matronas. Para poder enseñar, durante 1796 y 1797, Marie-Louise estudió obstetricia con Franz Naegele en Heildelberg. Se desplazaban al Hospice de la Maternité aprendices de comadronas de toda Francia. Permanecían allí durante un año, se examinaban para probar los conocimientos adquiridos y, si aprobaban, regresaban a sus lugares de origen para salvar vidas durante los partos. Aprendían con un manual del obstetra Jean-Louis Baudelocque, que impartía la parte teórica, mientras que la práctica corría a cargo de Lachapelle. Una de sus alumnas fue la conocida matrona Marie-Anne Victoire Gillain Boivin.
Sus contribuciones a la obstetricia
A lo largo de su carrera, Lachapelle ayudó a venir al mundo a unos 40 000 bebés y fue consciente del valor de recopilar estadísticas sobre un gran número de casos.
Se atribuye a Marie-Louise Lachapelle algunos cambios en la práctica de la partería como la reducción del número de personas que podían acceder a la sala de partos: solo la madre, las parteras y el médico (si era necesario) podían permanecer esa estancia. También mejoró la higiene de las casas de parto, evitando así numerosas infecciones. Además, optó por suturar inmediatamente los perineos desgarrados e ideó un método de intervención en los casos de placenta previa: dilataba rápidamente la boca del útero con tampones y extraía al bebé girándolo, salvando así a la madre y a la criatura. Se opuso a la aplicación de fórceps a menos que fuera absolutamente necesario. Todas estas propuestas, y otras muchas, se recogen en su libro en tres tomos Pratique des acouchements.
Lachapelle murió de cáncer de estómago el 4 de octubre de 1821 tras una breve enfermedad; falleció sin haber podido finalizar su libro. Lo terminó su sobrino Antoine Louis Dugès (1797-1838), también obstetra, quien lo publicó en 1825.
Benita Paulina Cadeau, alumna de Marie-Louise Lachapelle en el Hospice de la Maternité de París rendía homenaje a su maestra con estas palabras:
Referencias
Sobre la autora
Marta Macho Stadler es doctora en matemáticas, profesora del Departamento de Matemáticas de la UPV/EHU y colaboradora en ::ZTFNews y la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU.
2 comentarios
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