Stella Rosemary Ramey. Endocrinóloga y fundadora de Association for Women in Science

Vidas científicas

Stella R. Ramey. Wikimedia Commons.

Stella Rosemary Ramey nació en Detroit, el 23 de agosto de 1917. Hija de inmigrantes judíos. Su padre, un jugador que murió cuando ella era una adolescente; su madre, aunque analfabeta le inculcó la importancia de tener una educación. Alumna aventajada, terminó la formación secundaria con 15 años e ingresó en el Brooklyn College para estudiar matemáticas y biología. Se graduó con 20 años y comenzó a dar clases de química en Queens College.

En 1941, después de su matrimonio con James Ramey (de quien toma el apellido, que originalmente era Rubin) se trasladaron a Tennessee y ahí se postuló para un puesto de profesora de química. El director en la universidad no la admitió por considerar que debía atender a su marido en casa. Durante la segunda guerra mundial, la falta de docentes hizo que le llegara una oferta para sustituir a un profesor, eso sí, recibiendo apenas un tercio del salario. A pesar de esto, la aceptó.

Finalizada la Segunda Guerra Mundial, desarrolló su doctorado en la Universidad de Chicago, que finalizó en 1950 con una tesis enfocada en el estudio de las respuestas al estrés y su vinculación con el sistema nervioso. Continuó su carrera docente en psicología y biofísica y su actividad investigadora en endocrinología en la Escuela de Medicina de la Universidad de Georgetown. Su objeto de estudio continuó siendo el efecto de las hormonas del estrés en hombres y mujeres. Publicó más de un centenar de artículos científicos sobre los efectos de estas y otras hormonas.

A lo largo de su carrera siempre declaró su frustración por la forma en que se hacían los estudios hormonales. Los estudios de Ramey apuntaban a que las mujeres gestionaban mejor el estrés que los hombres, en términos psicológicos. Ella consideraba imprescindible el estudio de similitudes y diferencias en el efecto hormonal en ambos sexos lo que redundaría en analizar cómo mejorar la calidad de vida tanto de hombres como de mujeres.

Se hizo popular en 1970 a consecuencia de un comentario del cirujano Dr. Edgar F. Berman, quien aseguró en el Comité Nacional del Partido Demócrata, que las mujeres no eran válidas para trabajos de alta responsabilidad, y por supuesto no podrían ser presidentes del país, debido a los cambios de humor provocados por sus flujos hormonales. Ella le respondió en una carta publicada en el Washington Evening Star, donde señaló que el presidente John F. Kennedy padecía la enfermedad de Addison, lo que le provocaba un severo desorden hormonal con episodios de alta irritabilidad. Sin que se cuestionara su capacidad, en este estado había gestionado la presidencia y crisis como la de los misiles en Cuba.

Stella R. Ramey se convirtió a partir de entonces en una referente feminista, respetada en el ámbito médico y académico. Fundó en 1971 y presidió la Asociación de Mujeres en Ciencia (AWSI). Retirada en 1987, siguió dando charlas académicas y divulgativas hasta su muerte en 2006, en Maryland.

Recordemos dos frases suyas:

La igualdad llegará cuando una mujer mediocre ascienda igual de rápido que un hombre mediocre.

Estelle R. Ramey, en Michèle Brown and Ann O’Connor, Woman Talk (1984)

Lo que es igual entre hombres y mujeres clasificados como Homo Sapiens es mucho más que lo diferente.

Estelle R. Ramey, Men’s Monthly Cycles, Ms. Magazine ()

Referencias

Sobre la autora

Eva Ferreira es licenciada en Matemáticas, doctora en Economía y profesora de Estadística en la UPV/EHU. Es investigadora de teoría de procesos estocásticos y aplicaciones, y realiza divulgación sobre las aplicaciones de modelos probabilísticos. Desde 2021 es la rectora de la UPV/EHU.

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