Annie la Estadística: ¡ella también pudo!

Vidas científicas

Annie Mae Turner Taylor Randall
(foto proporcionada por la familia Randall).

El estereotipo de Rosie la Remachadora con el consabido lema “podemos hacerlo” que trataba de representar a aquellas mujeres estadounidenses que ocuparon los trabajos de los hombres que luchaban en la Segunda Guerra Mundial, ignoraba sin embargo los aproximadamente dos millones de mujeres afroamericanas que también contribuyeron a mantener el motor del país en marcha. La emblemática imagen tampoco reflejaba el amplio rango de profesiones que estas mujeres ocuparon: desde trabajos manuales a trabajos científicos especializados, e incluso posiciones administrativas en el gobierno federal (en torno a 8 000 en 1940 de acuerdo con las estadísticas de la Oficina de la Mujer del gobierno estadounidense).

Una carrera en el gobierno estadounidense

Annie Mae Turner Taylor Randall fue una de las pioneras “Chicas del Gobierno” afroamericanas en ocupar uno de estos cargos, inicialmente en el War Production Board, agencia que supervisaba la producción de suministros y municiones durante la guerra. Le siguieron la Marina y la entonces recientemente creada Fuerza Aérea. En 1958 Annie aceptó un puesto en la Oficina de Biometría del Instituto Nacional de Salud Mental (con siglas inglesas NIMH), donde el Dr. Donald F. Morrison la instruyó como estadística matemática. El doctor Morrison fue su mentor y continuaron siendo amigos después de que él dejara el NIMH para trabajar en la Escuela Wharton de Pensilvania. Annie trabajó un total de dieciséis años en el NIMH durante los cuales aprendió a calcular complejas ecuaciones matemáticas usando una de las primeras unidades centrales (o ‘mainframe computers’) y la calculadora Friden (que apareció en la película ‘Figuras Ocultas’).

Calculadora Friden. Fuente: Wikimedia Commons.

El gran trabajo de Annie no pasó desapercibido y fue elogiada por la Universidad de Pensilvania y la Academia Nacional de Ciencias. También fue reconocida por su “altamente competentes e incansables esfuerzos” y sus contribuciones como experta estadística a la investigación detrás de los libros ‘Human Aging: A Biological and Behavioural Study’ (El envejecimiento humano: un estudio biológico y conductual) (1963) y ‘Human Aging II: An Eleven-year Follow up Biomedical and Behavioral Study’ (1971), este último tratándose de un seguimiento del primer estudio once años después. La investigación inicial tuvo lugar entre 1955 y 1960, con el objetivo de estudiar la relación entre los cambios fisiológicos cerebrales y las capacidades psicológicas y síntomas psiquiátricos en la edad avanzada, y se trata, aún hoy en día, de un estudio de referencia en las ciencias del comportamiento. Su contribución computacional al estudio de correlaciones en artículos como “Analysis of the Wais Subtests in Relation to Age and Education” (Birren and Morrison, 1961) también fue notable, aunque lamentablemente su trabajo no fue reconocido con autorías.

Agradecimientos a Annie en varios libros y artículos recogidos por las autoras.

Discriminación y racismo

A pesar de trabajar para el gobierno federal, estas mujeres afroamericanas sufrieron discriminación, tanto abierta como encubierta, y hostilidad en sus lugares de trabajo durante años. Para Annie que nació el 22 de enero de 1925 en Greenwood (Carolina del Sur) y que creció en un Washington D.C. segregado, las leyes Jim Crow estuvieron muy presentes también durante su tiempo en el gobierno. Sufrió claras muestras de racismo y discriminación, un supervisor incluso solicitó que movieran su escritorio para no tener que verla. Pero Annie desafió y superó con creces las ideas preconcebidas en torno a su capacidad intelectual y huyó de los roles socialmente construidos para las mujeres afroamericanas que aun eran consideradas meramente aptas para ser criadas. Para las ‘chicas del gobierno’ como Annie Mae Turner Taylor Randall, estos empleos en el gobierno federal supusieron una ruptura con el ciclo de servidumbre generacional y sueldos bajos o inexistentes. Pese al número reducido de mujeres afroamericanas trabajando en oficinas federales en aquellas décadas, Hesse-Biber y Carter (2005) describen el gran significado de estas primeras oportunidades:

Pese a que el trabajo secretarial no era considerado una ocupación de primera dados los relativamente bajos sueldos, para las mujeres de minorías significó una subida de escalafón en la jerarquía ocupacional, lejos del trabajo doméstico o trabajos inferiores en granjas y fábricas.

Inspirando a las nuevas generaciones

Annie se jubiló en 1978 pero continúa siendo un modelo a seguir para otros estadísticos hoy en día. De hecho, la American Statistical Association ha creado en su honor el Annie T. Randall Innovator Award que reconoce las contribuciones de jóvenes estadísticos innovadores en la academia o la empresa independientemente de su grado de educación.

Agradecimientos

Las autoras estamos muy agradecidas a Susan Shorters y Laura Crandon, hijas de Annie, por darnos permiso para publicar este artículo y por sus contribuciones.

Bibliografía

Sobre las autoras

Aura Wharton-Beck es Profesora Auxiliar en Liderazgo Educativo en la University of St Thomas (EE. UU.) y recibió el premio Sapientia a University Advocates for Women and Equityen 2017 por su trabajo académico sobre mujeres.

Altea Lorenzo Arribas es doctora en estadística, consultora e investigadora en Biomathematics & Statistics Scotland (BioSS) y miembro del Comité de la Sección de Historia de la Estadística de la Royal Statistical Society.

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