Xia Peisu, la madre china de la computación

Vidas científicas

Xia Peisu. Imagen: Wikimedia Commons.

Xia Peisu es conocida en China por su incansable trabajo en el desarrollo de la ciencia de la computación en aquel país, que llevó a cabo empeñada en que China necesitaba tener su propio hueco en esa pujante nueva rama científica. Pero además de investigar y desarrollar los primeros equipos, Xia dedicó parte de su esfuerzo a formar a cientos de alumnos que durante años serían los profesionales que situaron a su país en un lugar privilegiado dentro del escenario mundial.

Nacida en una familia de profesores

Xia nació en una familia de profesores en julio de 1923 en el municipio de Chongqing, en China. Tanto su abuelo paterno como sus padres (directores ambos de escuela) se dedicaron a la enseñanza, así que ella creció con una educación poco habitual para la época, con sólidos conocimientos en escritura y matemáticas.

Desde los 8 años estudió en casa con un tutor, y en 1937, a los 14 años, ingresó en el instituto para cursar los últimos cursos de secundaria. Se graduó tres años después como la primera de su clase. Ese mismo año comenzó a estudiar Ingeniería Eléctrica en la Universidad Central Nacional, donde se graduó en 1944.

En octubre de 1945 logró entrar en el Instituto de Investigación en Telecomunicaciones de la Universidad Nacional Chiao Tung para estudiar un postgrado. Completó sus estudios en Reino Unido, en la Universidad de Edimburgo, con un doctorado en ingeniería eléctrica, además de investigar sobre la teoría de los circuitos eléctricos, la automatización y la aplicación de ecuaciones diferenciales ordinarias no lineales.

En esa época conoció al que sería su marido Yang Liming, que más adelante se convertiría en un importante físico teórico en China y con el que tuvo dos hijos, que también desarrollaron carreras científicas.

De vuelta a China, un punto de inflexión

Según sus propias palabras, en 1952 la vida de Xia tuvo un punto de inflexión, la primera vez que conoció al matemático Hua Luogeng. Ese año, Xia volvió a China y comenzó a trabajar como investigadora asociada en el Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Tsinghua. Ese mismo año, Hua, presidente del Instituto de Matemáticas que formaba parte de la Academia China de las Ciencias, propuso diseñar una computadora electrónica en ese país. Eligió a tres tecnólogos del departamento de Xia para llevar a cabo el proyecto, y ella estaba en ese trío.

Sello chino que conmemora la firma del «Tratado de Amistad, Alianza y Asistencia Mutua Sino-Soviético».
Imagen: Wikimedia Commons.

Fue un enorme desafío por varios motivos, principalmente que, en ese momento, tras años de conflicto armado con Japón y de guerra civil, China se había quedado atrás en lo que se refiere al desarrollo tecnológico. Alineada al principio de la Guerra Fría con el bloque comunista, China dependía de las importaciones de la URSS en materia tecnológica. Pero cuando en 1959 esa alianza también se deshizo, China se vio aislada de las demás grandes naciones y tuvo que poner todo su talento y potencial a trabajar para no quedarse atrás en un mundo cada vez más dependiente de la computación.

Eso significaba, entre otras cosas, una escasez crítica de textos o materiales de estudio que permitiesen introducirse en la teoría de la computación. Xia y sus compañeros lograron vencer este obstáculo trabajando con artículos en inglés que recopilaron de revistas relevantes en distintas bibliotecas académicas y pidiendo a colegas de otros países que les enviasen los materiales que considerasen fundamentales para esta tarea.

Una traducción de términos que aún permanecen

Una vez controlada la teoría, Xia y sus colegas comenzaron a hacer pruebas con circuitos de lógica elemental y a diseñar lo que serían las bases del desarrollo de la computación en su país, enfatizando siempre en la importancia de que China fuese capaz de construir sus propias computadoras. En este momento, China ya había formado una alianza con la URSS que, ante la oportunidad de atraer a este país al bloque comunista, se ofrecería a darle apoyo en distintas áreas, entre ellas la científica y tecnológica.

Para ayudar a difundir el conocimiento sobre esta nueva ciencia, Xia se embarcó en la redacción de un libro en chino sobre la materia. Muchos términos empleados solo existían en inglés en aquel momento, de forma que ella tuvo que improvisar su traducción sobre la marcha. Muchas de las palabras chinas que se emplean aún hoy para hablar de computación las creó ella en ese momento.

También fue ella la que puso en marcha el primer curso sobre teoría de la computación en China, en marzo de 1956, ayudando así a cultivar un talento que sería clave para el desarrollo económico del país durante muchas décadas posteriores: se calcula que por sus aulas pasaron más de 700 alumnos que se convertirían en profesionales de esta nueva industria.

Pionera del desarrollo tecnológico chino

Del trío que comenzaron trabajando en este área, solo ella continuó en él hasta el final: uno de sus colegas pasó al estudio de la energía atómica y terminó marchándose a la URSS en 1955 y el otro se marchó a Alemania en 1958.

Xia Peisu. Imagen: ICT.

Para 1959, las relaciones entre la URSS y China se habían deteriorado hasta el punto de romperse. La Unión Soviética retiró su apoyo científico y técnico y algunos habrían pensado que el desarrollo de la computación china se detendría en ese momento. No fue así.

Xia diseñó el primer motor de cálculo digital de su país en 1960 y participó en la creación de varias revistas científicas, entre ellas la Chinese Journal of Computers en 1978 y la Journal of Computer Science and Technology en 1986, que es la única revista del campo de la computación editada en inglés en China, y por tanto sirve como foro internacional para científicos e ingenieros de este campo. Ella fue la primera editora jefe que tuvo esta revista.

En 1991, Xia fue elegida miembro de la Academia China de las Ciencias y en 2011 recibió el primer premio a los logros de toda una vida otorgado por la Federación China de Computación por sus contribuciones a la industria informática china.

Xia falleció en agosto de 2014 pero su nombre sigue siendo recordado. La misma Federación China de Computación entrega todos los años el Premio Xia Peisu a científicas e ingenieras “que hayan hecho contribuciones y alcanzado logros sobresalientes en la ciencia, ingeniería, educación o industria de la computación”.

Referencias

Sobre la autora

Rocío P. Benavente (@galatea128) es periodista.

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