Constance Reid, la escritora con «un talento especial para comprender a los matemáticos y su cultura»

Vidas científicas

Hasta ahora nadie ha escrito sobre matemáticas con más elegancia, conocimiento, habilidad y claridad que Constance Reid.

Martin Gardner (1998)
Constance Reid (2001). Imagen: George Csicsery.

Constance Bowman nació el 3 de enero de 1918 en San Louis (Misuri, EE. UU.). En 1921 falleció su madre; su padre se casó al poco tiempo y la familia –el matrimonio, su hermana menor Julia y Constance– se trasladó a San Diego (California, EE. UU.). En 1924 nació su hermana Billie; Julia enfermó de escarlatina y tuvo que guardar una larga cuarentena, alejada de su familia.

En 1938 Constance se licenció en la Universidad Estatal de San Diego –obtuvo un Bachelor of Arts y conoció a futuro marido, el abogado Neil D. Reid, mientras estudiaba un máster en educación en la Universidad de California en Berkeley. Se casaron en 1950 y tuvieron dos hijos, Julia y Stewart.

Trabajó como profesora de inglés y periodismo entre 1939 y 1950 y, tras su matrimonio, como escritora independiente:

Siempre quise ser escritora, pero me llevó un tiempo encontrar mi tema.

Constance Reid

El primer libro publicado por Constance –entonces aún se apellidaba Bowman– fue Slacks and Calluses (1944); en él detallaba su experiencia durante el verano de 1943 en una cadena de montaje de bombarderos B-24 en la empresa Consolidated Aircraft.

Una escritora encontrando su tema: la ciencia y su historia

En 1952 escribió el artículo Perfect Numbers que comienza de una manera realmente sugerente: «Seis es uno de esos números: es la suma de todos los números que lo dividen excepto él mismo. En 2000 años se han encontrado doce números perfectos; ahora un ordenador ha descubierto cinco más.». ¿Por qué un artículo sobre este tipo de números? La matemática Julia Robinson, la hermana de Constance, había hablado a Reid de uno de los primeros usos exitosos de la computadora electrónica digital SWAC: se trataba de un problema de teoría de los números en el que estaba trabajando su marido, Raphael Robinson. El matemático programó el test de primalidad de Lucas-Lehmer para determinar cuándo 2n − 1 es primo para todos los números primos n menores que 2304. Así, descubrió cinco números primos de Mersenne, los números primos más grandes conocidos en ese momento: tenían 157, 183, 386, 664 y 687 dígitos. Recordemos que si el número de Mersenne 2n – 1 es primo, entonces 2n–1(2n – 1) es un número perfecto par.

Robert L. Crowell, uno de los editores de Scientific American –la revista que publicó Perfect Numbers– invitó a Constance a escribir un libro sobre números. El resultado fue From Zero to Infinity: What Makes Numbers Interesting (1955), que fue editado en español por la editorial mexicana Libraria en 2008: Del Cero al infinito. Por qué son interesantes los números.

Para escribir su primera biografía Constance se inspiró en un libro con breves reseñas de matemáticos relevantes –una treintena de hombres y solo una mujer: Sofia Kovalevskaya–: Men of Mathematics (1937) de Eric Temple Bell, que incluye numerosas anécdotas y detalles sobre la personalidad, las investigaciones y las polémicas de sus protagonistas.

Constance deseaba escribir un ensayo similar sobre matemáticos más contemporáneos, pero quedó fascinada por la figura de David Hilbert (1862-1943) y decidió escribir su biografía, Hilbert (1970). Probablemente, parte de su interés por este matemático se debía a que su hermana Julia dedicó gran parte de sus investigaciones al llamado décimo problema de Hilbert.

Esta biografía entrelaza tres temas distintos. Presenta un emotivo retrato de un gran ser humano. Describe de forma precisa e inteligible, sin tecnicismos, el mundo de las ideas matemáticas en el que Hilbert creó sus obras maestras. E ilustra el trasfondo de la historia social alemana en el que se desarrolló el drama de la vida de Hilbert. […] Pero el libro es mucho más que una pieza de investigación histórica convencional. Más aún, es un poema en elogio a las matemáticas.

Freeman Dyson

Posteriormente, Constance Reid escribió sobre otras personalidades matemáticas como Richard Courant (1888-1972) –Courant in Göttingen and New York: The Story of an Improbable Mathematician (1976)–, Jerzy Neyman (1894-1981) –Neyman—From Life (1982)– o Eric Temple Bell (1883-1960) –The Search for E.T. Bell, Also Known as John Taine (1993)–. Pero, sin duda, su biografía más personal fue la última, la dedicada a su hermana Julia Robinson (1919-1985), escrita en primera persona: Julia, a Life in Mathematics(1996).

En 1987, Constance Reid recibió el George Polya Award –por artículos expositivos publicados en The College Mathematics Journal de la Mathematical Association of America (MAA)– por su escrito The Autobiography of Julia Robinson. En 1996 recibió el Beckenbach Book Prize –a libros innovadores publicados por la MAA– por The Search for E.T. Bell, Also Known as John Taine. Y, en 1998 le concedieron el JPBM Communications Award por el conjunto de su trabajo dedicado a llevar información matemática precisa a un público no experto.

Tiene un talento especial para comprender a los matemáticos y su cultura. Ella nos comprende. Ella es la Boswell de las matemáticas, una biógrafa que ha conseguido que la vida matemática sea comprensible tanto para el público en general como para los mismos matemáticos. Su trabajo ha enriquecido nuestra profesión.

John Ewing (1998)

Constance Reid falleció el 14 de octubre de 2010 tras una larga enfermedad.

Referencias

Sobre la autora

Marta Macho Stadler es doctora en matemáticas, profesora del Departamento de Matemáticas de la UPV/EHU y colaboradora en ::ZTFNews y la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU.

2 comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *.

Este sitio está protegido por reCaptcha y se aplican la Política de privacidad y los Términos de servicio de Google