Juliane Koepcke nació en Lima (Perú) el 10 de octubre de 1954. Su familia era de origen alemán: su madre fue la ornitolóloga Maria Koepcke (1924-1971) y su padre el biólogo Hans-Wilhelm Koepcke (1914-2000). María y Hans-Wilhelm se conocieron en la Universidad de Kiel (Alemania) y dedicaron gran parte de su carrera profesional a estudiar la fauna peruana y sudamericana.
El 24 de diciembre de 1971 Juliane tenía 17 años. Volaba con su madre desde Lima hacia Pucallpa (Perú) para pasar las vacaciones con su padre.
Cuando su avión sobrevolaba la selva del Amazonas, una tormenta estalló. Ante la violencia del viento y la lluvia, el piloto decidió buscar un lugar para aterrizar. Un rayo se interpuso en su camino y el avión estalló. Juliane fue la única superviviente. Salió despedida, atada a su butaca que amortiguó su caída.
Juliane se encontró rodeada de cadáveres, en particular, el de su madre. Estaba sola, perdida en la selva, a cientos de kilómetros de un lugar habitado. Tras diez días de caminata consiguió encontrar ayuda. Sabía exactamente qué no debía comer, qué podía beber y qué debía evitar para esquivar los peligros que acechaban. Lo sabía porque su madre era ornitóloga y su padre zoólogo; Juliane los acompañaba con frecuencia cuando salían a realizar trabajo de campo. Seguramente sus experiencias en aquellas excursiones la ayudaron a sobrevivir.
Tardó mucho tiempo en recuperarse de aquel terrible suceso.
Juliane es ahora una experta en mastozoología, especialista en murciélagos y reside en Alemania.
En el momento de subirse a ese avión en el que falleció su madre, Juliane ya sabía que quería estudiar una carrera relacionada con la biología. Con toda seguridad, su decisión estaba vinculada a la profesión de su madre y su padre que le transmitieron la pasión por la zoología en su día a día.
Por cierto, el director de cine alemán Werner Herzog salvó su vida al perder el vuelo LANSA 508, ese vuelo del que Juliane fue la única superviviente. Treinta años después, su documental Wings of Hope —Alas de esperanza— recordaba aquella tragedia y la extraordinaria aventura de Juliane.
Referencias
- Victor Hugo Pérez, La tragedia del vuelo 508, o cómo sobrevivir perdida en el Amazonas, Noticias Interesantes, 1 abril 2009
- Marisol Grau, Juliane Koepcke: “Nunca había sentido ese temor de que todo desaparezca”, El Comercio, 11 mayo 2013
- Juliane Koepcke, ‘I fell 10,000ft to earth strapped to a seat and lived’: Girl, 17, who survived plane crash that killed her mother… and then spent 11 days alone in jungle before being saved, Daily Mail, 13 septiembre 2013
- Barbara Tasch, What it was like to be the only survivor of a flight obliterated by a thunderstorm, Businees Insider, 31 agosto 2015
- Wikipedia (castellano e inglés)
Sobre la autora
Marta Macho Stadler es doctora en matemáticas, profesora del Departamento de Matemáticas de la UPV/EHU y colaboradora en ::ZTFNews y la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU.
4 comentarios
Saludos desde Lima! Tuve la suerte he conocerla en persona, estábamos charlando muy amablemente hasta que me di cuenta de que la Dra era Juilanne Kopke, nada menos.
¡Gracias por contárnoslo!
Un saludo
Marta (editora)
Estoy recordando el Museo de Historia Natural «Javier Prado», Universidad N.M.San Marcos, donde mi padre Dr.Fortunato Blancas Sánchez, zoólogo-entomólogo laboraba en la Càtedra de Zoología,al visitar el museo ví y saludé a los 3, en varias oportunidades,eran muy amables y comunicativos,venían de Pucallpa, allí hacían investigaciones.Durante mis estudios en Ciencias Biológicas, el Dr.H.Koepcke, me enseñó Ecología, también daban conferencias en el auditorio, asistía para conocer muchas novedades.Fué un gran pesar la muerte de la Dra.Maria en ese accidente, en San Marcos!.Luego supimos de la hija Juliane,estaba viva y sentimos alegría y los comentarios era que podían haber más sobrevivientes pero lamentablemente no fué así. Me dedico a la Zoología, inicié los estudios de los «Insectos Acuáticos», no me gusta matarlos sino saber de ellos y contribuir a su conservación, etc. Mis saludos cordiales.
Hellen
muchas gracias por contarnos tu relación con la familia Koepcke.
Un saludo
Marta (editora)